¿En qué va la "llave al comunismo"? (asamblea constituyente)
La narrativa de la (falsa) oposición desde incluso antes de la entrada de Castillo al poder fue que el momento determinante sería el establecimiento de la asamblea constituyente (AC) con el fin de convertirnos en una dictadura comunista. Para mi, esta “oposición” le hizo un favor a Castillo y los narcoterroristas que tiene alrededor, dándole más relevancia al tema que ellos mismos. Como muestra un botón: la “oposición” juntó más de un millón y medio de firmas para oponerse a la AC, mientras que Bermejo y compañía con suerte han llegado a las 50 mil. Mi posición siempre fue que si los narcoterroristas tomaban el poder sería en los hechos, no mediante cambios legislativos. Hace poco -con su fallido golpe de estado- Castillo me dio definitivamente la razón: convocó a una AC pero sin contar con el poder real para hacerlo, lo que llevó a su salida del gobierno.
En efecto, el 7 de diciembre de 2022, Castillo no solo “disolvió” ilegalmente el Congreso, sino que convocó a un “congreso con facultades constituyente para eleborar una nueva constitución”. Decretó, tal como lo hiciera Chávez, que todos los poderes del estado fueron reemplazados por uno, que concentrara todos y estuviera por encima de la Constitución. La diferencia con Chávez es que la AC no cuenta en Perú con aceptación popular; ni política; ni académica; ni cuenta Castillo con el control de las fuerzas armadas o el sistema de justicia, como sí contaba Chávez. A diferencia de lo que venden oportunistas políticos que viven del cuco de la AC, Chávez no la convocó porque fuera necesario, sino porque podía hacerlo.
Pero el cuco sigue vivo. Ha sido parte de la bandera de las protestas. No se quiere solo la liberación de Castillo y la convocatoria a nuevas elecciones, sino la convocatoria a una AC. Pero hay que entender que para la izquierda peruana la AC no pasa de ser un slogan que los agrupa y les permite atacar sobre un mismo punto de interés, pero con el fin de desestabilizar. La oposición debería diluir este interés, que no es real. Por el contrario, los oportunistas ayudan a la izquierda radical a tener a la AC como referente.
Hace poco Dina Boluarte ha declarado que el tema de la AC no está muerto y depende de la voluntad del pueblo. Declaraciones bastante cautas, de por si, porque no conviene cerrar de golpe la opción de una AC, ni prestarle demasiada importancia. Sin embargo, cual migajas, estas declaraciones han sido recogidas oportunisticamente por la falsa oposición, a fin de revivir un tema que está más muerto que vivo.
PD: por cierto, ¿en qué quedaron los casi dos millones de firmas? ¿Serán usadas alguna vez o ya “perdieron contra el mejor” todos los voluntarios?