La revolución antiliberal: leyendo a los filósofos de la nueva derecha estadounidense
En esta oportunidad se reseña un artículo del Prof. Charles King que plantea la necesidad de leer a los filósofos de derecha para comprender lo que constituye el replanteamiento más radical del consenso político estadounidense. Teóricos como Patrick Deneen, Adrian Vermeule y Yoram Hazony insisten en que los problemas económicos de EE.UU, en especial su relativo declive como potencia mundial provienen de una sola fuente: el liberalismo que identifican como el marco económico, político y cultural dominante y el modelo que se ha estado imponiendo al resto del mundo.
El profesor King es catedrático de Asuntos Internacionales y Gobierno en la Universidad de Georgetown. El artículo base de esta nota se publicó inicialmente en la revista Foreign Affairs el 20 de junio de 2023 y se volvió a reimprimir el 20 de septiembre de 2025. Si bien este se refiere a la problemática norteamericana, también es desafortunadamente pertinente para algunos políticos peruanos como el alcalde de Lima y otros de la DBA local.
Antecedentes
King inicia su texto recordando que durante más de medio siglo, las figuras más destacadas de la derecha estadounidense tenían una misión clara y un claro sentido de su origen. Los conservadores se remontaban a 1790, con las advertencias de Edmund Burke. Consideraban al filósofo Michael Oakeshott y a Friedrich Hayek como antepasados, y veían a Margaret Thatcher y Ronald Reagan, como luchadores por la misma causa: el individualismo, la sabiduría del mercado, el anhelo universal de libertad y la convicción de que las soluciones a los problemas sociales surgirán desde abajo.
Sin embargo, durante la última década, esta perspectiva ha dado paso a una lectura alternativa del pasado. Para un grupo de escritores y activistas, la verdadera tradición conservadora reside en lo que a veces se denomina integralismo: la integración de la religión, la moral personal, la cultura nacional y las políticas públicas en un orden unificado. Imaginan un retorno a un orden mucho más antiguo, anterior al giro — para ellos equivocado — de la Ilustración, la fetichización de los derechos humanos y la creencia en una época en la que se creía que la naturaleza, la comunidad y la divinidad funcionaban como un todo indivisible.
Origen
Se plantea que el integralismo nació en la derecha de los grupos cristianos (no católicos como King señala equivocadamente), pero su alcance ha trascendido sus orígenes, ahora como un enfoque político, jurídico y social conocido por sus promotores como conservadurismo del bien común. En Florida y Texas, su cosmovisión ha influido en restricciones al acceso al voto, restricciones a los currículos de las escuelas públicas que abordan cuestiones de raza y género, y purgas en las bibliotecas escolares.
Su teoría jurídica a moldeado recientes decisiones de la Corte Suprema que redujeron los derechos de las mujeres y debilitaron la separación entre la religión y las instituciones públicas. Su visión ha estado detrás de las prohibiciones del aborto aprobadas por casi la mitad de las legislaturas estatales de EE.UU.
Patrick Deenen
King refiriéndose a Patrick Deenen de la Universidad de Notre Dame, señala que él está motivado por el deseo de rescatar un país y una civilización que encuentra en evidente decadencia. Denuncia las obscenas desigualdades de riqueza y escribe con mordacidad sobre una meritocracia declarada que, en realidad, se esfuerza por reproducir privilegios.
Según Deneen, los liberales han erosionado deliberadamente los foros básicos de la solidaridad social —familia, vecindario, asociación, iglesia y comunidad religiosa— y ahora gobiernan como minoría contra la mayoría popular. En las instituciones que controlan, desde la academia hasta Hollywood, predican que la única vida razonable es aquella libre de las limitaciones del deber y la tradición.
La propuesta
En opinión de Deneen, los creadores de este páramo estadounidense no son solo las personas de izquierda, sino toda la élite política, empresarial y cultural del país. Lo que se ha considerado conservadurismo en EE.UU durante el último medio siglo, escribe, hoy se revela como un movimiento que nunca fue capaz, ni se comprometió con la conservación en algún sentido fundamental.
Sin embargo, para restaurar dicho sistema ideal, los verdaderos conservadores deberán tomar el poder empleando lo que Deneen denomina medios maquiavélicos para alcanzar fines aristotélicos. Cree que los conservadores han consentido durante demasiado tiempo un orden ampliamente liberal, lo que ha implicado aliarse con quienes buscan la primacía del individuo.
La alternativa de Deneen a un liberalismo agotado y licencioso es una forma de política que enfatiza la prioridad de la cultura, la sabiduría popular y la preservación de las tradiciones comunes de una entidad política, es decir, un conservadurismo que busca lo que él y otros autores denominan el bien común. En su uso, este término denota no tanto la valoración del bien común como la construcción de un tipo específico de sociedad: comunal, local y jerárquica.
Adrian Vermeule
Según King, Adrian Vermeule profesor de la Universidad de Harvard, tiene como objetivo recuperar un modo de pensar que, según él, es anterior a la Ilustración. La medida del derecho no reside en si protege los derechos individuales, que, según Vermeule, no son fundamentales para el orden jurídico. Se trata de si el derecho permite la mayor felicidad de toda la comunidad política, que es también el mayor bien de los individuos que la componen.
El bien común es unitario e indivisible, no una suma de utilidades individuales, una definición que implica preferir resoluciones judiciales que promuevan la solidaridad y la subsidiariedad: privilegiar la obligación con la familia y la comunidad, empoderar a niveles inferiores de autoridad, como los estados y las ciudades, y defender lo que Vermeule entiende como derecho natural y la tradición de la antigua Roma y el Reino Unido moderno.
¿Derechos humanos?
Para Vermeule los derechos humanos son ventajas jurídicas delimitadas por su grado de utilidad para el bien común. También cree que las decisiones anteriores de la Corte Suprema, basadas en amplios derechos individuales, tendrán que ser derogadas. La jurisprudencia de la Corte sobre la libertad de expresión, el aborto, las libertades sexuales y asuntos relacionados resultará vulnerable bajo un régimen de constitucionalismo del bien común. El gobierno puede y debe juzgar la calidad y el valor moral de la libertad de expresión. Los derechos de propiedad y los derechos económicos libertarios también tendrán que ser derogados, en la medida en que impiden al Estado imponer deberes comunitarios y solidarios en el uso y la distribución de los recursos.
En opinión de Vermeule, la base de la autoridad legítima no es la costumbre, el carisma ni la racionalidad, como lo planteó Max Weber, sino el orden jurídico y moral objetivo que los constitucionalistas del bien común están mejor capacitados para percibir. Y las elecciones no tienen ninguna pretensión especial de lograr el bien común. Una gama de tipos de régimen puede, o no, ordenarse para el bien común. Pero si esas estructuras producen resultados contrarios al bien común, deberán ser desmanteladas.
Yoram Hazony
El tercer aportante a estas ideas es el académico israelí-estadounidense Yoram Hazony. Según King este describe vívidamente el panorama generado por el orden liberal y profetiza su inminente colapso. Sin embargo, se muestra abierto a la idea de que los liberales antimarxistas podrían aliarse con el conservadurismo propiamente dicho, que define como la recuperación, restauración, elaboración y reparación de las tradiciones nacionales y religiosas como clave para mantener una nación y fortalecerla a lo largo del tiempo.
El paso más importante, cree Hazony, es derribar la separación entre Iglesia y Estado y restaurar las iglesias cristianas (o el judaísmo ortodoxo) como marco normativo y norma que determine la vida pública en todos los ámbitos en los que este objetivo pueda alcanzarse, junto con las excepciones pertinentes. La vida pública volvería a ser abiertamente nacionalista y comunitariamente religiosa.
Los seres humanos desean constantemente y buscan activamente la salud y la prosperidad de la familia, el clan, la tribu o la nación a la que están unidos por lazos de lealtad mutua, escribe Hazony. En general, su punto de vista es nacionalista. Cree en la continuidad inmutable de las naciones culturalmente definidas a lo largo del tiempo, en su primacía inmemorial como forma de organización social y en su papel universal como base de los estados legítimos; proposiciones que han demostrado ser falsas anota King.
La familia
Según King un tema al que Deneen, Vermeule y Hazony recurren una y otra vez es la familia, que a menudo se usa como símbolo de su desaprobación de la existencia de personas homosexuales y transgénero. En cuanto a Obergefell v. Hodges, el caso de la Corte Suprema de 2015 que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, Vermeule considera que la decisión es un ejemplo clásico de extralimitación liberal.
El verdadero problema fue que el matrimonio solo puede ser la unión de un hombre y una mujer, ya que esa definición concuerda con la reproducción biológica. Para Deneen, también, las familias encabezadas por parejas homosexuales son el ejemplo por excelencia de las vidas ilimitadas que los liberales se sienten capaces de concebir.
Los errores
Estos pensadores creen que la fuente de los problemas actuales es todo el orden liberal, que, al igual que el término woke, acaba siendo un contenedor de todo lo que les desagrada. Sin embargo, anota King, no se ahonda en sus múltiples causas.
La disminución de la esperanza de vida, el vaciamiento de la educación pública, la violencia armada como principal causa de muerte infantil estadounidense, las personas sin hogar: todo esto es resultado de decisiones políticas específicas, no de un liberalismo descontrolado. Lo más preocupante es que Deneen y Hazony convierten las quejas de una supuesta mayoría abusada en lo que, de hecho, son los compromisos etnoculturales derechistas de una minoría numérica.
Recomendaciones
Las recomendaciones de estos pensadores, según King, incluyen endurecer las restricciones a la inmigración, mantener la supremacía de la cultura angloamericana, defender el núcleo de las iglesias cristianas (o, para Hazony, que agrega lo judío ortodoxo) y apuntalar a la nación contra los individuos disolutos que han creado una sociedad enferma.
Hoy en día, un segmento movilizado de intelectuales, políticos y votantes estadounidenses se considera parte de una coalición internacional de agraviados, personas cuyo deseo central es precisamente el cambio de régimen. Es común señalar que Trump, Orbán, Putin, y otros líderes autoritarios son versiones del mismo tipo, quizás incluso del mismo patrón psicológico. Pero lo más preocupante es que EE.UU ha desarrollado un ecosistema para producir futuros líderes similares.
Colofón
El liberalismo estadounidense tradicional sostenía que una mayor igualdad permitiría el logro de todos. El conservadurismo estadounidense tradicional advertía que los grandes planes de mejora suelen acabar en desastres. Este sigue siendo un debate que vale la pena mantener.
Pero a pesar de todas sus diferencias, estos antiguos bandos compartían la capacidad de reconocer la tiranía cuando la veían, ya fuera en la Unión Soviética, en el Sur de Jim Crow o en filosofías que proclaman a Dios, la Historia o la Naturaleza como camaradas. Para la derecha estadounidense, puede que se esté agotando el tiempo para recuperar ese sentido de la realidad finaliza King.

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