Tips para un Perú con más inclusión social en 2014
Estimados lectores, al comenzar el año aprovecho para hacerles llegar mis mejores deseos de salud, armonía familiar y prosperidad y para compartir con Ustedes 3 tips para promover desde el lugar que estemos un Perú más inclusivo.
Primero, en el año 2014, los peruanos haríamos bien en recordar con humildad el proverbio chino que señala que “incluso un reloj malogrado marca la hora correcta dos veces al día”. Si no tenemos esto presente, seguiremos siendo partícipes – activos o pasivos – de la polarización del país que está en curso. Y es precisamente la polarización la madre de la exclusión que hoy el país trata de superar y además la que anidó movimientos anti-democráticos y revolucionarios que tanto atraso y daño causaron al país en el pasado. La exclusión social encuentra terreno fértil cuando una minoría considera tener todas las respuestas, cuando ignora la opinión de la mayoría sin escuchar, pensar o razonar; y cuando repite casi de forma automática un mismo discurso. Combatamos la exclusión empezando por casa, respetando ideas distintas de las nuestras porque, incluso en el improbable caso que provengan de “relojes malogrados”, tienen la razón al menos un par de veces al día.
Segundo, en el año 2014, los peruanos haríamos bien en seguir el consejo de la más reciente columna de Frank Bruni en el New York Times, titulada “For 2014, Tweet less, Read More”. En dicho artículo, Bruni sostiene que lo que le falta a la sociedad moderna es diálogo reflexivo y lo que le sobra son reacciones apresuradas y poco informadas al son del nuevo ritmo que tratan de imponer las redes sociales. Esta recomendación es muy relevante para la promoción de una sociedad más inclusiva en el Perú.
Los peruanos debemos tener presente que, así como la exclusión social en el Perú echó raíces a lo largo de décadas, la inclusión social no se resolverá con un tuit o un comentario apresurado sino que deberá forjarse sobre la base de un diálogo reflexivo y sin prisas en el que todos los peruanos estén adecuadamente representados. Y para que este diálogo sea genuino, los grupos económicos más importantes, los medios de comunicación, la CONFIEP, así como los partidos políticos harían bien en aceptar que sus opiniones e intereses tienen el mismo valor que las de las asociaciones de consumidores, los gobiernos regionales y la sociedad civil en general; y que no está mal que estos a veces parezcan no estar alineados. Hasta que esto no ocurra no habrá contrato social por más que parezca haberlo, pues un legítimo contrato social es uno que toda la población percibe como justo. Hasta que esto no ocurra, la agenda del país será dictada por los intereses de una minoría y la opinión pública estará sujeta a manipulación.
Combatamos la exclusión empezando por casa, valorando las circunstancias que enfrentan nuestros compatriotas como si fueran las nuestras, informándonos con responsabilidad y acogiendo de buena gana el debate sobre soluciones alternativas a los distintos problemas nacionales.
Tercero, en el año 2014, los peruanos haríamos bien en convencernos de que no seremos una economía moderna si solo a unos pocos les va muy bien sino que alcanzaremos este estatus mucho más rápido cuando a todos o a la gran mayoría de peruanos le vaya razonablemente bien. Cuando esto ocurra, será mucho más sencillo priorizar los intereses de largo plazo sobre la lógica empresarial de corto plazo. Cuando esto ocurra, habrá retornado la reciprocidad a nuestra sociedad y muchos de los graves problemas como la falta de institucionalidad y de respeto a la ley se habrán resuelto. Cuando esto ocurra, no importará si la educación o la salud que reciben o recibirán nuestros hijos es pública y privada porque será de calidad. Y en general, cuando esto ocurra, contaremos con una sociedad de consumidores tan bien informados y empoderados que las organizaciones y empresas – públicas y privadas – no podrán dejar ni un minuto de competir e innovar.
Combatamos la exclusión empezando por casa, adoptando la visión de que “todos estamos en esto juntos” y abandonando la visión que señala que “cada quien baila con su pañuelo”. Combatamos la exclusión empezando por casa, entendiendo que lo que es bueno y cómodo para nosotros no necesariamente lo es para el resto del país y mostrando apertura y flexibilidad para llegar a compromisos incluso cuando estos signifiquen salir de nuestra zona de confort.
Hagamos que 2014 sea un año más próspero e inclusivo para todos los peruanos.