¡Jalados!: Lo que nos viene dejando la Ley Universitaria y la actuación de la SUNEDU
A diferencia de lo que creían o soñaban muchos ignorantes o románticos de las políticas públicas; hasta el día de hoy, el saldo de la Ley Universitaria es bastante negativo. Fue advertido -por mi y por algunos pocos otros- que esta ley estaba destinada al fracaso. Hoy día, ha demostrado que es una ley que -entre otras muchas cosas negativas- invita a la violencia, al abuso de autoridad y, como ya hemos dicho muchas veces, desalienta la innovación.
La Ley Universitaria dice literalmente en su Primera Disposición Complementaria que, en el caso de universidades públicas, “A la fecha de aprobación de los nuevos estatutos, la asamblea estatutaria establece el cronograma de elección de las nuevas autoridades y el plazo para su designación en reemplazo de las autoridades vigentes”. A pesar de la claridad de la ley en este punto, la Sunedu ha sacado una directiva que dice que los rectores deben dejar sus cargos antes de fin de año. De hecho, de facto, en varias universidades públicas del país, la Sunedu ha elegido prácticamente a dedo a nuevas autoridades. Es la asamblea de cada universidad la que -según la ley- debe fijar el cronograma, no la Sunedu.
El resultado es un grave conflicto que involucra a estudiantes, autoridades y al Estado. Por un lado, los rectores quieren que se cumpla la ley. Pero, por otro, la directiva también es una norma y la Sunedu la quiere hacer cumplir. En la práctica, el tema se resolverá por el uso de la fuerza y el arbitrio judicial.
Alguno estará tentado a decir “qué mas dan las autoridades de las universidades públicas, si son unos ineficientes o corruptos (a pesar de no conocerlos)”. Pero no es la cabeza de estos rectores la que está en juego, sino el Estado de Derecho. Como escuché a alguien sabio decir hoy, una vez que se permite una violación, estamos yendo contra el principio y se abre la puerta para mayores violaciones. La Sunedu, el Congreso y el Ministro quieren reformar la educación con métodos dictatoriales y abusivos, lo cual los descalifica desde el punto de vista legal, moral o político para cumplir dicha función.
Son varias las personas e instituciones a señalar. La Sunedu está tomando, de manera cuasi dictatorial, facultades que no le corresponden. El Ministro Saavedra, está escondido detrás de una roca esperando que el conflicto se acabe solo. El TC renunció a su labor de contralor de la Constitución, esperando con buena fe que la Sunedu no se extralimite en sus funciones. A la primera oportunidad lo ha hecho. El Congreso no tiene la intención o la capacidad para hacer cambios necesarios.
¿Esta es la Ley Universitaria que aplaudimos? ¿Así vamos a mejorar la educación?
Retrasando la innovación
Una joya más, un reglamento de la Sunedu imposibilita a cualquier universidad peruana -sea pública o privada- a crear nuevos programas (maestrías, por ejemplo) hasta que no cuenten con una licencia de funcionamiento. Algunas universidades están programas para ser licenciadas en 2017. Otras aun están en cola. Eso para ser licenciada como universidad en general. Luego, deberían obtener licencia para cada programa nuevo. Siendo optimista, para que una universidad saque alguna nueva carrera o maestría, tendrá que esperar hasta 2018, pues la Sunedo exige el licenciamiento pero aun ni si quiera tiene listo el reglamento o los criterios para dar licencias (!!!!).
¿Tanta educación nos sobra que podemos darnos esos lujos? Ni si quiera las mejores universidades del país podrán hacer nuevos programas. Vivimos en un país de ignorantes y locos.
Esa es la ley que aplauden, señores.