Humor, religión y política
El humor es el arma del pueblo contra el poder, y este a su vez está representado, ya sea legal o fácticamente, por la religión y la política. El humor se burla de los poderosos, hace evidente sus incongruencias, sus vicios, sus miserias, saca provecho de sus errores y los muestra con ingenio punzante para beneplácito de mentes retadoras. En ese sentido, una de las expresiones humorísticas más relevantes es la caricatura, que desde sus inicios en el siglo XVI hasta el día de hoy ha estado siempre comprometida con la denuncia y la crítica mordaz, pero que pasa cuando se excede el límite de lo permisible según la idiosincracia de un pueblo.
Inicio así este artículo pues esta semana ocurrió un hecho que me parece interesante comentar y analizar. Gran indignación entre la comunidad católica causó la publicación de una caricatura del reconocido humorista Heduardo en el diario La República en la cual se puede observar a la Virgen María recibiendo una plegaria del candidato a la presidencia Rafael López Aliaga y a su vez ella haciendo una exhortación a su hijo para que perdone a sus votantes pues no saben lo que hacen, haciendo evidente alusión a la famosa frase de Jesús en la cruz. Bien, la molestia se tradujo en un comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana al diario La República, una manifestación en las afueras de la oficina del diario y las consiguientes disculpas del artista a quienes se sintieron ofendidos por el tema.
Pero ¿Cuál fue el motivo de la molestia o indignación? Según el comunicado, y cito textualmente: el uso de la imagen de la Virgen María en una caricatura.
En principio, es importante indicar que la mofa no fue dirigida hacia la Virgen, de hecho, el dibujo es muy respetuoso, considerando que las caricaturas se basan en la exageración de rasgos y el dibujante decidió no recurrir a esta técnica. Tampoco se hace mención alguna al sexo, si hay alguna alusión esta es muy sutil. El motivo de la molestia es simplemente el uso de la imagen sagrada. Aquí chocan dos fuerzas, por un lado, la libertad de expresión y por el otro, el respeto a las creencias religiosas.
Como todos sabemos nuestro país es mayoritariamente católico y era de esperarse dicha reacción, sin embargo, el diario tenía todo el derecho de publicar dicha obra pues la caricatura no está cometiendo ningún delito de segregación u odio contra una determinada religión, ni siquiera se está burlando de los creyentes, simplemente está poniendo en evidencia una contradicción.
Analicemos detalladamente la estructura del chiste y el contexto. López Aliaga demuestra una gran pasión religiosa con su celibato lo cual no concuerda con las supuestas millonarias deudas de sus empresas. Hay una doble moral y esa es la premisa. López Aliaga afirma en una entrevista radial que cuando tiene alguna tentación carnal se dirige a la virgen para no pecar, sin embargo, no siente ninguna culpa debiéndole al estado, entonces el humorista cruza ambos hechos (técnica clásica para escribir comedia) y se pregunta socarronamente qué pasaría si el candidato tuviera la “tentación” de pagar sus impuestos ¿también se dirigiría a la virgen?, y ello lo hace realidad en su dibujo con el texto: Yo te amo, María…azótame para no caer en la tentación de pagar impuestos. Si el caricaturista hubiera dibujado a López Aliaga dándose golpes de pecho diciendo esa misma frase, el mensaje hubiese sido claro, la ironía evidente y probablemente nadie se hubiera rasgado las vestiduras, pero decide arriesgarse siendo más transgresor y dibujar no al candidato sino a la virgen y añadiendo además una respuesta a la plegaria: Hijo, perdona a los que votan por él porque no saben lo que hacen, logrando con ello un segundo remate para solaz de aquellos lectores que no comulgan con el discurso del empresario y son no creyentes, pero una tremenda blasfemia para los feligreses católicos más conservadores, y lo hace hasta por triple partida, primero: dibuja a la virgen, segundo: la hace hablar y tercero: tergiversa una frase de Jesús, es decir a más de uno le debe haber dado un soponcio de la impresión. Conclusión: ingenioso y potente humorísticamente hablando, pero era evidente que causaría molestia estando en un país tan religioso como el nuestro.
Pero esta intolerancia hacia las caricaturas de imágenes sagradas no es exclusiva del catolicismo, hace unos años fueron asesinados los artistas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo por terroristas fanáticos religiosos. ¿El motivo? Una caricatura de Mahoma. Cierto, hay mucha distancia entre un plantón frente a las oficinas de un diario y una masacre a sangre de fría, pero ambas son muestras de intransigencia religiosa.
No podemos ser indiferentes a la importancia capital que tienen las creencias religiosas en la humanidad, y más aún en Latinoamérica, sin embargo, un humorista no puede ser coartado en su labor, he ahí su dilema, vivir en la frontera de lo sagrado y lo profano, el buen gusto y lo grotesco, el aplauso y la pifia. El humorismo finalmente es un ejercicio de funambulismo, sino que lo digan los sobrevivientes del ataque a la revista francesa que a pesar de la tragedia que vivieron siguen publicando caricaturas de Mahoma.