¿Es conveniente tener un senado en Perú?
La creación de un senado es algo que se discute prácticamente desde que entró en vigencia la Constitución de 1993, que estableció que el Congreso tenía una sola cámara. A pesar de haber sido votado hace poco en un referéndum (donde la mayoría de la población lo desaprobó), el tema ha vuelto a la palestra pública, por la iniciativa de congresistas que buscan resucitar el senado. ¿Es esta propuesta conveniente o útil? La respuesta no es simple en un sentido u otro. Se ha dicho mucho acerca de la necesidad y utilidad de un senado, así que me enfocaré sobre todo en los argumentos en contra:
1. Los senados no son el único, y probablemente tampoco el mejor, medio para lograr representatividad. No es de extrañar que dos de las principales y más fuertes democracias en el mundo (Suecia y Dinamarca) se deshicieran de sus segundas cámaras. Ambos han intentado lograr lo mismo mediante otros medios.
Esos “otros medios” en Perú pueden significar tener un Congreso con comisiones o dos grupos al interior (pleno y comisión permanente); líderes regionales con influencia nacional; y, la posibilidad de la minoría en el Congreso de recurrir al Tribunal Constitucional, a fin de derogar una norma inconstitucional.
2. Los senados son costosos, no solo en términos monetarios, sino en relación a las trabas que pueden representar para el proceso normativo. Si mañana es necesario dictar una legislación para resolver un problema social urgente, un Congreso con dos cámaras puede ser muy lento para solucionar el problema.
Esto es especialmente grave en un país donde el Ejecutivo requiera ser controlado y donde este mismo Ejecutivo tenga la posibilidad de dictar legislación rápidamente (decretos de urgencia) o pueda recibir facultades legislativas del Congreso o incluso pueda regular a través de decretos. Un Congreso lento delegaría casi completamente las atribuciones legislativas en un ejecutivo así.
3. Tengo la impresión -quizá estoy equivocado- de que muchos añoran un senado por las razones equivocadas. Piensan en una cámara con grandes políticos, oradores, señorones cultos, que regresarán la decencia a la política peruana. Esto no solo es ilusorio, sino que es finalmente discriminador. No se logrará ese “estándar” sin violar normas sobre discriminación y así se logre, realmente sería una victoria pírrica para el país.
Si nos basamos en la realidad, lo que tenemos es un país controlado por grupos ligados al narcoterrorismo. Esto no va a mejorar, ni va a cambiar, gracias a un senado. Lo que hace, en la práctica, es distraer la discusión del tema central en el país: cómo liberar a la política y a la sociedad de esta amenaza narc0terrorista.
*He tomado ideas de este trabajao, que recomiendo para una discusión mayor acerca del tema: “Adding Value? The Role of Second Chambers” de IDEA Internacional (Suecia).