Agricultura digital: el salto de Perú al mundo
Desde este espacio, he insistido en legitimar fenómenos que muchas veces quedan fuera del radar institucional: cultura pop disruptiva, tecnología aplicada con identidad, narrativas que nacen en la periferia y se convierten en centro. Hoy, el campo peruano entra en esa conversación. No como postal ni como cifra de exportación, sino como territorio de innovación real.
La agricultura digital no es una tendencia importada: es una respuesta urgente a un problema global. Y Perú, con su diversidad climática, su tradición agrícola milenaria y su capacidad de adaptación tecnológica, se posiciona como actor estratégico. Esta nota no busca celebrar cifras, sino entender qué hay detrás del boom de los arándanos, de las patentes, de los drones que recorren valles y de los algoritmos que aprenden a cosechar.
La entrevista con Luis Berenguer, vocero de la Oficina Europea de Patentes, no solo legitima el fenómeno: lo aterriza. Nos habla de incubadoras, de big data, de inclusión tecnológica y de cómo los pequeños productores pueden ser protagonistas si se les da acceso, formación y soporte. Y eso, en este espacio, importa.
Porque si hablamos de transformación digital, también debemos hablar de tierra, de clima, de cultivos. Y porque el futuro no solo se programa en Silicon Valley: también se cosecha en La Libertad, se patenta en Lima y se exporta desde Ica.
Arándanos, algoritmos y automatización
Con una población mundial que superará los 10 mil millones de personas para 2050, el reto de producir alimentos dejó de ser una preocupación futura: es una urgencia presente. En ese contexto, Perú aparece en el radar internacional no solo como exportador de frutas, sino como laboratorio vivo de innovación agrícola. Un nuevo informe del Observatorio de Patentes y Tecnología de la Oficina Europea de Patentes (OEP) lo confirma: las tecnologías agrícolas digitales crecen tres veces más rápido que el promedio global, con un 9.4% anual en solicitudes de patentes. América Latina lidera con un 11% anual, y Perú destaca por su capacidad de adaptación y aplicación concreta.
El boom del arándano peruano no se explica solo por la demanda internacional. En una década, las plantaciones pasaron de 400 a 19,500 hectáreas, impulsadas por inteligencia artificial, visión computacional y automatización. Empresas como Danper, junto a instituciones como Indecopi, UPAO y Concytec, desarrollan vehículos autónomos con brazos robóticos capaces de detectar, contar y evaluar la madurez del fruto. La escasez de mano de obra se convierte en oportunidad tecnológica.
Entre 2011 y 2024, se presentaron 140 solicitudes de nuevas variedades de arándanos ante Indecopi. La propiedad intelectual no es accesorio: es blindaje estratégico.
Entrevista exclusiva: Luis Berenguer, vocero de la OEP
Luis Berenguer, director principal de comunicación de la OEP, aterriza el fenómeno peruano con precisión institucional:
Sobre incubadoras agrícolas digitales “Deben combinar respaldo institucional como el de Indecopi con alianzas entre universidades, agencias públicas y empresas privadas. La inclusión de pequeños productores es clave para democratizar la innovación”.
Oportunidades para emprendedores “El crecimiento del 9.4% anual en patentes revela un entorno fértil para soluciones en automatización, sensores, inteligencia artificial y plataformas educativas. El caso del arándano lo demuestra”.
Diversidad climática como ventaja competitiva “Perú ofrece un entorno natural único para startups que buscan escalar soluciones adaptables. La mezcla de tradición e innovación fortalece la resiliencia agrícola”.
Capacitación híbrida y segmentada “Formación presencial combinada con plataformas móviles, segmentadas por región, cultivo y nivel digital. Las alianzas con gobiernos locales y ONGs amplían el alcance”.
Democratización tecnológica “Se requieren subsidios, modelos colaborativos y soporte técnico continuo. El éxito del arándano demuestra que los pequeños productores pueden adoptar tecnologías avanzadas”.
Big data agrícola “Permite decisiones basadas en datos en tiempo real sobre clima, suelo, plagas y rendimiento. En Perú, puede optimizar recursos, reducir pérdidas y mejorar la planificación de cosechas”.
Replicabilidad del modelo arándano “Adaptar algoritmos y hardware a cultivos como quinua, café o cacao. Se necesitan alianzas con centros de investigación y pilotos sobre el terreno”.
Infraestructura tecnológica “Mejorar conectividad rural, acceso a dispositivos inteligentes y plataformas interoperables. Procesamiento en tiempo real y visualización intuitiva son clave”.
Posicionamiento global “Perú puede liderar la región integrando tecnologías en toda la cadena de valor. Su ubicación estratégica y reputación como exportador lo hacen atractivo para inversión y talento”.
Cooperación público-privada “Modelos como Indecopi–universidades–Concytec–empresas privadas aceleran la innovación y garantizan sostenibilidad. Es el camino para escalar soluciones reales”.

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