Restaurando la democracia económica: Ideas progresistas para la estabilidad y la prosperidad
Nos aproximamos a los tiempos electorales de nuestro país. En línea con lo que venimos publicando en las últimas semanas, queremos seguir mostrando propuestas internacionales que podrían ser útiles al Perú. En esta ocasión reseñamos brevemente un documento con el título de esta nota elaborado por el Roosevelt Institute el 29 de abril de 2025. https://rooseveltinstitute.org/publications/restoring-economic-democracy/
El Roosevelt Institute es un centro de estudios, una red estudiantil y una organización sin fines de lucro de la Biblioteca y Museo Presidencial Franklin D. Roosevelt. En este se aprende del pasado y se trabaja para redefinir el futuro colectivo. Ellos creen que el futuro de la economía estadounidense y de la democracia depende de una nueva forma de pensar los mercados y el gobierno.
Sus temas de investigación principales se refieren al control del poder corporativo, el trabajo y los salarios, y la economía de la desigualdad racial y de género. El instituto reúne a expertos, invierte en jóvenes líderes e impulsa políticas progresistas que recuperan el legado Roosevelt al siglo XXI.
Justificación
En el prefacio del documento se señala que, durante décadas, el pueblo estadounidense ha expresado su profunda frustración con la economía actual y con lo que no ha ofrecido: seguridad económica; autonomía en las decisiones económicas más importantes de la vida; y poder en el lugar de trabajo y en la política.
En tal sentido la tarea vital del instituto y la publicación es demostrar que la democracia puede dar resultados, mejor y con mayor rapidez que cualquier otra alternativa. Se debe renovar y crear instituciones que empoderen a las personas y garanticen las condiciones materiales que necesitan para participar significativamente en la política.
Se debe demostrar a la gente que el gobierno está dispuesto a enfrentarse a los poderosos intereses que se interponen en su camino y los explotan; y que la gente se sienta vista, escuchada y parte de algo más grande que cada individuo.
Se anota que en este momento, intereses privados y multimillonarios no electos están desmantelando las instituciones públicas, dejando tras de sí terror y dolor. Lejos de la seguridad económica que la gente anhelaba, el caos y la inestabilidad han definido estos primeros meses del segundo gobierno de Donald Trump.
Muchos miembros de la sociedad civil —desde sindicatos hasta funcionarios despedidos y abogados— están realizando una labor fundamental para mitigar las consecuencias y frenar el retroceso del sistema político.
Estructura
Se comienza la colección con ensayos de la periodista Osita Nwanevu y el senador Chris Murphy. Nwanevu explora el concepto de democracia económica, una idea defendida por Roosevelt. Esta considera que el empoderamiento económico está profundamente entrelazado con la libertad democrática.
El senador Murphy explora la posibilidad de restaurar la promesa de oportunidades económicas más allá del círculo cada vez más reducido de comunidades, ocupaciones e individuos que las disfrutan hoy.
El resto de la publicación, con aportaciones de 21 investigadores, se divide en tres secciones, que representan los objetivos centrales que unen a los autores de ensayos de diferentes plataformas políticas: Economía Democrática, Crecimiento Democrático e Instituciones Democráticas. Estos ensayos abordan el alto costo de la vida, la crisis inmobiliaria, la creciente influencia de la IA y la continua necesidad de frenar el creciente poder corporativo.
Ofrecen una mirada a los problemas que se deben resolver si se quiere reconstruir una democracia económica y política próspera. Y comienzan a explorar soluciones políticas para un régimen tributario más equitativo, una política industrial más verde, reformas judiciales muy necesarias y más.
Estos ensayos, según la introducción, no representan la totalidad de los problemas que se enfrentan ni las ideas progresistas para solucionarlos. Tampoco todos estos autores coinciden necesariamente en el mejor camino a seguir. De hecho, creen que el desacuerdo es útil. Este es el comienzo de la conversación: una colección para inspirar, y para generar más conversaciones, más debates y más estudios.
Economía democrática
Los ensayos de esta primera sección exploran una combinación de políticas en pro de una economía más democrática. Una economía democrática no es un objetivo para alcanzar, sino un marco evolutivo para la configuración de los mercados para satisfacer las necesidades públicas.
A pesar de su diversidad, los artículos comparten tres objetivos generales: proteger a los trabajadores y fomentar empleos abundantes y de alta calidad, controlar el coste de la vida y crear una red de seguridad que garantice que una economía sólida no deje a nadie atrás, incluidos quienes no pueden trabajar y cuidan de otros.
Una economía democrática requiere no solo que se alcancen estos objetivos, sino también altere el paradigma neoclásico que condujo a décadas de crecimiento económico decepcionante y una desigualdad vertiginosa en el siglo XXI.
Las propuestas
Las propuestas en esta sección incluyen: 1) Priorizar el pleno empleo; 2) centrarse en el crecimiento salarial; 3) dar voz a los trabajadores en la implementación de la IA; 4) combatir la inflación en los bienes de uso diario con intervenciones creativas en el mercado; 5) valorar la estabilidad de precios tanto como los menores costos; 6) abordar las limitaciones de la oferta de vivienda; y 7) hacer que los impuestos sean más progresivos.
Se plantea que una economía verdaderamente democrática apoya a todas las personas bajo su jurisdicción. Una red de seguridad social que beneficie a todos no puede funcionar únicamente con prestaciones laborales, ni ignorando el empleo. Con el envejecimiento de la población, apoyar una vida digna para las personas mayores es más importante que nunca.
Sobre la red de seguridad se plantea: 1) Defender y ampliar las formas públicas de asistencia jubilatoria y sanitaria; 2) proporcionar programas de asistencia en efectivo; y 3) implementar diversas soluciones a la crisis del cuidado, incluida una opción pública para el cuidado.
Crecimiento democrático
Esta segunda sección del documento ayuda a definir los términos de dicha agenda, con ensayos sobre política industrial, energía verde, impuestos y política de competencia. Si bien estos textos no abarcan todas las dimensiones de una economía (por ejemplo, no abordan el comercio ni las relaciones internacionales), convergen en un principio general: el gobierno federal puede y debe impulsar el crecimiento hacia objetivos específicos, el más inmediato: un futuro más verde e inclusivo.
Se comenta que, tras observar la recuperación económica más rápida en décadas, la administración Biden mantuvo un período de rápido crecimiento impulsado, en parte, por la legislación que fomentó la inversión en industrias que Estados Unidos necesitaba con urgencia, como la energía verde y la fabricación de microchips.
Los problemas
Sin embargo, también se presenció tasas de inflación políticamente devastadoras y una preocupación persistente por la desigualdad extrema. Además, incluso con el auge económico, la mayoría de las personas aún no han visto los resultados directos de las inversiones, que podrían tardar años en hacerse visibles.
¿Podría haber sido diferente, y en qué sentido? ¿Podrían enfoques o condiciones ligeramente diferentes haber permitido que las inversiones impulsaran una economía de pleno empleo popular y más democrática? Y, más importante aún, ¿qué lecciones podemos aprender para el próximo gobierno progresista?
Las propuestas
Independientemente de la industria a la que se aplique, algunos principios de política serán esenciales para garantizar una forma democrática de política industrial: 1) Establecer condicionalidades que limiten el poder corporativo e impulsen la innovación; 2) dar a los trabajadores un lugar en la mesa de negociación para definir las políticas industriales; y 3) elaborar políticas industriales que fomenten una mejora de la vida a las personas.
En el ámbito de cómo enfrentar mejor la concentración corporativa se establece: 1) Implementar una prueba de competencia y proceso competitivo que incluya: a) proteger a las personas, compradores, consumidores y productores; b) preservar oportunidades para los competidores; c) promover la autonomía y el bienestar individual; y d) dispersar y desconcentrar el poder privado.
Otras políticas
En segundo lugar, implementar un enfoque de gobierno integral para la política de competencia; 3) prohibir prácticas anticompetitivas y anti innovadoras; y 4) diseñar una infraestructura de supervisión corporativa más democrática dando más espacio a trabajadores y consumidores.
En el ámbito tributario se propone: 1) Diseñar un régimen tributario que minimice y corrija los males y distorsiones sociales como la especulación y la búsqueda de rentas; 2) hacer del régimen tributario una herramienta esencial para reducir la desigualdad; 3) Aumentar los ingresos que se necesitan para un Estado del siglo XXI; y 4) No utilizar la política tributaria como sustituto de verdaderos programas públicos que se abordan a través del gasto.
Instituciones democráticas
Los editores plantean en la tercera parte del documento que la democracia necesita instituciones, leyes y procesos sólidos para funcionar. Pero la democracia también es una ética, una práctica y una cultura comunicativa. Requiere, quizás, sobre todo, confianza en su funcionamiento.
El gobierno federal —una de las pocas entidades lo suficientemente grandes y poderosas como para contrarrestar el poder concentrado y equilibrar las reglas del juego— debe ser un catalizador para la restauración de esta fe fundamental.
¿Qué significaría expandir la democracia más allá de las urnas, al ámbito laboral y a la formulación de políticas? ¿Cómo se podrían crear y expandir nuevas vías para la participación pública? ¿Cómo se pueden resolver las tensiones entre participación y eficacia para que el gobierno ofrezca soluciones duraderas? ¿Y cómo se podrá lograr un nuevo paradigma de gobernanza democrática que reconstruya un espacio público común y una concepción inclusiva de la ciudadanía?
Las propuestas
Para evitar un mayor retroceso democrático es necesario abordar cada rama del gobierno: legislativa, judicial y ejecutiva: 1) Reestructurar el Senado para que una pequeña minoría de estadounidenses no tenga una voz desproporcionada en la toma de decisiones del Congreso;
En segundo lugar, poner fin a la juristocracia movilizando el poder público y tratando a los tribunales como parte de la economía política más amplia, en lugar de como árbitros institucionales neutrales; y 3) reconstruir el poder ejecutivo para que rinda cuentas al público y se centre incansablemente en resultados que generen confianza y mejoren el poder público.
Confianza y participación
La restauración de la confianza en el gobierno es la piedra angular de una democracia funcional y para esto se debe: 1) Reconstruir la confianza pública promoviendo soluciones políticas que aborden las realidades, los miedos y las esperanzas de los trabajadores; y 2) ofrecer soluciones políticas que construyan estabilidad y comunidad.
En el documento se plantea que la democracia se está cuestionando más allá de los tres poderes del gobierno. Si la democracia requiere más que un conjunto de instituciones políticas, entonces se debe ejercitar la participación y la deliberación en otras esferas de la vida. Para tal efecto: 1) Aumentar la densidad sindical a través de mejorar la democracia en el lugar de trabajo y dar voz a los trabajadores en la configuración de sus medios de vida.
En segundo lugar, marcar el comienzo de una era de democracia mediática. Para lograr esto se requiere proteger la libertad de expresión de la interferencia gubernamental y evitar la captura de los medios por parte de actores poderosos como multimillonarios, plataformas y empresas de capital privado. Ojalá pudiera implantarse en el Perú una parte o todo de lo que aquí se propone para lograr un futuro diferente.

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