Silicon Valley: Una cultura de emprendimiento global y de capital de riesgo
Recientemente me preguntaron acerca de la viabilidad de desarrollar un Silicon Valley en Perú. Antes de responder con un sí o un no, creo que es importante tener en cuenta algunas consideraciones si queremos llegar a ese objetivo.
Silicon Valley es consecuencia de una serie de oportunidades bien aprovechadas que se fueron dando en el camino, durante más de un siglo. Como tal, es irreproducible en el Perú. Sin embargo, podemos ir generando condiciones similares que permitan desarrollar un ecosistema de emprendimiento, pero ante todo es necesaria una transformación cultural. No es un proceso de corto plazo, sino de muy largo plazo.
De esto ya se percataron algunos vecinos como Chile y Colombia, y más lejos Israel. Cabe indicar que Silicon Valley no es el resultado de un plan magistral del gobierno americano o de alguna ONG.
Lo que podemos hacer es extraer los mejores aprendizajes y prácticas de Silicon Valley y “tropicalizarlos” a la realidad peruana. En ese sentido, debemos considerar algo que forma parte de la cultura desarrollada en Silicon Valley que es el win to win y la cultura abierta de colaboración. Por ejemplo, si a un inversionista le gusta un proyecto, puede invertir en él US$ 10 millones y pedir a su socio emprendedor el 20% de participación en el accionariado de la empresa. El inversionista no busca controlar la firma, sino colaborar en su desarrollo, estimulando al emprendedor a esforzarse por sacar adelante el proyecto. Y así ganan todos.
Esto es rentable porque existe un mercado donde se puede vender la compañía y multiplicar por 100 ó por 1,000 la inversión inicial, generando mucha liquidez. Se han dado muchos casos de estas salidas exitosas. Esto es importante porque así se impulsa el financiamiento de nuevos proyectos innovadores. Y es algo que aún no tenemos en Latinoamérica.
En ese sentido podemos mencionar las palabras del expresidente de Chile, Sebastián Piñera, quien dijo en la ceremonia de inauguración del último LAB4+, Foro de innovación y emprendimiento tecnológico de la Alianza del Pacífico, que en los países desarrollados, cerca del 30% del financiamiento está asociado a empresas con nuevas ideas, mientras que en nuestros países llega apenas al 5%.
Si queremos que el emprendimiento y la innovación sean parte de nuestro ADN, deben comprometerse todos los actores de la sociedad: universidades, gobierno, ONG, sociedad civil, incubadoras de negocios, medios de comunicación, inversionistas, etc. Nadie tiene el monopolio en el desarrollo de un ecosistema emprendedor; todos deben participar.
Ciertamente en esa dirección existen iniciativas interesantes en varias universidades como UNI, PUCP, UP, UTEC, entre otras, ya que éstas tienen un rol importantísimo como agente de cambio cultural y la promoción de todo tipo de asociaciones entre el gobierno y la empresa privada. Un ejemplo a seguir es Standford en Silicon Valley.
También se están generando espacios que permiten juntar a los emprendedores con los inversionistas. Así, existen experiencias interesantes, como Wayra (Telefónica), que apoya StartUps en su fase inicial; y Endeavor, una organización global sin fines de lucro que ha llegado este año al Perú y promete mucho para escalar a nivel global emprendimientos peruanos de alto impacto.
La oportunidad: Existe un gran nicho de emprendedores con experiencia en desarrollo de negocios exitosos. Entre ellos hay quienes pueden tener un producto que sea rápidamente escalable a nivel local e internacional. Pero tal vez necesiten direccionamiento (advice) para elaborar un plan de negocio claro y networking de primer nivel que les brinde acceso a inversionistas de riesgo interesados en colaborar con la expansión de su negocio. Aclaremos también que dicha colaboración no es solo con dinero, sino aportando asesoramiento y redes de contacto para que, con el tiempo, ambos (emprendedor e inversionista) tengan un alto retorno a su inversión.
En nuestro caso estamos descubriendo ese mundo después de haber crecido a propio pulmón durante casi 10 años, sin ayuda de alguna organización o del gobierno. Como ejemplo, fue sorprendente que al visitar las oficinas del FYNCIT se nos dijo que financiaban a emprendedores para desarrollar proyectos de innovación tecnológica. Era para no creerlo. ¿Nos van a dar el dinero para desarrollar un proyecto de innovación y no tendremos que devolverlo? Pues sí, respondieron. Obviamente un buen emprendedor sabe que si administra bien esa confianza podrá seguir creciendo.
En ese sentido en Perú estamos dando unos primeros pasos, pero falta dar muchos más. Hay mucho trabajo por hacer para asimilar lo mejor de la experiencia de Silicon Valley. El compromiso es de todos, y la buena noticia es que se puede iniciar ya, empezando a difundir entre todos los emprendedores que conozcamos el espíritu de pensar como Start Up: ¡Negocios con visión global!