McDonald’s y la inclusión social
Steve Easterbrook, el nuevo gerente general de McDonald’s Co, ha realizado dos importantes anuncios desde que asumió el cargo el 1 de marzo pasado:
- El primero: en el plazo de dos años, la empresa dejará de vender en Estados Unidos productos hechos con aves que hayan sido criadas con antibióticos que sean relevantes para la salud humana como la penicilina o la tetraciclina, entre otros.
- El segundo: a partir de julio de este año incrementará los salarios de los trabajadores de sus cerca de 1,500 locales en Estados Unidos en más de 10%. Con este incremento, dichos trabajadores recibirían más de un dólar por hora más que el salario mínimo. Además, introducirían algunos beneficios como una semana de vacaciones y pago de cierto tipo de capacitaciones.
¿Qué hay detrás de estos anuncios?
En mi opinión, un intento del gigante de la comida rápida por reinventarse, adoptando decisiones valientes pensando más en el largo plazo que en el corto plazo, es decir, priorizando al consumidor frente al accionista.
¿Por qué es importante el anuncio respecto de los pollos criados con antibióticos?
- En primer lugar, más de dos millones de ciudadanos en Estados Unidos desarrollan infecciones que son resistentes a los antibióticos y, de este total, mueren 23,000 anualmente.
- En segundo lugar, el 96.8% de los pollos criados en Estados Unidos reciben antibióticos, no porque estén enfermos sino para estimular su crecimiento. Un 2.8% de los pollos se crían sin antibióticos y 0.2% se crían cumpliendo las normas de producción orgánicas.
- En tercer lugar, muchos de estos antibióticos son relevantes para la salud humana pues son los mismos que son utilizados para tratar infecciones como la penicilina o tetraciclina, mencionadas al inicio de este post. Cuando se utilizan antibióticos para estimular el crecimiento de los pollos, se eliminan bacterias débiles y se crea el entorno perfecto para que de desarrollen bacterias resistentes a los antibióticos. Y estas bacterias viajan no solo a través de la carne del pollo sino a través de múltiples canales como el agua, el suelo, el aire y el contacto de trabajadores con estas aves.
Las infecciones fortísimas “que no pasan con nada” y que, en ocasiones, tienen desenlaces tristes con frecuencia están vinculadas al ataque de bacterias altamente resistentes a los antibióticos. Los pollos criados con antibióticos, sin embargo, no son la única causa. El uso de antibióticos sin prescripción e incluso la prescripción innecesaria de estos para procesos simples también pueden hacer que la efectividad de los antibióticos para enfrentar a las bacterias se reduzca.
McDonald’s es el principal restaurante comprador de pollos en Estados Unidos. En dicho país, se venden tantos items de pollo como de hamburguesas de carne. Si hay algún actor en el mercado que podría dar una señal que genere un efecto arrastre sobre la industria de producción de pollo (que al igual que en el caso peruano está bastante integrada), este es McDonald’s.
¿Por qué es importante el anuncio respecto del aumento de sueldo a los trabajadores?
- El salario mínimo federal en Estados Unidos asciende a US$7.25 por hora. A pesar de que no sube desde 2009, 29 estados ya tienen mínimos por encima de este nivel. Por ejemplo, en ciudades como San Francisco, se exige el pago mínimo por hora de US$11.05 Actualmente, el pago promedio por hora en los restaurantes de McDonald’s asciende a US$9.01.
- El anuncio afectaría a aproximadamente 90,000 trabajadores de los cerca de 1,500 locales propios de la empresa, que representan solo el 10% del total existente en Estados Unidos.
- En Estados Unidos operan aproximadamente 14,350 locales, de los cuales solo el 10% pertenecen a la corporación McDonald’s y el resto son de franquiciados. Es decir, hay cerca de 750,000 trabajadores que en principio no serían afectados por el aumento anunciado.
La corporación McDonald’s no ha sido la única en hacer un anuncio de estas características. En febrero pasado, el principal empleador privado de Estados Unidos, la empresa Walmart, anunció que aumentaría el pago por hora de medio millón de empleados a US$9. A este anuncio le siguieron otras empresas, incluyendo Target e Ikea. Si bien es cierto existía una presión de los trabajadores sobre las empresas, lo cierto es que esta presión no parece haber sido determinante en la decisión de McDonald’s. También es cierto lo que dicen los críticos respecto de que el anuncio no aplica a la gran mayoría de empleados de los franquiciados de la empresa en Estados Unidos. Sin embargo, es claro que el anuncio será una presión que probablemente haga que muchos de estos sigan el mismo comportamiento.
Steve Easterbrook, frente a las dos papas calientes que encontró cuando asumió la gerencia general de la corporación McDonald’s, pudo haber optado por negar la existencia de los problemas y utilizar las dos respuestas típicas que surgen en el Perú cuando se ponen a debate regulaciones para proteger la salud de los consumidores en el Perú o respecto de la posibilidad de incrementar el salario mínimo:
- “El daño no está comprobado”.
- “Subir el salario mínimo contraerá el empleo y afectará el crecimiento”.
Sin embargo, el señor Easterbrook decidió no negar los problemas sino afrontarlos. ¿Era su obligación como empresario? No. ¿Era un buen momento para tomar estas acciones? Tampoco. De hecho las ventas de la empresa están languideciendo desde hace un par de años.
Easterbrook entendió que existen suficientes indicios respecto del perjuicio que genera la crianza de pollos con antibióticos para actuar. También entendió que, a pesar de que en los modelos económicos la mano de obra es solo una letra al igual que el capital físico, la motivación y la relación entre trabajadores y empleados es importante, especialmente en el sector servicios. Y, por supuesto, reconoció que sí es posible aumentar el salario de los trabajadores en Estados Unidos sin generar un colapso económico. Los trabajadores de McDonald’s no están conformes. De hecho, han salido a protestar reclamando US$15 por hora. Sin embargo, el gesto de Easterbrook es un avance.
Mientras esto ocurre en Estados Unidos, en Perú seguimos comiendo pollos criados con antibióticos y hay expertos que aplauden que la producción de pollos se haya convertido en una fábrica eficiente (aunque no señalan a qué costo). Asimismo, hace solo pocos meses estuvo en el centro de la discusión la ley Pulpín que precisamente se aplicaba a la gran mayoría de jóvenes que trabajan en establecimientos de comida rápida.
Desde el sector privado, también es posible hacer políticas inclusivas. Si no, pregúntenle a Easterbrook.