La educación es un servicio público, como tal, necesita ser regulado
#educación
Autor: Sergio Bravo Orellana, ESAN
La reforma de Bachelet de un esquema de educación gratuita generalizada y financiada por el Estado pareciera atractiva desde un punto de vista de salud, sin embargo producirá cambios que afectarán la oferta educativa. Un pago uniforme a la oferta educativa desincentivará la inversión en educación y ulteriormente afectará la calidad educativa chilena, que con sus problemas es en promedio una de las mejores de América Latina. Este escenario ha impulsado a los promotores educativos a buscar oportunidades en otros países. Cómo llegó Chile a esta situación? La parte política puede explicarse por el deterioro de imagen de la presidente Bachelet, pero la medida populista se alimenta de un escenario muy parecido al nuestro: una provisión de educación privada cara, en la que algunos centros de estudio se caracterizan por ser de baja calidad y el bajo acceso para los alumnos de familias de bajos ingresos a una educación de calidad. La educación es un servicio público, que por la experiencia muestra que la incorporación del sector privado como operadores de servicio públicos es buena y conveniente. No obstante, si esta provisión por parte de operadores privados no tiene equilibrio entre los atributos que brinda y los precios, en un futuro se consolidará una imagen negativa, escenario que será aprovechado por políticos populistas para incentivar el retorno a un esquema público que termina empeorando la situación inicial. El desarrollo de la educación es una política de Estado que tiene múltiples propósitos, entres estos está el elevar la competitividad del país y el bienestar económico y social, siendo además una herramienta de progreso de los ciudadanos que permite una sociedad mas equilibrada. Al ser la educación un servicio público, esta se debe organizar de manera similar a otros servicios públicos, dentro de un esquema regulado que establezca las reglas para la formación de precios y la regulación de la calidad, la eficiencia y continuidad de la provisión del servicio. Los servicios públicos, que incluso tienen menos impacto en el futuro de los ciudadanos, cuentan con una regulación señalada (telecomunicaciones, energía, transporte o saneamiento). La diferencia entre los servicios de provisión privada con regulaciones generales, como los del ámbito de Indecopi y los servicios públicos es que en los primeros el usuario es capaz de identificar la calidad de los bienes o servicios en el momento que los adquiere y si se da el caso que haya vicios ocultos puede acudir a Indecopi; mientras que en los servicios públicos el usuario o consumidor no tiene la suficiente preparación o información para poder distinguir si el servicio cuenta –o no- con la calidad requerida. Es difícil que un usuario conozca sobre el efecto flicker –indicador de calidad en el servicio eléctrico- o sobre el índice de regularidad (o rugosidad) internacional IRI (International Roughness Index) – indicador de calidad en carreteras-, algo similar a cuando el usuario (padre de familia o estudiante) adquiere un servicio educativo, no tiene el conocimiento ni la información suficiente para discernir si está o no haciendo una elección correcta. A esto se debe añadir, que a diferencia de los servicios públicos mencionados, la educación tiene un periodo de madurez mucho más largo para saber si la calidad fue la adecuada, por lo mismo la regulación de la Educación no se debe referir solo al momento de adquisición inicial sino a distintos hitos de la preparación del estudiante. A raíz de la aplicación de la nueva Ley Universitaria se están discutiendo dos puntos, importantes pero no suficientes: sobre el gobierno de las universidades –sobre todo en las públicas– y en la certificación de las entidades educativas. Aplicación de la norma que regula como debe ser la Oferta educativa. No obstante, la regulación de cómo se organiza, gobierna o administra la oferta no es el camino para elevar la calidad educativa. Es como regular quién debe ser el CEO de Luz del Sur o de TDP e indicarles como organizar y administrar sus empresas, ellos saben más de aquello que los reguladores. Entonces que la norma establezca que para ser Rector debe ser PhD y contar con años de experiencia como Profesor Principal; el esperar que alguien con estos certificados califique como buen administrador y que logre elevar la calidad educativa es poco probable, por lo que no se puede generalizar; es como esperar que un médico -calificado y con años de experiencia como tal- sea necesariamente buen administrador de un hospital. Es altamente probable que terminemos perdiendo un buen académico y ganemos un mal administrador, al igual que en el hospital, en donde se perdería un buen médico por un mal administrador. Las certificaciones también son un esfuerzo de regulación de la calidad de la oferta que establecen las condiciones que deberían tener los profesores en cuanto a títulos académicos, investigaciones, tiempo que le dedican a la docencia, entre otros factores. Sin embargo, hay contraejemplos de buenas universidades globales que no cuentan con certificaciones, así como también existen aquellas que han sido certificadas y no han tenido mejoras en su calidad educativa. Puede ser deseable pero no es una condición suficiente para lograr calidad educativa. Podríamos deteneros en más razones por las cuales la regulación de la oferta no producirá necesariamente calidad educativa, y lo que es más desalentador, no produciría un efecto generalizado de calidad educativa. Por lo tanto, es importante cambiar de estrategia y observar cómo se regulan los otros servicios públicos en los que la regulación se concentra en la medición de la calidad del servicio brindado independientemente si el CEO es ingeniero, tiene maestría o doctorado. Lo ideal sería que el CEO tenga los títulos correspondientes, pero mas importante es que sepa administrar la unidad para lograr los objetivos empresariales y sociales. Entonces, debiéramos empezar definiendo que indicadores de la calidad del servicio educativo, que conocimientos, actitudes y aptitudes deben tener al menos los alumnos de cada grado de primaria, secundaria y de las carreras universitarias. Definidos los indicadores de calidad se debería establecer que para que un alumno cuente con la certificación del Estado de haber culminado con éxito un determinado grado debe cumplir con los indicadores de calidad de dicho nivel, se debe valorar la certificación del nivel educativo del Estado. Para cumplir con este objetivo es necesario que los alumnos de todas las entidades educativas se sometan a evaluaciones y exámenes periódicos para ver si logran cumplir con los requisitos mínimos exigidos en los indicadores de calidad. La sola circulación de esta información entre los padres y los alumnos sería un avance; pero el Estado es el que debe asumir la responsabilidad de lo que significa la certificación de un alumno a nombre de la nación, debe verificar antes que se han cumplido los objetivos mínimos exigidos. Si se regula con el esquema de medir la calidad del servicio, será menos importante como se organiza la oferta. Lo importante es que la oferta organizada y administrada de forma autónoma –allí debe radicar la autonomía universitaria- pueda cumplir con los objetivos de calidad educativa. Libertad en la oferta pero con un servicio regulado. Ahora si el Estado quiere regular la administración de las universidades u otros centros educativos es por un problema de falta de transparencia en la organización y gestión de las universidades públicas, pero aún estas correcciones el tema de la calidad educativa seguirá pendiente. En un próximo articulo analizaré la relación de precio, calidad, exoneraciones tributarias e inclusión social.
Los países están redefiniendo el papel del Estado como director y promotor de las inversiones, trasladando la administración de los servicios públicos al sector privado; este proceso tiene una mayor o menor velocidad en distintos países, llegando a ser una tendencia irreversible.
Sergio Bravo Orellana, Director del FRI ESAN, los invita a seguir su blog y estar atentos a sus próximas publicaciones. Pueden ver más publicaciones de él en su web personal.