No, Spadaro, el Congreso no es suyo
El congresista Spadaro señaló que ”(…) el Congreso ya sabemos de quién es”. Esto es representativo de una discusión que se ha presentado durante las elecciones: la dificultad que tendrá PPK para gobernar teniendo un Congreso con amplia mayoría fujimorista. Sin embargo, lo dicho por Spadaro dista de ser cierto en varios sentidos, que expondré a continuación:
1. El Congreso no es de los partidos, ni de los congresistas; es del Pueblo peruano. Esto parece una declaración retórica, pero es completamente cierta. Los congresistas son servidores públicos, que cobran un sueldo pagado por todos los ciudadanos del país. Los congresistas son nuestros empleados. Que se comporten como si tuviesen privilegios, en lugar de responsabilidades, es una falla cultural y del sistema, pero no hace menos cierto lo anterior. En países como Suecia, los congresistas no tienen asesores, ni secretaria, ni empleadas domésticas, ni carros, ni chofer. Los que necesitan espacio en la ciudad, les dan departamentos de 40 metros. La explicación es que -siendo que viven con el dinero del público- no hay ningún motivo para darles un lujo. Si no lo creen, véanlo aquí.
En contraste, nuestros congresistas cuentan con un sueldo más de 10 veces superior al sueldo mínimo, secretaria, asesores, choferes, personas que les lavan los pies, bibliotecas de millones de soles y cable “gratis”. Encima de todo, a veces faltan 500 días al Congreso por “descanso de maternidad”.
Siendo esto así, no es difícil explicarse por qué alguno de ellos puede verse tentado a creerse dueño del Congreso. Pero el mandato del pueblo es para hacer lo mejor posible para el país, no para ellos, ni para su partido y ni si quiera para las personas que votaron por ellos o financiaron su campaña. Créalo o no, señor Spadaro, usted está ahí para servir al país, no para servirse del país.
2. El Congreso no tiene tanta relevancia en la formulación de normas como antes. El principal “legislador” de un país, hace mucho tiempo que dejó de ser el Congreso. Es el Ejecutivo, a través de reglamentos, de decretos legislativos y decretos de urgencia, el que lleva la batuta en el proceso legislativo. El Congreso carece de la capacidad técnica para hacerlo. Por ejemplo, todas las normas que se tuvieron que dictar para implementar el TLC con EE.UU. vinieron del Poder Ejecutivo, no del Congreso.
¿Qué hace el Congreso? Sobretodo labor de fiscalización. Las llamadas “comisiones fiscalizadoras”, que tampoco son la gran cosa, para ser francos. El Congreso carece del poder que tiene un juez para llamar por la fuerza a alguien o para registrar su casa o para levantar su secreto bancario.
Si deciden hacerle la vida imposible a través de censuras o negaciones de confianza a sus ministros, el Presidente tiene la facultad de disolver el Congreso de acuerdo a la Constitución de 1993 (artículo 134).
3. El fujimorismo se haría un harakiri si no deja gobernar a PPK. Es parte del interés del propio fujimorismo que estos 5 años sean percibidos como una fuerza positiva en el país. De hecho, Keiko solo perdió esta elección cuando se le cayó la careta democrática semanas antes de la segunda vuelta. Si quieren recobrar chances para 2021 -sea ella, Kenyi o cualquier otro miembro de su partido- deberá ponerse la máscara de nuevo.