La ruta del futuro profesional exitoso
Nuevamente, cada camino es distinto. No pretendo negar otros caminos, incluso conozco personas que no han hecho casi nada de lo sugerido acá pero son exitosas (por ejemplo, estuvieron desde practicantes en un mismo lugar, crecieron profesionalmente ahí y solo se preocuparon en tener relativamente buenas notas y ser prolijos, responsables y hasta brillantes en un lugar).
También es verdad que existen diversos estudios que respaldan ciertas prácticas como predictores de éxito profesional. La excepción no hace la regla y hay cosas que -estadísticamente- pueden ayudar a mejorar las chances de un estudiante. No voy a replicar las investigaciones aquí, sino basarme en mi propia experiencia (de las cosas que hice y de las que me arrepiento no haber hecho), pero puede verse este artículo en Forbes como referencia “Your college major is “minor” compared to this” (aquí).
1. Primera etapa: notas, lecturas y experiencia de vida
En los años inciales de la carrera, recomiendo enfocarse mucho en las notas (por supuesto, me refiero a aprender (leer mucho y practicar ejercicios en caso de mate), pero también a tener notas altas). Esto por dos motivos: i) los cursos iniciales de carrera suelen ser más importantes; y, ii) como no tienen un CV que mostrar al incio, su único (o casi único) carné de presentación serán sus notas. Por supuesto, estoy dejando de lado habilidades y experiencias pre-universitarias (saber tocar un instrumento, ser un atleta de competición, etc. también ayudaría) y también otras actividades como -justamemte- un primer “trabajo no relacionado”.
El trabajo no relacionado a la carrera (trabajar en una tienda de ropa o restaurante p.e.) y los viajes, dan experiencia de vida, conocimiento del país o el mundo (si se hace fuera en programas como “work and travel”), trato con personas, ética laboral, criterio, independencia y una gran lista de ventajas. No lo haría en desmedro de las notas: creo que la lectura y el aprendizaje son más importantes en esta etapa, pero sí lo haría como complemento.
2. Segunda etapa: asistente de docencia; prácticas y otras actividades extra-curriculares
Ser asistente de docencia o jefe de práctica (o como lo llamen en cada universidad) es de la mayor importancia porque le da al estudiante muchas opciones: networking con profesores, le abre el inicio del campo laboral en la academia y le permite aprender más enseñando y manteniéndose en contacto con un tema más allá de un semestre.
En el caso de actividades como pertenecer a una asociación de estudiantes, te permite también: networking, aprendizaje de temas de la carrera, habilidades “empresariales” (trabajar en equipo, dirigir personas si eres director de la asociación y aprender cosas básicas de un negocio (finanzas, marketing, recursos humanos, etc.). Para mi, ser miembro y director de Themis, significó un aprendizaje incluso mayor que estudiar Derecho.
En esta etapa, las prácticas creo que deberían ser cortas (6 meses a un año) y variadas: lugares pequeños/grandes, privados/públicos, etc. Se debería maximizar el aprendizaje y ayudar a encontrar el tema dentro de la profesión que puede ser más compatible con sus intereses.
3. Tercera etapa: competencias, trabajo, intercambios, certificados y posgrado
Las competencias podrían ser parte de la etapa dos. Es útil competir, eso puede ayudar más fuertemente al aprendizaje que clases y podría ser un punto relevante en el CV en la primera etapa de la carrera. Los cursos prácticos o tipo projecto también. Además, se parecen bastante a la actividad propiamente profesional en la carrera.
El trabajo inicial o el que le daría mayor foco en una siguiente etapa sería en el Estado o en un lugar tipo boutique o unipersonal, pero con prestigio. ¿Por qué? En una empresa grande las cosas ocurren más lento, son más grandes y uno es parte (menor) de un engranaje. En un estudio, un grupo de abogados puede ver un caso millonario durante meses. En el estado, puedes ver 5 casos al día. No son casos millonarios, pero la compejidad legal puede ser semejante.
Esto creo que es transferible a otras carreras: en Credicorp puedes enfocarte en una transacción, pero en el MEF o BCR probablemente tengas que atender varias cosas al mismo tiempo y acelerar el aprendizaje. Es algo similar con las empresas pequeñas: el aprendizaje es más personalizado (con el fundador o socios principales directamente) y las cosas son más dinámicas.
No es de extrañar que empresas grandes vean como un plus esa experiencia previa. En mi caso, cometí el error de quemar esa etapa y fui directamente al estudio grande. Luego, sí tuve la suerte de estar como practicante (pre-profesional y como egresado) en el Tribunal Constitucional, nada menos que en la comisión de casos “especiales”/difíciles, con un dream team de abogados constitucionalistas con alma de docentes (o algunos eran literalmente profesores), donde aprendí en un mes lo que aprendería en un año en un estudio grande.
Finalmente, las carreras en Perú son excesivamente largas (gracias a la maravillosa Ley Universitaria);y, así no lo fueran, nada debería detenerlos para agregarle riqueza, internacionalización y más títulos a su carrera, desde el comienzo. Algunas universidades (UTEC y Científica del Sur (aquí)) ofrecen programas 4+1 que permiten obtener bachilleratos y maestrías simultáneamente, por ejemplo. O combinaciones con otros grados paralelos, como un BSc en Business Administration con University of London (en Perú lo ofrecen la U. de Lima y la Científica del Sur (aquí)). Si volviera a ser estudiante, estaría a la caza de estas oportunidades.