La Constitución ya fue cambiada, solo que no nos dimos cuenta
Hace pocos días, el Congreso aprobó una ley que “prohibe” el referéndum directo para modificar la Constitución, reafirmando el procedimiento del artículo 206. Esto se suma a la campaña mediática y con amplio apoyo, para recabar firmas para impedir la modificación de la Constitución vía referéndum. Desde mi punto de vista, como ya he mencionado antes, el énfasis en impedir la formalidad de la convocatoria a una asamblea constituyente (AC) es un grave error. Nos distrae del objetivo central de Perú Libre (PL): convertirnos en una tiranía comunista. Este objetivo -a diferencia de la convocatoria a una AC- sí está siendo impulsado y alcanzado por PL. En otras palabras, mientras la oposición ha logrado una victoria meramente formal, PL viene logrando triunfos reales, que lo acerca a su objetivo. PL ya está socavando el Estado de Derecho y ya está modificando la Constitución.
Un lector despistado (o un congresista) me podrían decir: “pero Oscar, PL no ha modificado ningún artículo de la Constitución”. ¿Ah, sí? La Constitución no es -principalmente- un libro con 200 y tantos artículos, sino las normas fundamentales que nos gobiernan. ¿Acaso PL -en estos primeros seis meses de gobierno- no ha cambiado normas fundamentales del Estado? Acá algunos ejemplos:
- Hasta antes de PL, un partido ligado al terrorismo no podía competir en una elección. Hoy, lo puede hacer.
- Antes de PL, un ministro no podía tener lazos con el terrorismo, hoy esto está completamente “normalizado”; es decir, es la norma.
- Antes de PL, un presidente debía informar a la ciudadanía sobre temas de interés público, hoy día el presidente puede mantener reuniones en secreto fuera de Palacio y eso ser considerado parte de su “estrategia de defensa”.
- Antes de PL, una mina solo podía ser cerrada cumpliendo los requisitos señalados en la ley y ser hecho por la autoridad competente; hoy lo puede hacer discrecionalmente la Premier, una activista anti-minera.
- Antes de PL, los mandos militares eran nombrados conforme a normas; hoy los ascensos pueden ser negociados por un secretario aficionado a guardar dinero en el baño.
- Antes de PL, un Ministro de Justicia o líder del partido de gobierno no podían amenazar con usar la violencia o con un golpe de estado ante un acto democrático del Congreso; hoy está normalizado.
- Antes de PL, hubiera sido considerado impensable (e incluso traición a la patria) permitir la injerencia de agentes extranjeros en la política interna del país; hoy está normalizado.
Y así, podría seguir comentándoles todas las normas constitucionales que hoy nos rigen, pero ayer no eran parte de nuestra Constitución. Es decir, la Constitución ha sido reemplazada. Pero no por otra constitución, sino por lo contrario al Estado de Derecho: la arbitrariedad.
Es justamente la ausencia del Estado de Derecho una de las cosas que verdaderamente definen a un régimen comunista. En un régimen comunista no manda la ley, sino el partido comunista, que tiene completa discrecionalidad.
Muchos cometen el error de pensar que países como China no son realmente comunistas porque existen normas parecidas a las occidentales, algo como la propiedad privada e incluso inversión; pero se equivocan. China es una tiranía comunista, porque no existe Estado de Derecho, sino que prima la voluntad del PCCh. Las normas o la propiedad solo valen en cuanto lo permita el PCCh. El Partido controla la Economía (por eso es propiamente comunista y no cualquier tiranía), pero esto implica necesariamente la ausencia del Estado de Derecho.
Otro error común -conectado a lo anterior- es pensar que PL y Castillo no nos están llevando a una tiranía comunista porque no están expropiando o destruyendo aceleradamente la economía. Una economía relativamente saludable puede coexistir con un régimen comunista, aunque con limitaciones; lo que no puede coexistir con un partido comunista es el Estado de Derecho.
En conclusión, PL, Castillo y la izquierda radical avanzarán en destruir -en los hechos- el Estado de Derecho (la Constitución real), mientras la “oposición” esté ocupada en proteger el texto formal de la C93. Una vez que eso haya ocurrido, la “Constitución Bolivariana Plurinacional” caerá por inercia.