Barreras burocráticas: buscar donde está iluminado
Un vecino encontró a Nasruddin cuando éste andaba buscando algo de rodillas.
«¿Qué andas buscando, Mullab?».
«Mi llave. La he perdido».
Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la llave perdida. Al cabo de un rato dijo el vecino: «¿Dónde la perdiste?».
«En casa».
«¡Santo Dios! Y entonces, ¿por qué la buscas aquí?».
«Porque aquí hay más luz».
La política regulatoria “popular” busca soluciones al problema del “estado regulatorio” (costo social de la regulación cumulativa) ahí donde hay más luz (donde recomienda la OCDE, donde los expertos locales y burócratas súper especializados celebran, donde suena más “técnico”); pero lo cierto es que la batalla contra el “estado regulatorio” es una muy difícil (o imposible) de ganar y donde “no existen fórmulas mágicas” (ASHFORD, Nicholas. “Alternatives to Cost-Benefit Analysis in Regulatory Decisions”. MIT. En: Annuals of the New York Academy of Science. 1981. p. 130.).
Y esto no es una tema nuevo. Calabresi, uno de los abogados y expertos en L&E más celebrados del mundo, concluyó que era muy complicado (quizá imposible) “deshacer” el estado regulatorio (A Common Law in the Age of Statutes. Boston; Harvard University Press. 1982). En el mismo sentido, los economistas detrás de la “Era Reagan” llegaron rápidamente a la conclusión de que “calidad regulatoria” no reduciría la carga regulatoria (Regulation and the Reagan Era: Politics, Bureaucracy and the Public Interest. Roger E. Meiners and Bruce Yandle (editores). New York: Holmes & Meier. 1989). La historia y la doctrina económica/regulatoria ofrece muchos ejemplos que documentan esto.
Mientras tanto, Indecopi celebra haber eliminado más de 4 mil barreras burocráticas ilegales o irracionales, generando un ahorro de más de cien millones de soles de forma directa (ver informe: aquí). Por supuesto es algo que celebrar y no tengo nada contra funcionarios de Indecopi que están haciendo una buena labor. También aplaudo leyes como la recientemente creada -propuesta por Adriana Tudela- que fortalece el sistema de eliminación de barreras, dándole mayor peso (y haciendo más fácil la presentación y trámite) a las “denuncias informativas”.
Considero, sin embargo, que el impacto de ese tipo de medida es marginal. No por nada, simultáneamente a la grata noticia de Indecopi, nos enteramos que Perú ha caído (o “seguido cayendo”) en el índice de competitividad (aquí). Esto es verdad para casi cualquier otro ranking o indicador relevante. Incluso un indicador más directo como el costo de la regulación para la sociedad peruana -me aventuraría a decir- está en aumento y lo ha estado durante tres décadas (no tengo pruebas pero tampoco dudas), dado que si Indecopi elimina o inaplica miles de normas al año, el Estado produce decenas de miles.
Claro está, sin Indecopi la situación sería incluso peor, pero ¿está cumpliendo su objetivo? El objetivo de una comisión de eliminación de barreras no es reducir las barreras de una forma marginal, sino generar un cambio que impacte en la competitividad, niveles de inversión y reducción de la pobreza. Pero ni el Indecopi, ni programas de calidad regulatoria, tienen -y no pueden tener- dicho impacto.
Por lo tanto, hay que mirar un poco más en los lugares donde hay menos aplausos, donde hay más espinas, donde está más oscuro. Se necesita un programa de desregulación valiente:
- Donde se escojan políticas impulsadas a través de regulaciones y se impulse su desregulación (educación, alimentos, protección de datos, etc.).
- También un programa -no de “fortalecimiento” (como piden los burócratas o mercantilistas)-, sino de “desmantelamiento” de los reguladores (paquetes de desregulación para cada industria regulada, sumada a una progresiva eliminación de las atribuciones de cada regulador, hasta su extinción);
- La creación de más mecanismos de control de la regulación a nivel legal (por ejemplo, el TC debería asumir su rol de control legislativo, al que ha renunciado recientemente en el caso de topes a tasas de interés, aquí); y,
- La reducción -radical- del poder de las municipalidades (la ley de “clausuras” está en el buen camino).
Instamos a congresistas como Tudela a continuar el buen trahajo, pero intentando que ese trabajo vaya aparejado a la posibilidad de un cambio real (no en cifras autoreferenciales, sino sustanciales) en el escenario regulatorio.
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Para seguir leyendo sobre el “estado regulatorio”, les dejo unas lecturas de mi autoría:
Sumar Albujar, O., & Hawkins, R. (2023). ¿Escapar del Estado regulatorio?. Revista Justicia & Derecho, 6(2), 1–17. https://doi.org/10.32457/rjyd.v6i2.2159
Sumar Albujar , O. A., Orellana Presentación , J. C., & Hawkins Estrada, R. (2023). Escapando del “Estado Regulatorio”: el caso de la regulación de la educación superior en Perú. Revista Eurolatinoamericana De Derecho Administrativo, 10(1), e237. https://doi.org/10.14409/redoeda.v10i1.12759