Cuando la condición de la mujer es pisoteada y normalizada..
Mientras las organizaciones buscan la equidad de género, el Estado nos regresa a la realidad de una sociedad machista, misógina y conservadora.
Una agresión hacia la mujer
Cuando un primer ministro se expresa de la condición de la mujer y critica a Sol Carreño, periodista, por ser ”mala madre, mala hija, mala esposa..” en vez de abordar el tema de su profesión, demuestra más allá de cuál es su apología sobre la mujer que tiene Anibal Torres, lo que según el Estado debería ser el criterio para la mujer.
NORMALIZACIÓN DE PARADIGMAS.
Los paradigmas que este sistema de pensamiento nos permiten destapar está encastrado en nuestra sociedad como normas.
- El derecho de la expresión de la mujer: Se le pretende callar de opinión. Una mujer debería de quedarse callada y no opinar sobre temas transcendentes en nuestra sociedad, en especial por su profesión?
- La definición de ser una “buena mujer”: Según la definición del Primer Ministro, una mujer debería existir por ser buena madre, buena hija, buena esposa… ¿Qué pasaría si una mujer no es madre, ni esposa? Son éstas condiciones para calificar qué es una buena mujer?
- Maltrato y opresión moral: Se pretende entonces descalificar el lado profesional de una persona por su rol de mujer. Desacreditando su capacidad intelectual, cultural y profesional.
- Incentivo a la violencia: Las palabras de una persona de esta representatividad es muy peligroso ya que acuña su pensamiento en la normalización del trato hacia la mujer. En otras palabras: Si el Primer Ministro puede decir esto sobre la mujer, entonces cualquier podría retomar estos términos para su conveniencia en el agravio y la violencia contra la mujer.
REPUDIO TIBIO.
Fuera de mea-culpa del ministro, sus twits buscaron reforzar su posición.
Deplorables comentarios de la ministra de la mujer Claudia Dávila, qué lejos de calificar este acto como agresión lo justificó diciendo que es “exceso desafortunado” inclusive tomando partido por el ministro que según ella: “es un caballero y es cuerdo”.
Si bien, se alzaron la voz de periodistas y algunas organizaciones como Manuela Ramos que se expresaron en profundo desacuerdo contra este tipo de pensamientos, poco más se ha hecho.
¿Dónde están las marcas, las universidades y los movimientos en pro del empoderamiento de la mujer?
Si algo se debe hacer para cambiar la cultura de una sociedad, queda indispensable que un mensaje de rechazo se pueda dar de manera masiva.
La educación es parte de la normalización de los actos. No reaccionar contra este tipo de mensaje demuestra paños fríos, poco interés sobre lo que acontecido. Se esperaría mucho de las universidades, de los colegios sobre este pronunciamiento del Primer Ministro.
Las marcas que se abanderan con el rol empoderado de la mujer y los movimientos que buscan lucrar de las mujeres no están dando la altura. ¿Será que es demasiado controversial? ¿Dónde están las hazañas?
A mi parecer, no actuar, no protestar dará qué decir sobre las marcas, pues perderán credibilidad.
¿En Casa se Puede Más?
El trabajo de casa es indispensable. Si tienen hijos, es importante conversar sobre esta noticia, pero sobre todo llevar a la acción.
Si queremos evolucionar como sociedad, debemos todos echar el hombro para causas fundamentales para los derechos humanos y la condición de la mujer y del ciudadano.
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