Lo más relevante en regulación de 2024
Es complicado hacer un recuento en un ámbito donde pasan tantas cosas en tantos países y regiones. Sin embargo, haré un esfuerzo por extraer las que considero las tres tendencias centrales del año:
1. La “motosierra regulatoria”; Millei y DOGE
El consenso parece ser cada vez mayor en torno a la utilización de la “motosierra” como método para combatir la hipertrofia del “estado regulatorio”. Reportes como éste (aquí) de Cato Institute, dan cuenta del fenómeno. También parece haber incluso cada vez más voces que se levantan y ponen en evidencia la diferencia en aproximación entre USA y la UE; y la necesidad de la UE de adptar medidas urgentes, similares a las que pretende USA (aún sin necesitarlo al mismo nivel que la UE): aquí.
En el caso peruano, nada menos que Julio Velarde también puso sobre el tapete la “sobreregulación” como principal problema de la economía peruana (mi comentario previo, aquí). Como las cosas acá llegan tarde, aún estamos más enfocados en “calidad regulatoria”, pero ojalá pronto nos demos cuenta que se requieren medidas más radicales en contra del crecimiento desmesurado de la regulación.
Considero que esta es una noticia muy positiva, ya que supone el comienzo de un esfuerzo (y concientización) sobre el impacto negativo (en competencia, costos de operación, precios; y, no menos importante, limitaciones irracionales a nuestras vidas) del estado regulatorio.
2. Regulación de la IA
En una tendencia contraria a la anterior, vemos que más bien existe cierto consenso en la necesidad de regular (más) la IA. Europa, siempre a la “vanguardia”, ha sido la primera región en regular de forma extensiva la IA. En USA también existen fuerzas que avanzan en ese sentido, pero su distinto enfoque regulatorio ha permitido mantener a raya a los reguladores (hasta ahora). Perú, por su puesto, no se podría quedar atrás, y ya creo ley y reglamento, con la asesoría de abogados que -en muchos casos- no son solventes en los aspectos técnicos relacionados a la IA.
Sin embargo, estos esfuerzos parecen en gran medida inútiles. Si la inteligencia artificial general (AGI) surgiera, no habría forma de detenerla. Por otro lado, se intenta controlar aspectos específicos de la IA; pero de forma inconsistente, inadecuada, costosa y -en muchos casos- absurda. Tomen como ejemplo la regulación de chatbots. En países como España y varios de LatAm (incluido Perú), se obliga a las empresas a brindar atención “humana” simultánea a la de los chatbots. Sin embargo, en California se obliga a revelar que el chatbot no es humano, pues es -en gran medida- indistinguible.
3. ¿Retroceso del progresismo (radical)?
Cada vez se escuchan más voces en contra de políticas de “diversidad, equidad e inclusión” y más dudas en torno a las políticas ESG (environmental, social, governance) como herramienta para maximizar el beneficio privado e incluso público de las empresas. Como ejemplo, ver este vídeo del Financial Times “The ESG investment backlash is beginning to have an impact” (aquí).
En el caso de las políticas DEI, incluso la Corte Suprema de Estados Unidos ha tomado decisiones que cambian décadas de políticas de “discriminación positiva” (Students for Fair Admissions v. Harvard). Durante la campaña presidencial en USA, una de las “imágenes” más potentes fue Kamala Harris pronunciándose a favor de cambios de sexo financiado con dinero público para prisioneros (aunque la noticia es cierta, requiere contexto, aquí). Además, cada vez hay mayor consenso y voces que se pronuncian en contra de las políticas en torno a niños y adolescentes con problemas de identidad, cirugía transformativa y el rol de sus padres en esto. Por ejemplo, surgió toda una controversia por una ley en California que pone en riesgo la custodia de padres que no “afirmen” el cambio de identidad sexual de sus hijos (aquí).
Este retroceso es posible que también tenga un impacto en las políticas regulatorias en los próximos años, donde una visión más pragmática, más balanceada (en torno a diferentes creencias e intereses) y con mayor sustancia, informe las decisiones de los países y las empresas.