Estoicismo en los negocios en tiempos de incertidumbre
Conocí el estoicismo, a los 18 años, gracias a mi entrenador de atletismo cuando estaba en la universidad en los Estados Unidos.
El estoicismo me ayudó mucho a valorar la disciplina como concepto clave para la libertad porque desarrolla nuestro auto-control y nos volvemos menos sujetos a buscar culpables, a victimizarnos y a vivir en el modo “ojalá”.
Mi entrenador nos hacía reflexionar mucho sobre nuestro desempeño en los entrenamientos y cómo competíamos y vivíamos dentro de las 4 virtudes del estoicismo: Sabiduría, Coraje, Templanza y Justicia – que he intentado llevar conmigo al mundo empresarial en todas mis posiciones – desde que fui practicante hasta puestos de CEO, de Rectora y hoy emprendedora/empresaria y directora independiente.
Es por ejemplo, no obsesionarnos tanto por un resultado comercial que aun no ha sucedido, sino en todo lo que estoy haciendo para conseguirlo.
SABIDURÍA:
Es diferente al conocimiento. Se refiere a tener criterio para tomar buenas decisiones.
La sabiduría le pasa información a la acción. Reconoce que entre un estímulo y la respuesta/acción – existe un espacio que es la oportunidad para que ingrese la sabiduría.
Los líderes tenemos que: (i) Asegurar tener ese espacio que es lo que diferencia una respuesta o decisión impulsiva cargada de emoción de una racional y (ii) Controlar el “ancho” de ese espacio entre estímulo y respuesta, para asegurar agilidad en la respuesta.
CORAJE:
Me gusta decir que las empresas están en el “negocio de desafiar límites” y que los líderes tienen que mantenerse fuera de la zona de confort, porque es ahí donde se encuentra el crecimiento.
Coraje es persistir y resistir. Persistir en las metas y en hacer las cosas mejor; y resistir para no caer en la comodidad del status quo.
Coraje incluye trabajar tu “yo interior” (liderazgo personal) y fortalecer lo que llamo la “Musculatura Mental” para ser una mejor persona y para vivir los valores corporativos y los suyos propios; para tener una voz y para defender la verdad.
TEMPLANZA:
Es algo en lo que personalmente, trabajo mucho y prefiero describirlo como “auto-control”. Auto-control en el sentido de gestionar tu vida para conseguir armonía en ella y tranquilidad o la paz que uno necesita para tomar decisiones acertadas y gestionar una empresa.
El líder debe trabajar la templanza para evitar los excesos y encontrar ese punto medio entre exceso y deficiencia. Es lo que permite exigir sin sobre-exigir y lo que también ayuda a encontrar lo esencial para desarrollar foco – buscando hacer menos (lo esencial) – MEJOR.
JUSTICIA:
Simplemente es tratar a todos de manera justa. Curiosamente, es una de las principales quejas de los colaboradores cuando sienten que a otros se les da oportunidades o reconocimientos “injustamente”.
Justicia también implica que constantemente nos estemos mejorando como líderes para poder servir mejor y así contribuir e impactar positivamente la vida de los demás. Es interesarnos y preocuparnos permanentemente de nuestros colaboradores buscando no solo no hacerles daño sino mejorarlos.
En un año desafiante como éste, los colaboradores van a necesitar más de nosotros y ver a sus líderes capaces de manejar cualquier situación que se presente.
Por otro lado, los líderes sentirán mucha presión de variables impredecibles y complejas del entorno que requerirán esa claridad y fortaleza interna para enfocarnos en lo que sí podemos controlar – con coraje para persistir y resistir, buscando ser justos con los demás, manteniendo esa templanza para hacer las cosas con moderación y con la sabiduría para tomar decisiones y actuar con criterio – balanceando lo racional con liderazgo emocional.