¿Qué es un abogado?
La pregunta puede parecer obvia: alguien que estudió derecho. Pero, ¿si no lo practica? ¿Si lo practica pero no estudió derecho? Además, en nuestra caso puede parece obvio qué es “estudiar Derecho”, pero no lo es realmente, al menos no en todo el mundo y ciertamente no en las mejores universidades del mundo. El sistema anglosajón no solo es radicalmente diferente en la forma en que está estructurado, sino que parte de una forma radicalmente diferente de ver el mundo.
Al describir la especialidad en Derecho corporativo, la escuela de Derecho de Harvard señala lo siguiente “El derecho de los negocios varía significativamente, incluso para “abogados corporativos”, y debido a que su práctica es cada vez más especializada y cambiante, es difícil dar una orientación fuerte (“strong guidance”) acerca de qué cursos llevar más allá de los básicos“*. Imagínense si una especiadad es variable entre una persona y otra, a pesar de entrar en un ámbito específico y particular del Derecho, qué tan diferente es -en general- la experiencia de “estudiar Derecho” para dos personas en una universidad como Harvard (o cualquiera equivalente, en realidad).
Efectivamente, en el ámbito anglosajón, dos personas que han “estudiado Derecho” puede ser que compartan solo el 10% o menos de cursos entre ellas. En el caso de Derecho, al ser propiamente un postgrado de tres años, requerirá primero haber estudiado en el college. El bachellor en USA no está ligado a una una profesión, sino que se divide en bachilleratos en artes (letras) o ciencias. Dentro de esos bachilleratos, tendrán un reducido número de cursos obligatorios (3 a 5) y luego unos 20 cursos cursos libres, que ellos podrán orientar hacia un “major” dentro de las letras (p.e. comunicaciones, performing arts (artes expresivas) o psicología) o las ciencias (computer science, ingeniería civil u otra). El “major” les pedirá completar un grupo de créditos obligatorios (relativamente pocos), entonces la experiencia de dos estudiantes majors en comunicaciones también será -a su vez- bastante disímil. Además, podrán complementarlo con un “minor” (una orientación con menos cursos obligatorios) y con “double” o incluso “triple major” o -sacrilegio! (- incluso majors inventados por el propio estudiante en universidades como Yale (link aquí). Pd: a alguien en Sunedu le estallaría la cabeza si supiera esto o se tranquilizaría a si mismo diciendo “es otra realidad”.
Dos estudiantes de Derecho, así, puede ser que tengan dos backgrounds completamente diferentes de college, compartiendo 1 o 2 cursos a lo mucho, así hayan estudiado un mismo major en la misma universidad; y, puede ser que sean tan dispares como un periodista y un ingeniero civil, con 99 o 100% de cursos diferentes entre ellos. Luego, en Derecho llevarán unos 5 o 6 cursos en común, pero los restantes 20 serán cursos diferentes. Incluso, muchas veces el Derecho será combinado con un double degree: MBA o MPP, que complementará y diferenciará (incluso más), la experiencia de los futuros abogados.
Esta experiencia universitaria podría producir dos abogados que pueden tener tanto en común como un artista y un ingeniero: uno podría ser un abogado dedicado a la litigación, que ha privilegiado cursos de filosofía, retórica, expresión corporal, habilidades blandas, destrezas legales, técnicas de litigación y conocimientos del proceso legal, con un background en comunicaciones o artes; y, otro, que ha privilegiado conocimientos científicos, tecnología, propiedad intelectual, patentes y sus fundamentos económicos. (Se preguntarán si es raro que alguien con STEM background estudiara Derecho. No solo es posible, sino una corriente bastante fuerte en USA y Canadá (link aquí)). Uno podría ser un gran litigante civil y penal y el otro un gran abogado o profesor/experto en patentes. También podemos pensar en un abogado con background en finanzas (college) y que luego lo complementa con un MBA (qué bonito!). Las combinaciones son infinitas, así como lo es -potencialmente- la demanda de profesionales por parte del mercado.
Esto es Columbia: 10% Stem (en Harvard, el porcentaje se elevaría a 13% (links aquí y aquí).
Sus experiencias universitarias serán radicalmente diferentes, tan diferentes como luego serán sus prácticas del Derecho: algunos haciendo labor de comunicación (cercana al periodismo), otros académica (indistinguible de casi cualquier otra ciencia social, si es bien hecha), otros gerencial (indistinguible de cualquier otra laboral gerencial), otros regulatoria (cerca a la labor de economistas o especialistas en políticas públicas); otros política; otros criminológica, otros litigante (cercana a las artes escénicas y la retórica); etc. etc. etc.
El caso peruano
Luego, tenemos el caso peruano (compartido con la mayoría de LatAm y derivado del modelo europeo continental). En nuestro caso, la experiencia de dos estudiantes de Derecho será prácticamente la misma: llevará algunos cursos básicos que serán más o menos parecidos a cursos de colegio (lenguaje, historia, filosofía, matemáticas) y luego los mismos 30 y tantos cursos de carrera (constitucionales, civiles, penales, etc.) Decenas de cursos -por supuesto- imprescindibles (al menos en la mente de los eruditos del Derecho). Luego, llevará algunos cursos electivos que muchas veces profundizarán en las mismas materias base estudiadas en el resto de la carrera. Estas carreras durarán -además- por lo menos 5 años, por obligación legal, a diferencia del sistema anglosajón -o cualquier otra parte del mundo- donde las carreras (bachilleratos) pueden durar 4, 3 o hasta 2 años (o el postgrado -que equivale a la carrera de Derecho- que dura 3).
Como consecuencia de lo anterior, en Perú (el resto de Sudamérica y buena parte de Europa) tendremos profesionales “estandarizados” (palabra que tanto gusta a reguladores y “expertos” en educación); con 90% de similitud entre ellos (o 70% en el caso de los más “temerarios innovadores”). A diferencia de la apuesta por el mercado, nuestro sistema es uno paternalista, donde hay una persona o grupo o idea que pretende adivinar las preferencias del mercado… no en un caso (que ya sería suficientemente difícil) sino adivinar un molde de profesional que luego deberá ser el ideal para miles, decenas de miles, cientos de miles y millones de profesionales… simultáneamente. Es decir, sabemos que la alineación con el mercado no se ganará en los estudios, sino en la práctica o la especialización en postgrado.
¿Por qué los sistemas son tan diferentes?
Parten de una visión del mundo distinta, lo cual no es poca cosa. Mientras que la visión anglosajona es pragmática -basada en lo que es más que en lo que debería ser: datos, cuantificación, consecuencias, competencia entre ideas; lo que a su vez llama a libertad para elegir entre múltiples alternativas, donde no se sabe a priori cuál es la superior-, el sistema europeo es idealista y partenalista**. Una autoridad (sea un experto o la mera tradición) nos dice que una manera de hacer las cosas es la ideal, que es intrínsecamente superior a las demás, independientemente de sus consecuencias en el mundo real. ¿Les suena familiar? Nuestro modelo regulatorio también se basa en esta idea: la idea de estandarizar mediante leyes es una consecuencia de esta forma de ver el mundo.
En el caso de la educación, esto se traduce en que un sistema propone un curriculum mínimo y luego permite elegir, mientras que el otro parte de la idea de que hay un profesional que debemos recrear a partir de un currículum y luego aplicarlo a todos por igual, formando a profesionales en molde.
¿Son igualmente válidas estas visiones del mundo? Sin duda y quizá en diferentes ámbitos deberían de prefefir una sobre la otra. Sin embargo, en el caso de la educación (y, más específicamente, el diseño de currículas), parece haber un claro ganador: las mejores universidades del mundo son -casi sin excepción- anglosajonas y los principales mercados del mundo son dominados por profesionales educados en dichas universidades (Wall Street, Sillicon Valley, etc.).
…
Entonces, finalmente, ¿qué es un abogado? En nuestro sistema, sería alguien que haya estudiado casi toda la gran lista de cursos que consideramos esenciales y que practique alguna forma socialmente aceptable de trabajo legal. En el sistema anglosajón, sería mucho más difícil de decir, ya que la gran diferencia entre experiencias de estudio y el muy diverso background entre estudiantes de Derecho haría que más que abogados u otros profesionales muy delimitados tengamos algo similar a lo llamado -en otros ámbitos- “fluido”: profesionales fluidos.
*Traducción libre de: “Business law practice varies substantially, even for “corporate lawyers,” and because practice is increasingly both specialized and changeable, it is difficult to give strong guidance about what courses to take beyond the basics” (link aquí).
** Si buscan saber más acerca de esta diferente visión del mundo aplicada ala educación, recomiendo leer: Kelly, Albert (2009). The Curriculum: Theory and Practice. London: Goldsmiths College.

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