¿Qué tanto influyen las redes sociales en el marketing político?
Hace unos días se realizaron las elecciones en Argentina. Y más allá del debate, el candidato que salió victorioso y el despliegue de herramientas de comunicación de ambos partidos, algo que llamó la atención es el poder de las redes sociales como elemento de conexión.
Por un lado, un partido hizo uso de las redes sociales para hacer lo que está en el manual, lo tradicional que es generar contenido para difundir ideas y tratar de “ensuciar al rival”. Sin embargo, el otro partido no tuvo una cuenta oficial. No buscó ser el generador de contenido. Lo que hizo fue fomentar que los seguidores de ese partido se conviertan en “prosumidores” y difundan sus opiniones, sus convicciones, sus realidades. Esto generó que no haya 1 cuenta hablando de las ideas y promesas de campaña, sino que haya miles. Todas orgánicas. Todas utilizando los códigos y formatos de redes sociales. Sin duda, esto no se había visto antes. Por lo menos no en Sudamérica. Entonces, por eso surge la pregunta… ¿Qué tanto influyen las redes sociales en el marketing político?
En la era del marketing político digital, las redes sociales se han convertido en el epicentro de la batalla electoral. Su capacidad para influir y movilizar a los votantes ha transformado la dinámica de las elecciones presidenciales, redefiniendo las estrategias de campaña. Y me parece que podemos resaltar 3 elementos claves:
1.- El Alcance Masivo y la Segmentación Precisa
Las redes sociales permiten a los candidatos llegar a un público masivo de manera instantánea, rompiendo las barreras geográficas y demográficas. Además, su capacidad para la segmentación precisa basada en datos permite dirigirse específicamente a nichos de votantes clave, maximizando el impacto del mensaje político.
La clave del éxito radica en la segmentación precisa y la movilización efectiva. Casos como la campaña de Barack Obama en 2008 son paradigmáticos: utilizando datos detallados de redes sociales, identificó nichos demográficos clave y movilizó a jóvenes y minorías de manera sin precedentes, amplificando su base de apoyo.
2.- La Viralidad y la Difusión de Mensajes Impactantes
La naturaleza viral de las redes sociales amplifica la difusión de mensajes políticos, tanto genuinos como desinformativos. La rapidez con la que se pueden compartir noticias, opiniones y contenido audiovisual influyente puede moldear la percepción del electorado en tiempo real, a menudo sin una verificación rigurosa de la veracidad de la información.
La viralidad en las redes sociales es una poderosa arma de persuasión. Un ejemplo notable es la campaña de Emmanuel Macron en Francia, donde su equipo creó contenido innovador y memorable, como videos cortos y memes, que se difundieron rápidamente entre los votantes jóvenes, amplificando su mensaje y apoyo.
3.- La Personalización y la Interacción Directa
La personalización y la interacción directa con los votantes han sido estrategias exitosas. La campaña de Narendra Modi en India utilizó estratégicamente herramientas de redes sociales para interactuar directamente con millones de ciudadanos, creando una sensación de conexión personalizada y compromiso que impulsó su victoria electoral.
Claro está, que también hay aspectos negativos. Por ejemplo, la “Polarización y la Formación de Burbujas Informativas”, porque las redes sociales pueden tender a alimentar la confirmación de sesgos, exponiendo a los usuarios principalmente a contenido que coincide con sus opiniones preexistentes, exacerbando la división y la falta de diálogo constructivo entre diferentes ideologías políticas. Además, el uso de datos personales y la manipulación algorítmica plantean serios desafíos éticos en el marketing político a través de las redes sociales. La necesidad de regulaciones más estrictas para salvaguardar la integridad de los procesos electorales y proteger la privacidad de los usuarios se vuelve cada vez más urgente en este escenario.
A pesar de sus desafíos y peligros, las redes sociales representan una herramienta poderosa en la esfera política. Su potencial para fomentar la participación cívica, movilizar a los votantes y amplificar las voces es innegable. La responsabilidad recae tanto en los usuarios como en los legisladores y las plataformas para aprovechar este potencial de manera ética y constructiva, construyendo un espacio donde la política sea un instrumento de unidad y progreso para la sociedad.
El poder de las redes sociales en las elecciones presidenciales es innegable. Los casos de éxito de Obama, Macron y Modi ejemplifican cómo la estrategia digital, la viralidad creativa y la interacción directa pueden ser catalizadores del triunfo electoral. Sin embargo, el caso de Milei es más sorprendente aún porque fomentó que miles de seguidores se vuelvan sus portavoces y con esto logró que su alcance orgánico sea de mayor impacto.
A pesar de ello, es esencial navegar estos poderes con responsabilidad, adoptando prácticas éticas para garantizar que las redes sociales sean un vehículo que fortalezca la democracia y el empoderamiento cívico en lugar de dividir a la sociedad.
Soy Jorge Lazo Arias y cada miércoles encontrarás aquí información sobre marketing, a partir de analizar campañas buenas y también las no tan buenas…porque todo nos suma para conocer las novedades en el mundo del marketing y contar con aprendizajes que podemos aprovechar y aplicar en nuestro día a día.