Mis videojuegos favoritos del año

No me baso en la selección oficial de los Game Awards. Esta es mi propia lectura, guiada por gusto, experiencia y criterio crítico. Una mirada que prioriza impacto cultural, narrativa y legitimidad gamer por encima de campañas de marketing o tendencias pasajeras.
El 2025 gamer estuvo marcado por la pluralidad. Desde la poesía de un RPG independiente hasta la brutalidad medieval de un clásico reinventado, pasando por la nostalgia de sagas icónicas y el regreso de franquicias legendarias. Mi lista busca reflejar esa diversidad y, sobre todo, destacar los títulos que realmente dejaron huella en la comunidad y en la industria.

1. Clair Obscur: Expedition 33
El fenómeno francés que convirtió la poesía en videojuego. Su estética y sistema de combate híbrido lo consolidan como el título más influyente del año. La narrativa, cargada de simbolismo, demuestra que un estudio independiente puede competir con los gigantes AAA. Para mí es el ganador indiscutible del año.

2. Indiana Jones and the Great Circle
Cuando era niño y regresaba del nido veía todos los días Temple of Doom en VHS, a tal nivel que mi progenitora decidió desaparecer el cassette. Esa obsesión infantil explica por qué esta entrega me resulta tan especial. MachineGames logró trasladar la mística del cine clásico a una experiencia interactiva, con respeto absoluto por la esencia del personaje y un despliegue técnico que lo coloca entre los mejores. Aunque salió a fines de 2024, no tuvo tiempo de participar en listas anteriores, y por eso merece estar en la cima del 2025 gamer.

3. Ninja Gaiden: Ragebound
Tuve la suerte de ser parte de la primera trilogía en Nintendo y soy de los pocos que logró terminarla. Ver esta nueva versión, que combina lo antiguo y lo nuevo, es lo que más me gusta. Ragebound recupera la esencia clásica y la adapta a un público que exige intensidad y precisión. Es un título que no se conforma con la nostalgia, sino que busca redefinir el género de acción con un nivel de exigencia que recuerda por qué Ninja Gaiden siempre fue sinónimo de reto.

4. Donkey Kong Bonanza
Siempre me encantó la trilogía de SNES, y esta nueva versión está pensada tanto para los retro como para los nuevos gamers. Nintendo revitalizó a su personaje icónico con humor y mecánicas frescas. Bonanza demuestra que lo clásico puede seguir siendo relevante si se reinventa con inteligencia y respeto por la tradición.

5. Silent Hill f
Todos saben que soy amante de la saga de Silent Hill, pero esta entrega trajo cambios que reestructuraron el terreno, enfocándose ahora en un Japón de hace décadas. Una apuesta experimental que demuestra cómo el género puede evolucionar sin perder identidad. Silent Hill f es un recordatorio de que el miedo sigue siendo un terreno fértil para la innovación narrativa.

6. Mario Kart World
Después de tantos años, Nintendo decidió reestructurar y cambiar el modelo de juego de una de sus joyas, con un resultado igual de bueno. World equilibra nostalgia y novedad, consolidándose como un título que une a jugadores casuales y competitivos. Su capacidad de reunir a públicos diversos lo convierte en un fenómeno cultural más allá del gaming.

7. Doom: Dark Ages
Doom es Doom. En esta ocasión crearon una historia que modifica a nuestro personaje de una forma que dejó impactados a los fans. Era como pasar del OK Computer al Kid A de Radiohead: el mismo personaje con un enfoque diferente. Id Software llevó la brutalidad a un escenario medieval, expandiendo la franquicia con frescura y visceralidad. Aunque menos innovador que otros finalistas, su potencia visual y jugable lo mantienen en el podio de la acción pura.

Este ranking refleja lo que realmente marcó el año: la pluralidad del gaming actual. Desde la poesía de Clair Obscur hasta la brutalidad medieval de Doom, pasando por la reinvención de clásicos y el regreso de sagas legendarias. Mi lista no busca coincidir con la oficial, sino ofrecer una mirada crítica y propia sobre el 2025 gamer.