De ejecutiva con hijos a ejecutiva con menopausia
En plena presentación al directorio, me quedé muda; no me salía la palabra que m
e tocaba decir. Me asusté, pensé que me fallaba la memoria. Luego de varios años, me entero que es uno de los
más de 50 síntomas conocidos de la menopausia.
Sin embargo, cuando le preguntas a las mujeres u hombres ¿qué conoces de la menopausia? más del 90% responde: Bochornos.
¿Te pasa que cuando se te cuelga la computadora aparece ese circulito dando vueltas y no sabes qué pasa? Así describo yo la menopausia. Una sensación de desconexión una misma – de sentir que “no soy yo.” Y no tienes idea si es un tema psicológico, emocional, depresión, crisis existencial – simplemente, no sabes qué te pasa.
La buena noticia es que no es un tema médico o psicológico. Es una etapa en la vida del 100% de las mujeres en la que nuestro “sistema” se re-inicia debido a un brutal cambio hormonal que se da entre los 45-60 años y que impacta todos los aspectos de nuestras vidas – incluyendo, por supuesto, nuestro trabajo.
Lo bravo es que cae cuando estamos en la cúspide de nuestro desarrollo profesional. Lo viví. Aparecieron los primeros síntomas – sin saber que se trataba de eso – rumbo a mi nombramiento como Rectora y CEO de una universidad. Definitivamente, esa revolución hormonal no hizo para nada fácil mi llegada a esa posición. (Nota: la edad promedio de los CEO es 54 años).
La menopausia es más que bochornos. A mí me vino con agotamiento, pésimo sueño, cambios de humor, ansiedad, picazón de piel y ojos, palpitaciones, se me olvidaban las cosas, etc. Comienzas a dudar de ti, de tu capacidad y sientes que no puedes competir con los demás porque tu energía no es la misma. Nuevamente, en la mayoría de casos – como en el mío – sin saber que todo eso tenía que ver con la menopausia. Pasé cerca de 10 años sin saberlo.
La buena noticia es que con tratamiento hormonal, volvemos a ser las tremendas ejecutivas, “mil voltios” – listas para comernos el mundo.
¿Por qué animarme a escribir este artículo en un medio de negocios?
Porque la menopausia no es un tema únicamente de mujeres es de interés de las empresas.
Si las empresas quieren retener a sus ejecutivas más experimentadas, dedicadas y talentosas deben crear estrategia
s para que las mujeres en menopausia continúen no solo trabajando, sino que puedan seguir maximizando su potencial y puedan sentirse cómodas siendo ellas mismas.
La menopausia debe de ser un tema más de los programas de inclusión e igualdad en las empresas.
Necesitamos a las empresas.
¿Cómo nos pueden ayudar para igualar la cancha?
1)Ser una voz
Hoy, las mujeres tenemos pánico de hablar abiertamente de la menopausia por temor a ser juzgadas como menos valiosas, viejas o quejosas y sufrimos en silencio tratando de seguir nuestras carreras profesionales sentadas en mesas de trabajo preguntándonos “¿dónde demonios está mi energía?.…¿Cómo puedo competir con estos hombres que van a mil por horas y yo ya no jalo”…¿Cómo escondo estos sudores?”
Esta sensación de “qué demonios me pasa” genera mucho temor y desasosiego – al punto que cerca del 40% de mujeres coquetea con la posibilidad de renunciar a su trabajo y 1 de cada 10 lo hace – por la menopausia. Nuestra motivación se ve afectada y la mujer se siente sola y confundida
La menopausia afecta la economía de la mujer. Según un estudio de la clínica Mayo, en EEUU 45% de mujeres faltan al trabajo por sentirse mal; 15% reduce sus horarios de trabajo – percibiendo menos ingresos; 20% piden licencias sin goce de haber para manejar el tema, etc.
El mundo empresarial puede ser un escenario perfecto para allanar la cancha profesional para las mujeres en esta etapa dándole voz al tema para normalizarlo y educar sobre cóm
o manejarlo e inclusive pueden ser nuestros aliados para poner este tema en la agenda política para incluir tratamientos hormonales en la cobertura del Estado y seguros privados.
2) Igualdad, Inclusión 3.0
Idear una cultura inclusiva para
las mujeres en esta etapa. Estructuras flexibles de trabajo podrían ser un aporte importante en esta etapa y contemplar en los programas de “wellness” un espacio de salud física, hábitos saludables y charlas motivacionales específicas para la mujer en esta etapa de su vida para que siga maximizando su potencial y carrera.
3) Educar
Educar incluye al equipo de gestión humana, a los líderes y por supuesto a los colaboradores, creando espacios para conversar de estos temas volviéndolo normal; como parte de la vida de absolutamente todas las mujeres del planeta.
4)Tumbar mitos
Comenzando por los estereotipos del hombre y la mujer con respecto a la edad. Los años al hombre le dan experiencia y sabiduría; la mujer es vista con nietos y como que “se le pasó el tren”.
¡Nada de eso! Tanto hombres como mujeres podemos seguir siendo relevantes a cualquier edad si adoptamos la mentalidad de innovación personal con mentalidad de crecimiento. Eso no depende de la edad sino de la actitud. (Asimismo, vemos muchos jóvenes según su DNI, pero con una actitud apagada, negativa, de “caducidad”.)
Las empresas no se pueden dar el lujo de perder a 1 de 10 mujeres exitosas y talentosas. Las empresas pueden ayudar a ser una voz importante para nosotras eliminando la toxicidad que existe alrededor de este tema y así, poco a poco lograr que más mujeres tengan acceso a tratamientos hormonales como política de salud en nuestro país y acelerar la equidad, en este terreno también.