Introvertidos y liderazgo
Hace poco tuve una dinámica con mis alumnos de la universidad. Hablábamos sobre las características que no deben de tener los líderes. Entre muchas cosas, los chicos y chicas señalaban que un líder no puede ser una persona tímida o introvertida. Lo repitieron muchos, hasta que Mariela una chica muy aplicada nos señaló a todo el salón que tímido e introvertido no son la misma cosa, ni siquiera son palabras sinónimas. Muy acertada su intervención más aun viniendo de una persona introvertida. Quizá una persona tímida nunca nos hubiera señalado la confusión en la que todos estábamos cayendo.
Una persona tímida es una persona insegura que se queda paralizada ante lo desconocido. Una persona tímida es alguien con un alto grado de inseguridad que no le permite desenvolverse con soltura en público. Como vemos hay algunos aspectos psicológicos que tienen que mejorar los tímidos para poder relacionarse de manera adecuada con personas que no conoce o afrontar situaciones nuevas.
Sin embargo, las personas introvertidas son aquellas que disfrutan de la soledad, que les gusta explorar su mundo interior y son generalmente personas reservadas, lo cual no les impide hablar en público o dirigirse a personas que no conocen. Es decir que los introvertidos no se “aíslan” o callan porque tienen miedo y se sienten paralizados por este sentimiento. Los reservados simplemente no tienen ganas de estar hablando y demostrando lo que son. Cuando es necesario, simplemente, hacen que los demás escuchen su voz.
En innumerables artículos uno puede constatar que hay más de un ejemplo de líderes que se caracterizan por lo reservada de su personalidad, ahí tienen al todopoderoso dueño de Microsoft, Bill Gates o el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg y en el caso de mujeres tenemos a personajes tan importantes como Hillary Clinton o nuestra peruanísima Beatriz Merino.
Como les señalaba a mis alumnos en el liderazgo existen muchos estilos. Uno de ellos es de aquellos que no necesitan hablar mucho o levantar la voz para hacerse notar. He sido testigo de cómo muchos jefes no necesitaban decir mucho para convencer. Utilizaban pocas palabras, las precisas, con tal convicción, que lograban someter con rapidez a todos sus interlocutores.
Quizá uno de los aspectos más importantes de los líderes introvertidos es que saben escuchar, como no están entretenidos escuchándose a sí mismos y dando recetas para solucionar todos los problemas; los introvertidos pueden escuchar claramente lo que les dicen los demás y de esa forma evitar problemas, adelantar soluciones, pueden aprovechar las sugerencias e ideas de sus mejores colaboradores. También, en muchos casos, suelen ser personas empáticas.
Para los líderes introvertidos las cosas no son fáciles porque muchas personas tienen la idea de que un líder es una persona que siempre tiene la palabra adecuada en la boca, que siempre está opinando de todo y que tiene que hablar y hablar todo el tiempo. Aquellos que han leído sobre estrategias y buen gobierno saben muy bien que la sorpresa es un elemento esencial para el éxito, en momentos de incertidumbre y de competencia. En ese sentido, un líder introvertido puede desarrollar muy bien este tipo de estrategias porque lo mejor que sabe hacer es callar, evitar que los demás sepan lo que piensa y cuáles serán sus estrategias, y principalmente les dirá a su rivales solo lo que él quiere que sepan.
Finalmente, lo único que me queda decir es que si eres una persona reservada y quieres ser líder, no te traiciones, no trates de ser lo que no eres. No quieras convertirte en un parlanchín, solo porque alguien te pide que hables más. Sé tú mismo y ten orgullo de tus cualidades.