Toma de riesgo
Luego de la publicación del dato de inflación de Estados Unidos (EE. UU) para el mes de abril, los mercados financieros mostraron señales de tranquilidad y positivismo. En tal sentido, ese día vimos un S&P500 subiendo 1.17% y alcanzando máximos históricos, una tasa del bono del tesoro de EE. UU a 10 años descendiendo más de 10pbs (hasta un nivel de 4.34%) y un DXY cayendo un 0.7%[1]. De hecho, esta cifra fue tomada como un paso en la dirección correcta (hacia una moderación en la inflación); ello luego de un primer trimestre con varios indicadores económicos mostrando mayores presiones vs. lo esperado por el consenso de analistas. Y es que este tipo de datos tienen un efecto bastante relevante sobre las expectativas de reducción en la tasa de referencia de la Reserva Federal (Fed) y, a su vez, estas expectativas tienen un impacto en el comportamiento de los mercados financieros.
Después del dato de inflación publicado, la expectativa es que este año la Fed reduzca la tasa de referencia en dos oportunidades (0.25% de disminución en cada una). Sin embargo, no es que esta expectativa haya tenido un comportamiento estable a lo largo del tiempo. Revisemos un poco la data, en octubre del año pasado -cuando la tasa de interés del bono del tesoro de EE. UU a 10 años alcanzó niveles de 5% en el contexto de una Fed con un discurso más hawkish, un dato de inflación por encima de lo esperado, y la publicación de un número elevado de generación de empleos, esta expectativa se encontraba en casi tres recortes. Luego de eso, vinieron datos más moderados y un discurso de la Fed en una línea mucho más dovish y el mercado cambió radicalmente esta expectativa a un total de siete recortes, ello mientras que la tasa del bono del tesoro se encontraba en niveles cercanos a 3.90%. Finalmente, durante los primeros meses de este año, los datos de inflación y empleo fueron superiores a lo esperado por el mercado y la expectativa llegó a alcanzar un nivel mínimo de casi 1.1 recortes (con una tasa del tesoro cercana a 4.75%). Pero, en estos últimos días, lo sucedido en términos de datos económicos publicados y de pronunciamiento de miembros de la Fed nos ha llevado a este escenario de dos recortes.
Más allá de los swings que han mostrado estas expectativas, y de que es muy probable que esto continúe en los próximos meses, quisiera aprovechar para repasar cómo les ha ido en este entorno a algunas recomendaciones de inversión que se hicieron en una columna previa. La primera fue sobre renta fija, y la idea presentada era que resultaba casi una certeza que -más allá del momento exacto- el siguiente movimiento de la Fed iba a ser una reducción de tasa. Por ello, a los niveles de tasa de ese momento (o si incluso subían más), representaba una oportunidad interesante para incrementar exposición en dicha clase de activo. Efectivamente, las tasas alcanzaron un máximo de casi 4.75% en abril y, luego de los últimos datos y de las declaraciones de Jerome Powell, se dio una bajada importante hasta un mínimo de 4.31%. Mi visión se mantiene, estos niveles siguen representando una buena oportunidad y, si se presenta una subida adicional, pues aún mejor. Es momento de aprovechar las tasas actuales. Por otro lado, también se recomendó invertir en renta variable China. Al respecto, desde marzo hasta hoy hemos visto una subida cercana al 20%[2]. Y aquí también el argumento se mantiene, no es una posición fácil ni de baja volatilidad, pero las valorizaciones actuales descuentan todos los riesgos que se mencionaron y más.
Ya para finalizar, mantengo la recomendación de invertir en fondos alternativos por los beneficios que brindan en términos de diversificación y los interesantes retornos que ofrecen, así como por el hecho de que hoy en día es mucho más fácil acceder a este tipo de instrumentos. Asimismo, una posición en commodities (actualmente el cobre y metales preciosos como el oro y la plata resultan bastante atractivos, por mencionar solamente algunos ejemplos) resulta adecuada para un mundo pospandemia con características muy distintas a lo observado luego de la gran crisis financiera de 2008.