El potencial de las PYMES
Sabemos que la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia ha impactado en la creación de empleo y está afectando la calidad de vida de millones de personas; pero, además, al acceso a oportunidades laborales inclusivas y sostenibles, donde habíamos puesto nuestra atención y desplegado múltiples esfuerzos en los últimos años. Es decir, el mecanismo más seguro para erradicar la pobreza —por la deuda social de inequidad— ha sufrido un importante retroceso y atraviesa hoy un futuro incierto y preocupante. Por ello, frente a esta dura realidad, urge hacer un llamado al Gobierno y a la sociedad civil en su conjunto para que movilicen, sin más demora, sus estrategias de desarrollo en dirección al motor más importante de la economía peruana: las PYMES.
Las características de este segmento justifican por sí solas su importancia. Antes de la pandemia, las PYMES representaban más del 99.6 % del total de las empresas (equivalente a 6.3 millones), aportaban el 27.9 % al PBI y conformaban más del 59 % de la fuerza laboral del país (según Produce). Adicionalmente, es importante resaltar que el 96 % son microempresas —la mayoría de ellas en situación de subsistencia— y, en general, tienen más del 80 % de informalidad laboral, lo que resalta un alto nivel de vulnerabilidad social en tiempo de crisis. Esta desventaja se ha podido evidenciar en un reciente y detallado estudio del INEI: durante el 2020, la informalidad en las micro y pequeñas empresas aumentó hasta en 84.7 % y casi 3 millones de empresas salieron del mercado. Una noticia alarmante.
Las PYMES tienen en todas las sociedades del mundo un gran potencial para mejorar la economía e impulsar el desarrollo sostenible. Los países en potencia lo entendieron hace muchos años y, gracias a las fortalezas de su tejido empresarial principalmente conformado por empresas pequeñas, han logrado prosperidad y soportado con éxito diversas crisis con el paso del tiempo. En el Perú, tenemos que mirar y aprender de estas lecciones. Aquí algunas recomendaciones a dos grupos de interés:
Al Estado:
- Cambiar el enfoque punitivo contra las PYMES que aún no se han formalizado y elaborar un programa ambicioso: desarrollo de capacidades, transferencia de conocimientos, soluciones digitales y servicios empresariales de primer nivel; todo con compromisos de formalización.
- Elaborar políticas de desarrollo a largo plazo para las PYMES, a través de un gran acuerdo nacional con la participación de los partidos políticos y la sociedad civil; además, contar con asesoría internacional de instituciones de prestigio como la ONU, el BID o el FMI.
- Crear una comisión especial de alto nivel por 6 meses, conformada por el Estado, la academia y representantes de los gremios y asociaciones de PYMES, con el fin de diseñar y presentar una propuesta legislativa de emergencia por los siguientes 5 años.
A las grandes empresas:
- Promover un relacionamiento de socios estratégicos con sus proveedores, que son PYMES, en línea con sus compromisos de responsabilidad social empresarial para desterrar prácticas leoninas de pago a 60, 90, 120 o más días. De igual forma, asegurar facilidades para que puedan hacer uso del factoring.
- Incentivar, dentro de sus zonas de influencia, la articulación de emprendimientos o la evolución de PYMES existentes, a través de la compra de bienes o servicios locales.
- Elaborar programas de transferencia de buenas prácticas para que sus proveedores mejoren los estándares de producción, promuevan la diversidad e inclusión, y apliquen iniciativas orientadas a la sostenibilidad ambiental en sus organizaciones.
Tomemos en cuenta que las experiencias exitosas señalan que la formalidad de las PYMES y los consecuentes beneficios de la generación de empleos dignos tienen en la productividad, un factor clave. Todas las iniciativas deben apuntar a que estas unidades económicas cuenten con las capacidades para mantenerse por sí solas, encima de su punto de equilibrio y con sostenibilidad. Las/los empresarias/os de las PYMES tenemos la responsabilidad de conducir con efectividad nuestros negocios; y si lo hacemos responsablemente, cuidando a las personas y al planeta, seremos doblemente exitosos. No esperemos más porque es tiempo de actuar.
Fernando Gonzáles
L+1
CEO y Managing Partner en BIGMOND
VP de la Comunidad de Diversidad e Inclusión en APERHU