Los líderes y las prioridades
Los líderes somos esclavos de los resultados. Las organizaciones, nuestros superiores siempre nos están demandando soluciones para los múltiples problemas que se presentan en el día a día, informes de rendimiento y por supuesto que las finanzas de nuestras áreas siempre estén en azul. Son muchos aspectos los que debe ver y cuidar un líder. Si un líder no se organiza no será nada extraño que pierda la brújula y no sepa cómo llegar a buen puerto sin morir en el intento.
Es lo que pasaba con un jefe que tuve hace un buen tiempo, no planificaba bien sus actividades y tenía a todo el equipo en vilo. Todo el tiempo teníamos cosas urgentes que resolver, no había descanso, estábamos en muchos frentes de batalla y al final, a pesar de nuestros esfuerzos, no lográbamos el objetivo principal de nuestra labor. Fracasábamos porque no priorizábamos nuestras acciones urgentes.
Como es natural, cambiaron a este jefe por un verdadero líder que reorganizó la oficina. Él nos pidió que solo hiciéramos las labores para las que habíamos sido contratados y no perdiéramos el tiempo en otra cosa. Además, puso cuatro objetivos que debíamos de lograr como equipo, nos pidió que concentráramos nuestras fuerzas solo en esas metas. No podíamos distraernos en otras cosas. Estas reformas mejoraron la eficiencia del equipo, hicieron que se aligerara nuestra carga de trabajo, que estuviéramos más contentos y principalmente que todos aportáramos nuestro talento para lograr los cuatro objetivos primordiales que nos había planteado al principio de su gestión. Al final de año no solo logramos alcanzar las metas, incluso las superamos.
Recuerdo todo esto porque hace poco encontré un interesante artículo en el portal GameLearn que señala cuáles son los cuatro aspectos imprescindibles que debe tener un líder para construir equipos exitosos.
El aspecto que más me llamó la atención fue el de centrarse solo en lo importante. Tal como señalé líneas arriba muchos líderes confunden eficiencia con asumir múltiples labores, incluidas algunas que no competen a su área de trabajo. Piensan que de esta forma van a ser muy bien vistos por sus superiores, cuando en realidad lo único que están haciendo es recargar el trabajo del equipo y distraerlo de sus objetivos principales.
Sin embargo lo que no dice el artículo es que para poder priorizar las actividades se necesita poder decir muchas veces la palabra: NO. Sí, así en altas. Hay que decir no, cuando vienen a decirte: “hazme un favorcito, mira que tenemos un problema y quizá tu podrías ayudarnos”. Se debe decir: no porque quizá no son labores para las que te han contratado a ti y a tu equipo. No porque no puedes pretender ser bombero y apagar incendios que no te corresponden. Decir no es una forma de facilitar las cosas a tu equipo. Porque nunca faltan jefes desorganizados de otras áreas o incluso tus mismos superiores, que están demandando labores extras, muchas veces estos “favorcitos” crecen como una bola de nieve y de pronto tu equipo está haciendo el trabajo de otros.
Es difícil decir no y hay que tener estilo para negarse a hacer otras actividades que no aportan a los objetivos que te has planteado. Tampoco se trata de tirarles la puerta en la cara a tus colegas. Para decir no hay que saber explicar en qué está trabajando tu equipo y por qué es imposible prestar tu ayuda. Pienso que centrarse en lo esencial es complicado, pero al final los resultados te respaldarán.