Milei y la No Institucionalidad Latinoamericana
Para los que analizan de manera responsable y transparente, saben que los temas de economía e inversión se comprenden de forma sistémica, holística (whole); en esta dirección, es que tomamos dos factores determinantes para entender las relaciones económicas, y particularmente las de carácter internacional. Estos factores son: 1. El Político, 2. El Económico.
El político podemos decir que se impone sobre el económico, puesto que aquel se encuentra en el campo de la conciencia moral. Trayendo a colación al filósofo Immanuel Kant en su “Crítica de la Razón Práctica”, se trata de los principios de la conciencia moral, que se considera que esta presenta verdades de tipo práctico, no pertenecientes al orden natural, pero que pueden expresarse como lo hacen los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural de Isaac Newton (1687). Estos principios estructuran la cosmovisión que se tiene del mundo y el universo; y de allí se derivan los conceptos de libertad y justicia, así como sus implicancias en aspectos donde se expresa en el mundo real, tales como la propiedad privada, el estado y las naciones.
Partiendo de los principios morales, mencionados en el párrafo anterior, los conceptos de Derecha e Izquierda devienen de ellos. En esta parte, no me introduciré en el campo de la discusión filosófica. Lo que deseo es dejar en claro cuál es uno de los fundamentos del que debemos de partir para conversar de las derechas e izquierdas; de nuestra parte, consideramos que el tema sobrepasa al Idealismo Transcendental de Kant.
Enfocándonos nuevamente en lo político-económico, creemos que la derecha como estructura de pensamiento y movimiento en torno al cual se convoca para seguir una decisión y una conducta política no debe ser tratada de forma peyorativa. Todo lo contrario, es necesario que un país cuente con una derecha constituida, lúcida e inteligente; que presente liderazgo para conducir un Estado y una nación. La derecha es aquella que mejor expresa los valores, objetivos y mecanismos, que refrenda al sector empresarial, dentro de la sociedad capitalista. Para ello, la derecha debe sustentarse en una ética, una institucionalidad, y lo mecanismos para que la sociedad se sienta incorporada dentro de su proyecto, como señalara Jorge Basadre.
En América Latina y particularmente en el cono sur, lamentablemente, se ha visto deslucido el campo tanto de las derechas como de las izquierdas. Tal vez, Chile, hasta hoy, muestre cierta diferencia con el resto de los países de América Latina. De aquí, podemos decir, que el empleo de los llamados modelos, de corte neoliberal, en términos económicos, que mostraron en un primer momento ser eficiente para alcanzar el crecimiento económico, realmente no llenaron el vacío, la ausencia de un proceso económico-social creativo que se compruebe en los resultados. Los estallidos sociales en Chile, Colombia y Perú, de los cuales hemos sido testigos en los últimos años son expresión de la ausencia de proyectos políticos-económicos con respaldo popular.
Dentro de este proceso y contexto es que podemos dar una apreciación sobre la elección de Javier Milei como presidente de la República Argentina. En Argentina, observamos con lástima de que miembros de la derecha como Mauricio Macri y su grupo (no partido), derrotados en las ánforas por el mismo Milei, carentes de representatividad por parte de los sectores menos favorecidos, deban de trabajar por debajo del nuevo presidente, dando un “soporte” a Milei (un outsider), y haciendo en el mejor de los casos de lobista o ubicándose detrás de él.
Ahora bien, pasemos a describir lo que acontece hoy en Argentina, y que se expresa en los medios acerca de las medidas de política económica que se adoptarán. Se trata de un programa de estabilización económica, que tiene por objetivo reducir los grandes desequilibrios existentes y poner los precios en línea para que vuelvan a ser eficientes. Esto se haría realidad en políticas sobre el sinceramiento de los precios de la economía y el cierre de la brecha fiscal y balanza cuenta corriente (sector externo), tal como lo conocimos a finales de la centuria pasada, primero en Bolivia (gobierno de Sánchez De Lozada) y luego en Perú (gobierno de Alberto Fujimori), con la diferencia de que Bolivia recibió un importante apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, operacionalizado, en un programa de proyectos de inversión de tipo distributivo para compensar el primer impacto negativo sobre los ingresos que trae el ajuste de los precios.
El martes 12 de diciembre se dio a conocer las diez (10) medidas económicas del programa de estabilización del gobierno de Javier Milei, involucran los precios del tipo de cambio, precios de la energía y el transporte; cierre de la brecha fiscal, para ello eliminación de subsidios, reducción de número de ministerios y secretarías, parar las contrataciones del Estado que aún no están en marcha; y sector externo, no solo tipos de cambio, sino, tarifas y licencias de importación.
Con una devaluación de más del 50% de la moneda doméstica de Argentina (el Peso), se inicia un proceso que coincide con el mismo día en que el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC) de la Reserva Federal (de EE.UU.) dio su “decisión sobre el tipo de interés” y su apreciación sobre la situación económica y financiera (financial conditions) de dicho país norteamericano.
En el plano internacional, la situación resulta tragicómica. A pesar de los miles de kilómetros que separan a Argentina de Ucrania, no sólo en términos geográficos, sino, de realidad histórica y cultural, el Sr. Zelensky como presidente de Ucrania fue invitado a la transferencia de mando del presidente Milei. Lejos se está haber pensado este evento como un gesto de buscar el camino para enfrentar los desafíos de Sudamérica en la hora actual, con una ruta independiente, de tal manera que vayamos construyéndonos en un bloque con agenda propia en términos de política, economía y finanzas; que nos conduzca a negociar con objetivos más claros, de manera organizada con el resto del mundo; tal como fue la experiencia de los Estados Unidos – EE.UU.- (como resultado de la guerra de secesión) y la Unión Europea después de sus dos guerras mundiales.
América del Sur, hoy anda a la deriva y por bloques, se trabaja en el esquema de organizaciones como Mercosur y APEC; no se tiene agenda propia unificada, sino, que responde a los intereses de quienes patrocinan dicha institucionalidad; a pesar de que Sudamérica es una parte del continente que es rico, estratégico por su ubicación, y con potencial de crear y crecer como mercado.
A nivel mundial, se ha llegado a ver con mayor o menor grado la polarización mundial, dependiendo del nivel alcanzado por las tensiones en diferentes momentos. La Guerra de Ucrania, la cual se desarrolla entre este país y la Federación Rusa, sabemos que no se trata de la guerra entre un país pequeño contra una potencia (Rusia), lo cual suena a un abuso; sino, que forma parte de una estrategia de occidente. Las sanciones económicas y financieras impuestas a la Federación Rusa por las potencias occidentales, nunca fue visto en la historia. Pero aquí no queda todo, lo sucedido contra Rusia puede dirigirse contra China.
Cabe mencionar, por ejemplo, que en el plano de la estrategia tecnológica, en Formosa (reclamada por China como parte de su territorio nacional) se encuentra Taiwan Surgical Corporation (TWSC) – empresa NO China, abastecedor estratégico a nivel mundial, y particularmente de Nvidia (NVDA:Nasdaq), en lo que concierne a productos vinculados a la Inteligencia Artificial y el desarrollo cuántico de frontera; es decir, tecnología avanzada de alto poder.
Dentro de este contexto se encuentra Argentina, para ser una pieza importante por su ubicación dentro del esquema mundial.