Temístocles: el origen de la democracia y su relación con la meritocracia
Estoy leyendo “Plutarch´s Lives” (Harvard Classics). El primer capítulo trata acerca de Temístocles, un político y general, que cobró poder al inicio de la democracia ateniense; particularmente en relación a la guerra contra los persas (Dario/Jerjes). No voy a contar la historia de Temístocles, sino enfocarme en dos ideas interesantes del texto (para mi):
El origen de la democracia
En un pasaje del libro (p. 22), se menciona que el origen de la democracia está ligado al “imperio del mar”, promovido por Temístocles. Temístocles creyó de la mayor relevancia fortalecer las flotas griegas, para enfrentar a los persas (“… Themistocles’ most outstanding contribution to history still lay ahead: his crucial role as advocate for a powerful navy”). Al hacer eso, Temístocles convirtió a Atenas en un poder marítimo e igualó a los marinos con los “hoplitas”, en relevancia social. Tradicionalmente, los marinos había estado un escalón abajo en la consideración pública (Pritchart, David. “The Standing of Sailors in Democratic Athens“. En: Dialogues d’histoire ancienne Année 2018 44-2 pp. 231-253).
Estas ideas me recuerdan al trabajo seminal acerca de constitucionalismo económico de Charles Beard (“An Economic Interpretation of the Constitution of the United States“, 1913). En este libro, Beard hace un intento pionero e innovador por conectar las reglas de la constitución americana con las características de su economía. Por ejemplo, reglas sobre esclavitud, asociadas con la propiedad subyacente sobre esclavos.
En ambos casos, es interesante comprobar como las condiciones políticas y económicas afectan el tipo de instituciones que tenemos. Habitualmente pensamos que es al revés: que las instituciones afectan la economía o la política; lo cual evidentemente es parcialmente cierto, pero deja de lado que la relación es recíprocra: las condiciones subyacentes también afectan las instituciones. Incluso más, teorías más recientes como la de los “orígenes” nos habla de como la influencia anglosajona (common law) o romano-germánica (civil law) también incluye fuertemente en el tipo de institución que tiene un país y los resultados económicos derivados de éstas (Glaeser y Shleifer. 2002. “Legal Origins” En: Quarterly Journal of Economics 117 (4). pp. 1193-1229).
Ostracismo: ¿castigo o remedio? ¿Es la meritocracia compatible con la democracia?
En otro pasaje del libro (p. 25), se menciona que el ostracismo se usaba no tanto como un castigo, sino para apaciguar a los envidiosos y para no permitir que alguien muy poderoso y distinto, ponga en riesgo la “igualdad” que era necesaria para la democracia. Temístocles, así, fue sacado de Atenas no tanto por las supuestas sospechas acerca de su traición, sino por lo importante que se volvió y lo venerado que era por el pueblo.
Esto resuena a varios temas actuales: la idea de que los delitos deben ser castigados y que los castigos corresponden solo a la culpabilidad; el peligro percibido en la “grandeza” de determinadas personas o empresas; y, la búsqueda de la igualdad de resultados, no solo formal (o ante la ley).
En relación al primer tema, nos hace pensar acerca del sentido de castigos como la prisión. ¿Qué fin social cumple? ¿Nos ayuda realmente como sociedad? También al revés. Por ejemplo, casos como la vacancia de un presidente, ¿deben estar basados en la “culpabilidad” o más bien enfocados en la finalidad social, que puede ser por ejemplo solucionar una crisis política? (Ginsburg, Huq y Landau. “The Comparative Constitutional Law of Presidential Impeachment“. En: University of Chicago Law Review: Vol. 88: Iss. 1, Article 2., 2021).
En relación al peligro del tamaño o grandeza, esto se percibe en los orígenes del antitrust (combate de prácticas monopólicas), que muchas veces tiene mayor justificación política que económica. Finalmente, en relación a la búsqueda de la igualdad material, esto nos habla de una tención permanente entre la meritocracia y la democracia, que hoy ha derivado en una búsqueda exacerbada por la igualdad que justifica políticas como la “discriminación positiva” por sobre la meritocracia; muchas veces incluso afectando a grupos que también son vulnerables (recientemente, la Corte Suprema de USA ha emitido una decisión muy relevante acerca de esto).
Ojalá, como sociedad, no caigamos en el mismo error que los griegos, resaltado por el rey persa: “… that all my enemies might be ever of the same mind withe the Greeks, to abuse and expel the bravest men among them” / “… que todos mis enemigos sean de la misma idea que los griegos; que maltraten y expulsen a los hombres más fieros de entre ellos” (p. 30).