Minería y el capitalismo de los Stakeholders
El “Capitalismo de los Stakeholders” es el renovado concepto que se está impulsando y que incide en un nuevo liderazgo en las organizaciones enfocado en una gestión ESG. Consiste en superar el tradicional concepto del capitalismo, a secas, que prioriza al capital, los Shareholders y la reducción de gastos para mejorar la cuenta anual de resultados, por uno que destaque la inversión y relaciones a largo plazo con los principales grupos de interés y reconozca en ellos el valor estratégico que aportan, valor que muchas veces damos por descontado o sencillamente no se les reconoce.
En nuestro país la minería formal es el sector más observado cuando se abordan los temas de sostenibilidad. La presencia de grandes capitales en zonas geográficas donde no llega el Estado le da a la empresa un gran protagonismo; de allí, que resulta vital una rigurosa priorización de stakeholders, grupos que en otras industrias son de menor importancia. Es, por ejemplo, el caso de los proveedores y lo sensible que es su participación. El IPE y Macroconsult estimaron en distintos momentos que por cada empleo directo se generan 8 empleos indirectos. ¿Qué significa esto para el “Capitalismo de los Stakeholders”?
Las operaciones mineras en Perú se realizan en zonas geográficas complejas, de difícil acceso, próximas a los 4,000 metros sobre el nivel del mar. La estancia en la mina y el régimen laboral es muy duro, por lo que la empresa cuida de ofrecer las mejores condiciones en los campamentos: calefacción, agua caliente y una alimentación de gran calidad, lo que se complementa con una remuneración que es superior a la del resto de las industrias. Pero ese cuidado con sus colaboradores no necesariamente se traslada a las condiciones de los trabajadores de las contratistas en la misma operación, y se trata de un colectivo muy grande. Esa brecha en el relacionamiento, luego genera impactos negativos en comunidades próximas, que para todos los efectos los reconocen como “trabajadores de la mina”.
No hay discusión, es indispensable tercerizar actividades, es más eficiente y los proveedores estratégicos añaden mucho más valor que mantener esas labores dentro de la empresa. Pero no olvidemos que ese traslado de tareas también implica tercerizar riesgos y estos deben ser cuidadosamente gestionados. Si somos conscientes de las duras condiciones de trabajo de nuestros colaboradores, esa dureza no es distinta para los trabajadores de nuestros proveedores. La importancia de recurrir a contratistas es para ganar eficiencia y contar con aliados estratégicos, no para reducir costos por menores condiciones laborales. La buena reputación a la que aspiramos para la minería moderna requiere que todo el empleo indirecto que se genera, cuente con los más altos estándares. La gran diferencia entre la minería formal con la informal radica en los estándares de seguridad y salud de sus trabajadores, el “Capitalismo de los Stakeholders” requiere que nuestro sector más emblemático como generador de desarrollo proteja a su cadena en las condiciones de empleo.