Los gobiernos que sobrevivieron a la inflación, herramientas inteligentes para regular precios y ganar elecciones
Los que piensan que la inflación se combate exclusivamente con política monetaria contractiva están equivocados. También es importante recordar que la inflación es una variable muy importante para todos los ciudadanos, más aún en tiempos de elecciones. Estas anotaciones son relevantes en momentos en que domina la ortodoxia y cuando a todos los que se preocupan por la gente equivocadamente se les denomina populistas.
Hace más de treinta años, Dornbusch y Simonsen (1987) analizaron y formalizaron las experiencias de estabilización aplicadas en la Argentina, Israel y el Brasil como una opción viable. Ellos consideraron a la coordinación (concertación y/o regulación de precios) como un avance importante de la política para frenar la inflación, pero que no puede hacer milagros sino va a acompañada de la restricción en la demanda. A esta combinación la llamaron política antiinflacionaria heterodoxa, a propósito, poco que ver con lo que se hizo en el Perú entre 1985 y 1987.
Isabella Weber con Doctorados en la Universidad de Cambridge y en New School for Social Research, y profesora en UMASS analiza las experiencias recientes de España y México donde la preocupación por la inflación rindió frutos a favor de los ciudadanos y también electoralmente. Asimismo, anota que en el caso de los EE.UU. los esfuerzos fueron insuficientes. Este artículo, que es la fuente de esta nota, se publicó en la revista Foreign Affairs el 15 de enero de 2025.
Antecedentes
La autora recuerda que, en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, los demócratas se sumaron a una serie de gobiernos que fueron derrotados a raíz de la alta inflación. Su derrota subraya la idea que los aumentos repentinos de los precios de los productos básicos pueden derribar gobiernos. Cuando la gente descubre que los bienes y servicios se vuelven dramáticamente más caros, pierde la confianza en el sistema y se vuelven contra el statu quo.
Otros gobiernos castigados por no controlar la inflación fueron los conservadores del Reino Unido; el Partido Liberal Democrático de Japón; y el gobernante Partido Bharatiya Janata de la India que perdió su mayoría absoluta en el Parlamento en parte debido al descontento económico.
Olvidos peligrosos
Weber anota que en los países ricos se había olvidado la naturaleza políticamente explosiva de la inflación y se la solía adjudicar como un problema que afectaba exclusivamente a las democracias menos maduras. Sin embargo, la inflación resultó ser el talón de Aquiles que hundió el intento de los demócratas por retener el poder en 2024. Trump triunfó en parte porque les mostró a los votantes que comprendía su angustia económica.
Sin embargo, la derrota de los demócratas era evitable. Otros partidos en el poder lograron ganar las elecciones en 2024 porque tomaron medidas que iban más allá de ajustar las tasas de interés para enfrentar la inflación y porque comunicaron claramente a sus ciudadanos lo que estaban haciendo para mantener los precios bajos. Los gobiernos de México y España adoptaron medidas audaces, que incluyeron controles de precios, subsidios, recortes y aumentos de impuestos.
Estas acciones no solo ayudaron a frenar la inflación, sino que también impulsaron a los partidos gobernantes a la victoria y, en el caso de España, ayudaron a mantener a raya a los extremistas de derecha. Estos casos muestran que, en la lucha contra la inflación, existen alternativas reales a depender solo de la política monetaria.
Inflación corrosiva
Según la autora el regreso de la inflación en EE.UU. y en otras partes en 2021 no produjo simplemente un aumento general de los precios. Los costos de los productos esenciales, de las empresas y de las personas se dispararon. Los precios de la energía, los alimentos básicos, la vivienda, el transporte y el flete se dispararon.
Los cierres durante la pandemia habían resultado en recortes de producción en importantes sectores de materias primas y dislocaciones en el transporte marítimo. Cuando la actividad económica se recuperó, la oferta limitada se encontró con una fuerte demanda y los precios aumentaron.
Ganancias récord
Las empresas que operan en estos sectores esenciales obtuvieron ganancias récord. Y las corporaciones en general lograron proteger sus márgenes de ganancia -y en muchos casos aumentarlos- al trasladar los costos más altos a los consumidores. Las decisiones de precios de las empresas convirtieron lo que eran picos de precios locales en inflación general. Al respecto, no se debe olvidar que los récords de utilidades empresariales – según la revista Fortune- fue en 2021.
Obviamente, anota Weber, pagaron la cuenta aquellos hogares que no tenían más opción que comprar productos básicos más caros. Esto invariablemente afectó más duramente a los más pobres. Por regla general, las personas más pobres gastan una proporción mayor de sus ingresos en necesidades que las personas más ricas. Los estadounidenses más ricos no solo escaparon a las peores consecuencias de la inflación, sino que también fueron los beneficiarios principales de la bonanza de ganancias y el auge del mercado de valores tras la pandemia.
Fuera de la caja
Weber señala que los partidos gobernantes que implementaron medidas de emergencia eficaces para proteger a la gente de los shocks de costos fueron vistos como salvadores en tiempos de crisis. En México, Claudia Sheinbaum, que sucedió a AMLO, ganó de manera aplastante las elecciones presidenciales de 2024, y su partido, Morena, no solo retuvo el control del gobierno, sino que aumentó su número de escaños en ambas cámaras del Congreso.
Como economía de mercado emergente, México, al igual que otros países latinoamericanos, tiene una flexibilidad limitada a la hora de fijar las tasas de interés. Su banco central, en su mayor parte, debe responder –en realidad adelantarse- a las decisiones de EE.UU. Efectivamente tuvieron que incrementar drásticamente las tasas de interés para evitar fugas de capitales y apaciguar a los mercados financieros; pero AMLO lanzó un ambicioso paquete de políticas destinadas a estabilizar los precios de los bienes de los que la gente y las empresas no pueden prescindir.
México
La administración de AMLO aprovechó la naturaleza concentrada de los productos básicos, reuniendo a los actores dominantes en una sola sala para negociar un acuerdo. El resultado fue un acuerdo para fijar el precio de una canasta de 24 productos básicos en 1,039 pesos. La mayoría de los artículos eran alimentos básicos, incluyendo cantidades fijas de arroz, aceite vegetal, pescado enlatado, carne fresca, frutas y verduras. La canasta también incluía artículos básicos como papel higiénico y jabón.
Se permitió a las empresas decidir cómo cumplir con el límite de precios general, distribuido entre todos los productos, pero se les exigió que no superaran el precio total de la canasta. A cambio, el gobierno eliminó ciertos aranceles de importación, congeló las tarifas de transporte ferroviario y flexibilizó los requisitos regulatorios. No todos los supermercados y productores firmaron el acuerdo, pero sí los más importantes.
Weber recuerda que, bajo el gobierno de AMLO, el gobierno se aseguró de que su compromiso de hacer asequibles los productos básicos fuera bien publicitado y supervisado día a día. Por otra parte, la estrategia de México incluyó el apoyo a los pequeños agricultores garantizando precios mínimos para productos básicos como maíz, frijoles, arroz y leche para alentar la producción nacional y crear reservas de emergencia.
El gobierno limitó los precios de la gasolina, el diésel y el GLP, así como los precios de la electricidad para los hogares, a través de subsidios que se pagaron en parte con los altos ingresos de PEMEX. El costo total de las políticas inflacionarias de México fue del 1.4% del PBI. Sheinbaum ratificó estas políticas.
España
La autora acota que España, bajo el mando del primer ministro Pedro Sánchez, es otro caso ilustrativo. Mientras Europa lidiaba en 2022 con las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, su gobierno socialdemócrata rápidamente promulgó medidas para proteger a los ciudadanos y las empresas de los shocks de precios de los productos básicos.
España evitó los enormes aumentos en los costos de la electricidad que se vieron en otras partes de Europa al introducir el llamado modelo ibérico, que implicó un tope de precios para el gas utilizado en la generación de energía, que se pagó con impuestos sobre los beneficios extraordinarios de fuentes de energía de menor costo, como la solar y la nuclear. Así desvinculó los precios de la energía de los precios del gas.
El gobierno también prohibió a los propietarios aumentar los alquileres en más del dos por ciento, redujo drásticamente los costos del transporte público y eliminó temporalmente el impuesto al valor agregado sobre los alimentos esenciales. Sánchez creó además el Observatorio de Márgenes Empresariales (un proyecto conjunto de ministerios, la autoridad fiscal y el banco central) para monitorear las ganancias corporativas e introdujo impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y los bancos.
La tasa de inflación de España bajó antes de que los precios comenzaran a estabilizarse en el resto de la eurozona, y la economía del país superó sistemáticamente el crecimiento del PBI de todos los demás países de la eurozona, junto con un déficit público en contracción. En España, la disposición del gobierno a luchar contra la inflación de los precios de los productos básicos también dio sus frutos electoralmente y sirvió contra la extrema derecha. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) logró su mejor resultado desde 2008.
Oportunidad perdida
Weber señala que la administración Biden pudo haber adoptado un conjunto de herramientas de política similar a las utilizadas en México y España. Biden movilizó la Reserva Estratégica de Petróleo para frenar las presiones sobre los precios del petróleo y destacó la especulación corporativa como un motor de la inflación, pero evitó intervenciones más directas, a pesar de que la historia de EE.UU. ofrece numerosos precedentes de tales acciones.
En 2020, Trump utilizó la Ley de Producción de Defensa para evitar la especulación con los precios de los equipos de protección personal durante la pandemia de la Covid-19. Biden podría haber invocado poderes similares para estabilizar los precios de los alimentos y la energía. Aunque criticó a las refinerías por ampliar sus márgenes de ganancia en medio de la crisis de los precios de la energía, no respaldó su retórica con cambios de política.
Colofón
La coordinación, concertación y regulación de precios son herramientas con base teórica que pueden ser muy son útiles acompañando a la política de contracción de la demanda. La cuestión clave es la de identificar sus costos, si estos existen, y definir los ingresos que los compensen.