Perfil del emprendedor tecnológico y global
En esencia las características y los talentos de un emprendedor latinoamericano tradicional y de quienes han destacado en las grandes compañías tecnológicas de los Estados Unidos son las mismas. Las personas tenemos muchos dones. Pero ¿qué hace falta para lograr grandes resultados como los obtenidos por las compañías norteamericanas?
En este artículo abordaremos las virtudes del emprendedor, acerca de las cuales ya habremos leído o escuchado más de una vez. Pero para entenderlas sobre una base sólida, lo haremos sobre la fuente de las virtudes cardinales que tienen un sustento bien definido. Estas son: Fortaleza, Prudencia, Justicia y Templanza.
Se dice mucho que las virtudes que hay que reconocer en un emprendedor son la visión que tiene de su idea o negocio y la perseverancia que le pone en la ejecución.
Sin embargo, la ejecución puede ser lo que más pruebe la capacidad de un emprendedor, y esta requiere especialmente dos de las virtudes cardinales: Fortaleza y Prudencia. La primera está vinculada con nuestra voluntad y la segunda con la inteligencia.
La Fortaleza tiene varias dimensiones.
1) La constancia, que es la más importante. Así como la repetición tenaz de los ejercicios físicos fortalecen al deportista, la constancia en el trabajo dota de fortaleza al emprendedor. Orden, responsabilidad, honestidad, laboriosidad. Todo esto es producto de la repetición, que da disciplina y esto a su vez da empuje, iniciativa y capacidad de emprendimiento.
2) La audacia es una variante de la fortaleza. es un don. Proponerse metas altas es una característica de un emprendedor audaz. Quizá el emprendedor no llegue a alcanzar esa meta alta, pero habrá hecho el esfuerzo por lograrlo; y seguramente obtendrá resultados superiores a los que hubiera alcanzado de haberse propuesto una meta baja.
3) La paciencia es otra característica de la fortaleza. Hay que ser capaz de soportar situaciones complejas, no desesperarse ante el primer error por muy grueso que sea. El emprendedor paciente aprende de sus errores, los asimila y los vuelca a su favor. Sin paciencia, esto sería imposible.
La segunda virtud cardinal que prueba la capacidad del emprendedor es la Prudencia. Esta se desarrolla en tres momentos:
1) Conocimiento claro de la realidad. El emprendedor tiene un dominio del tema, relaciona los hechos ydebe saber más por sí mismo o por medio de otros.
2) Juicio práctico. Al tomar una decisión piensa bien qué quiere resolver. Identifica ¡cuál es el problema!
3) Ejecución. Se debe tener la capacidad de ejecutar las decisiones tal como fueron planeadas. Una buena ejecución determina el avance de un proyecto; una mala ejecución deviene en retrocesos. Aquí actúa también la voluntad.
Por lo pronto, si usted está dirigiendo un emprendimiento tal vez se reconozca con muchas de las características ahora nombradas. Y aquellos que desean iniciar un emprendimiento, con esta base podremos pensar qué tenemos y qué nos falta. Tal vez la audacia sea lo que requiera algo “especial”, pero mucho de las demás características vienen en nuestra formación personal y profesional. ¡La decisión es suya!
P.D.: En los siguientes artículos hablaremos de las habilidades o skills que debemos aprender y desarrollar para hacer negocios a escala global. ¡Gracias por seguirnos!