Un país también necesita marketing
“Luego de 2 semanas y media en New York, regresé a Lima por la noche y a la mañana siguiente, regresando del gimnasio, me encontré con un auto saliendo de una cochera de forma intempestiva y metiéndose en contra en una calle para salir a Comandante Espinar. 7:30 de la mañana. Sin duda, una gran bienvenida”
Tengo que reconocer que he estado en falta con esta columna, básicamente porque me fui de vacaciones y usualmente cuando eso pasa trato de desconectarme de todo para recargar energías. Sin embargo, esa búsqueda por recargar energías duró más de la cuenta. Pero aquí estamos y confío en que la espera haya valido la pena.
El título de esta columna no busca hacer referencia a una campaña de Promperu o algo parecido. Menos a un tema político. Básicamente tuve en la mente desde hace 3 semanas este tema, pero no encontraba la inspiración… y las ganas.
Luego de 2 semanas y media en New York en donde tuve tiempo para pensar, también para conocer muchos más lugares que la última vez que estuve ahí y, sobre todo, tiempo para recorrer sus calles, entendí esa frase que repiten mucho los migrantes: “cada país tiene sus cosas”. Es innegable que la ciudad que nunca duerme probablemente sufre de insomnio por su problemas de salubridad, pobreza y la salud mental de sus ciudadanos. Sin embargo, nadie se puede quejar, por ejemplo, de la eficacia en su sistema de transporte. Y es un tema muy relevante, especialmente para los turistas, pero también para las personas que viven en esa ciudad.
A muchos turistas les puede sorprender que puedes tomar un transporte público desde el aeropuerto y llegar a donde quieras gastando poco y de forma rápida. También que puedes comprar una tarjeta que te permite transportarte de forma ilimitada en buses y metro por toda la ciudad, a toda hora. Y que cuando camines por un crucero peatonal, los autos van a respetar al peatón (salvo por las bicicletas que son un tema de otra columna) y puedes cruzar la calle tranquilo. Incluso me llamó la atención -algo que había visto el año pasado en París- y es que los buses son accesibles a personas en silla de ruedas. Y viendo todo esto me puse a pensar en cómo se puede sentir un turista que visita nuestro país. New York recibe aproximadamente 50 millones de turistas, mientras que el Peru 1 millón, pero ese millón genera más de 2 mil 855 millones de dólares para nuestro país.
Y todo esto que pasó por mi mente se hizo más fuerte cuando regresé a Lima y a la mañana siguiente me encontré con un auto saliendo de una cochera de forma intempestiva y metiéndose en contra en una calle para salir a Comandante Espinar y así evitar dar una vuelta a la manzana. Sin duda, una gran bienvenida a la realidad peruana.
Siguiendo con la idea que un país necesita marketing… ¿a donde quiero llegar? Como cualquier campaña de marketing puedo prometer mucho, pero si la expectativa supera a la realidad, habrá problemas. Y en este caso, el país tiene grandes atractivos turísticos que ofrecer tanto a nivel histórico, como gastronómico y geográfico. Sin embargo, adolecemos de algunas cosas que pueden ser claves. Imagínate un turista queriéndose movilizar por Lima. Imagínate teniendo que pagar por cada tramo con efectivo (lo que demanda cambiar dinero) y más aún, imagínate que un turista tenga que mirar hacia el otro lado del sentido de la vía, porque ya aprendió que a veces alguien puede venir en contra.
Hace unos días leía que Juan Stoessel, CEO de Casa Andina, se mostraba preocupado por el Estado de Emergencia y el impacto que puede tener en el turismo. Y es totalmente válido, porque un nivel de delincuencia alto sin duda despertará las alertas y hará al país menos atractivo. Pero eso es probablemente algo “coyuntural” (espero), sin embargo hay problemas más de fondo que debemos de considerar y que muchas veces asumimos que es lo normal. Como el transporte o la cultura cívica al momento de manejar. Volviendo al tema de la persona en silla de ruedas… ¿qué opción tiene para movilizarse?
Entonces, ¿es necesario una estrategia de marketing interno que nos ayude a mejorar nuestra cultura cívica y nos motive a querer que las cosas y la vida tengan un mejor nivel? Definitivamente. No solo porque ayudará al turismo, sino porque impactará en el “clima” de nuestro país. Muchas veces creemos que lo que tenemos está bien porque siempre ha sido, pero parte de la innovación es retar lo establecido para mejorar la “experiencia del cliente”. Y eso es precisamente lo que necesitamos.
Sin duda esta columna no piensa resolver el problema, pero sí evidenciar que un país también necesita marketing…incluyendo una campaña de marketing interno. Y me quedo contento con que te quede la idea dando vueltas para ver cómo podríamos mejorar nuestra realidad o incluso ponernos en los zapatos de los turistas o las personas que usan sillas de ruedas. Me conformo, con que la próxima vez que salgas de una cochera, ir en contra no sea una opción.
Soy Jorge Lazo Arias y cada miércoles encontrarás aquí información sobre marketing, a partir de analizar campañas buenas y también las no tan buenas…porque todo nos suma para conocer las novedades en el mundo del marketing y contar con aprendizajes que podemos aprovechar y aplicar en nuestro día a día.