Del clic al recuerdo: ¿y si tu marca ya no existe para la IA?
Por mucho tiempo nos entrenamos para lo mismo: posicionar. Aparecer en Google, ganar relevancia y capturar clics. Pero esa etapa terminó y no hubo funeral. Solo una transición silenciosa hacia otro campo de batalla, el de los modelos generativos. Y mientras seguimos obsesionados con el tráfico, el algoritmo ya se mudó a otra parte.
Si ChatGPT, Perplexity o Gemini son la nueva puerta de entrada, entonces tu marca no necesita tráfico. Necesita ser recordada.
Antes, con el SEO tradicional, ganar significaba aparecer primero en los resultados de búsqueda. El objetivo era atraer clics. Todo giraba en torno a Google como el motor central de visibilidad. Posicionabas bien, y ganabas tráfico.
Pero en el contexto de los modelos generativos, esa lógica ya no aplica. Con el GEO (Generative Engine Optimization), el foco cambia por completo. No ganas por aparecer, sino por ser citado. Tu objetivo no es atraer un clic, sino habitar la memoria del modelo. Y el motor ya no es un buscador, es una red neuronal.
En otras palabras: si el modelo no te conoce, no te menciona. Y si no te menciona, simplemente no existes en la respuesta. No estamos hablando de como será todo en los próximos años. Esto ya está pasando.
Los prompts reemplazan a las búsquedas. El contenido ya no se posiciona, se digiere. Lo que no se nombra, no existe. Y lo que el modelo no recuerda, no recomienda. Bienvenidos al internet donde no importa solo lo que haces, sino si la máquina te aprendió.
Las marcas que no entrenan los modelos pierden campo, no porque sean malas, sino porque no fueron citadas lo suficiente para entrar en su memoria. Y no es coincidencia que marcas como Klarna o HubSpot ya estén optimizando para la memoria del modelo, no para la home page.
Esto no es SEO 2.0. El SEO es un ecosistema abierto, lleno de ruido y tácticas para subir en el ranking. Puedes construir enlaces, pulir metadatos o escribir textos eternos llenos de keywords. Hay margen para maniobrar.
Pero el GEO no sigue esa lógica. Es un entorno centralizado, cerrado y altamente controlado. No optimizas para un buscador con reglas conocidas. Ahora compites por aparecer en la cabeza de un modelo entrenado con datos que no puedes tocar y algoritmos que no te piden permiso.
Y ahí, no importa solo lo que se dice de ti, sino quién lo dijo y dónde lo aprendió la máquina. Lo más complejo es que ya existen herramientas que no solo te dicen si el modelo te menciona, sino que pueden influir en cómo lo hace. Pero de eso hablaremos después.
Hoy competimos por la atención humana y por un lugar en la memoria artificial. Algo así como construir una “conciencia de marca” dentro del sistema.
Lo importante ya no es aparecer en la primera página de Google. Es aparecer en la cabeza del modelo cuando alguien escribe un prompt. Y eso se gana con estrategia, no con suerte.
Los modelos no aprenden como nosotros. No piensan, pero recuerdan patrones. Y esos patrones vienen de lo que consumen: sitios con autoridad y contexto claro, contenido citado o compartido muchas veces, datos que aparecen en muchas fuentes diferentes, estructura semántica coherente. El contexto importa.
Si quieres que un modelo “te recuerde”, no necesitas ser viral. Necesitas ser relevante, repetido y contextualizado. Y esto cambia todo.
Allí donde el conocimiento colectivo bulle —Wikipedia, Reddit, Stack Overflow— es donde los modelos beben su memoria. Responder en Reddit, subir una buena explicación en Quora, publicar en X sobre tu industria o tener una entrada cuidada en Wikipedia vale más que mil artículos en tu blog si nadie los enlaza.
La reputación ya no se construye solo en la mente de los consumidores, sino en la arquitectura silenciosa del entrenamiento algorítmico.
Cada texto, cada mención, cada enlace que publiques es una pista que el modelo puede usar (o ignorar). Si quieres que te encuentre, tiene que haberte leído antes. Tiene que asociarte a algo claro, útil y repetido.
Tu contenido no solo debe informar, debe entrenar.
Como en una novela que solo existe en la mente del lector que la releyó diez veces, tu marca necesita repetición para permanecer. Para que, cuando llegue la pregunta, sea tu historia la que la máquina recuerde.
Porque eso es lo que está en juego: no la visibilidad, sino ese tránsito silencioso del clic al recuerdo, de la atención al aprendizaje. Esto no es solo marketing digital, es marca en inteligencia artificial.
Porque si no eres parte de la memoria de la máquina, tampoco lo serás del imaginario de quienes hoy ya no buscan: preguntan.

:quality(75)/blogs.gestion.pe/marketing-de-miercoles/wp-content/uploads/sites/199/2023/02/JorgeLazo1.jpg)