¿Debería haber asumido Dina?
En términos generales, considero que es una mala idea que el vice-presidente asuma, pero esto se agrava con alguien como Dina Boluarte en las circunstancias actuales. Aquí explico los motivos por los cuales ni Dina ni ningún vicepresidente debería asumir:
1. Si la vacancia es (como propoten Ginsburg et. al, link aquí) un mecanismo para salir de crisis políticas (más que un castigo personal), no tiene sentido que alguien del mismo entorno o partido asuma la presidencia, ya que esto reduce las chances de efectivamente salir de la crisis. Esto es especialmente claro en el caso peruano, donde Dina forma parte de un partido corrupto y antidemocrático, y ha sido ministra del presidente golpista. Además, Dina ha tenido declaraciones “descalificadoras” (como cuando dijo que su objetivo era eliminar a la clase media) y ha sido investigada por delitos tan graves como lavado de activos. Existen cuestionamientos sobre su capacidad para ser vicepresidente por haber postulado sin renunciar previamente a Reniec. Sin embargo, en aras de la transparencia y del intento de objetividad, considero que ese cuestionamiento no tiene fundamento legal.
2. El vicepresente tiene incentivos para promover la vacancia. Como se puede presumir en casos como el de Vizcarra y la propia Dina, las vacancias han sido tramadas con su participación. Esto no es extraño, dado que ellos tienen un incentivo claro en asumir la presidencia y su único obstáculo es el presidente. Esto incluso forma parte de la cultura popular (es la principal línea del guión de House of Cards, dado que USA tiene un sistema parecido al peruano en esto). El problema de este incentivo es que si bien puede tener utilidad si un presidente es particularmente malo (como Castillo), en general promueve la inestabilidad política.
3. Es una salida poco común en el mundo. Nuevamente Ginsburg et. al, nos revelan que dentro de los regímenes presidenciales y semi-presidenciales, el 74% de los casos estudiados por ellos tienen constituciones donde se llama a elecciones en un corto periodo, luego de la vacancia. No es un tema solo de números: la gran mayoría de países no tiene ese sistema porque es relativamente fácil llegar a la conclusión de que no produce buenos incentivos o de alguna forma frustra la finalidad de la vacancia, que es justamente “empezar de nuevo”, lo cual es difícil si el que sucede al presidente es alguien de su entorno.