Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (PEDN): Perú al 2050
El pasado 28 de julio no solo escuchamos el Mensaje presidencial con motivo de las Fiestas Patrias, sino que apareció publicado en el Diario Oficial El Peruano el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (PEDN): Perú al 2050. Esto último es un hecho de importancia, ya que la historia de los PEDN durante las últimas décadas de neoliberalismo fue desafortunada.
Hay que recordar que el Instituto Nacional de Planificación fue cerrado en 1992 durante el gobierno de Fujimori. El Plan Bicentenario se aprobó solo un mes antes de la terminación del gobierno aprista en 2011. El segundo gabinete del gobierno de Humala frenó y canceló su actualización; años después se trabajó una nueva versión que nunca fue aprobada ni por ese gobierno, ni el de Kuczynski, Vizcarra y Sagasti. Enhorabuena por su aprobación durante el actual gobierno de Castillo.
Sin embargo, llama la atención que esta aprobación no haya sido mencionada en el Mensaje del 28 de julio; donde solo se hizo una referencia general a la política general de gobierno 2021-2026 emitida en octubre de 2021. Al respecto, se debe señalar que solo hubo una referencia inicial a sus 10 ejes, pero que no tuvieron vinculación alguna con el recuento de actividades realizadas y medidas propuestas por sectores administrativos que dominó el discurso presidencial.
En un artículo previo señalamos que la política general de gobierno 2021-2026 omitió tres temas fundamentales: la importancia de la transición ecológica, avanzar en la diversificación productiva y la reducción de las elevadas desigualdades. Precisamente estos son los elementos centrales de la Recuperación Transformadora propuesta por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 2020 para nuestra región. En esta ocasión vamos a reseñar la estructura y algunos capítulos del PEDN al 2050; limitando nuestros comentarios a aspectos puntuales. He aquí una primera lectura rápida del PEDN. Ojalá que este Plan sea útil y no un simple saludo a la bandera.
Alcances
Mediante el Decreto Supremo que aprobó el PEDN al 2050 se dispone su publicación en la plataforma digital única del Estado peruano para orientación al ciudadano y en las sedes digitales de las entidades cuyos titulares lo refrendan. Solo quedaría pendiente que todos los sectores administrativos validen los indicadores y metas de los objetivos nacionales, y culminen la formulación de indicadores y metas de los objetivos específicos y acciones estratégicas del PEDN al 2050.
Inmediatamente después se iniciaría la actualización del PEDN al 2050 a cargo del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), sobre la base de los aportes que reciba, para ser sometido a la Presidencia del Consejo de Ministros. La siguiente etapa corresponde a la articulación de los planes estratégicos con el PEDN al 2050 Todas las entidades que integran el Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico articulan sus planes estratégicos a los objetivos nacionales, objetivos específicos y a las acciones estratégicas previstas en el PEDN al 2050. Los sectores formulan y aprueban su Plan Estratégico Sectorial Multianual (PESEM) articulados al PEDN al 2050.
Estructura PEDN 2050
El documento de casi 500 páginas tiene 13 capítulos más la presentación, las referencias bibliográficas y los anexos. Las primeras secciones presentan la visión del país al 2050, la metodología utilizada para el PEDN y el marco de referencia para su desarrollo: Constitución Política, Políticas del Acuerdo Nacional, Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros.
El siguiente grupo de secciones incluye el análisis del contexto: global, Perú en Latinoamérica, la situación actual del país en 2021 en sus diferentes facetas, y perspectivas nacionales (demográficas, ambientales, económicas y políticas). Posteriormente, se plantean cinco escenarios de futuro al 2050: crisis social, desarrollo tecnológico avanzado, crisis económica, crisis climática y desastre mayor.
El futuro deseado se muestra en términos de la imagen futura del territorio: sistema de ciudades y centros poblados; vías y medios de comunicación; económico-productivo y ambiental; propuestas e ideas para un mejor planeamiento estratégico con enfoque territorial; y visión futura del Estado en el territorio. Le siguen los lineamientos y objetivos estratégicos. El documento termina con un capítulo sobre implementación, y de seguimiento y evaluación de PEDN.
Visión al 2050
Tiene un enunciado general estándar, poco original, y luego otros cinco relativos a diferentes facetas. Al respecto, se postula que al 2050 somos un país democrático, respetuoso del estado de derecho y de la institucionalidad, integrado al mundo y proyectado hacia un futuro que garantiza la defensa de la persona humana y de su dignidad en todo el territorio nacional. Estamos orgullosos de nuestra identidad, propia de la diversidad étnica, cultural y lingüística del país.
Se respeta nuestra historia y patrimonio milenario, y protegemos nuestra biodiversidad. El Estado constitucional es unitario y descentralizado. Su accionar es ético, transparente, eficaz, eficiente, moderno y con enfoque intercultural. Juntos, hemos logrado un desarrollo inclusivo, en igualdad de oportunidades, competitivo y sostenible en todo el territorio nacional, que ha permitido erradicar la pobreza extrema y asegurar el fortalecimiento de la familia.
Los cinco enunciados complementarios se refieren a: i) Que las personas alcanzan su potencial en igualdad de oportunidades y sin discriminación para gozar de una vida plena; ii) gestión sostenible de la naturaleza y medidas frente al cambio climático; iii) desarrollo sostenible con empleo digno y en armonía con la naturaleza; iv) sociedad democrática, pacífica, respetuosa de los derechos humanos y libre del temor y de la violencia; y v) estado moderno, eficiente, transparente y descentralizado que garantiza una sociedad justa e inclusiva, sin corrupción y sin dejar a nadie atrás.
Algunas críticas
Nadie podría estar en desacuerdo con los temas que se abordan en la visión al 2050; pero como señalábamos en Alarco y castillo (2021) esta no pasa el filtro de ser retadora y menos para un horizonte al 2050. Esa combinación de buenos deseos plausibles es de poca envergadura a la luz de los retos que se pueden vislumbrar en diversos escenarios prospectivos hacia el 2050. Se ignoran los cambios tecnológicos en robótica-inteligencia artificial, infotecnología (Big Data) y biotecnología en curso. ¿Se olvidaron de la problemática de desempleo y subempleo masivo que pueden generar y que se agrava a partir de la pandemia del covid-19?, ¿el peligro de las dictaduras digitales?, ¿cómo garantizar la libertad de elección de los individuos?, ¿cómo satisfacer las necesidades básicas en un mundo con poco empleo?, ¿dónde quedó la mayor inestabilidad social y política que se podría generar?
¿No se requerirá de Estados Nacionales más fuertes para gravar y redistribuir el ingreso evitando un colapso económico, social y político?, ¿cómo crearemos ciudadanos resistentes a los cambios por venir? Le falta también atender algunas palabras clave como sociedad y territorio integrado, solidaridad, ciencia y tecnología, seguridad alimentaria y energética y de una nueva educación basada en el pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad (Noah Harari, 2018).
Contexto global
El documento plantea que este implica una serie de dinámicas que se manifiestan en el mundo, y que plantean retos y oportunidades, tanto de índole política como económica. Se abordan tres conjuntos de temas: las relaciones comerciales, económicas y de inversión del Perú con los principales bloques; las principales tendencias y megatendencias globales y las oportunidades para el país de los cambios tecnológicos.
El contenido se ve interesante, pero desordenado al iniciar con las relaciones comerciales y económicas del país cuando se debió comenzar con las tendencias globales. Por otra parte, solo se examinan las oportunidades que se pueden generar para el país soslayando los problemas que se pueden suscitar. Habría que enfatizar más en los impactos de la pandemia del covid-19 y de las nuevas tecnologías para el mediano y largo plazo; asimismo en cuatro temas clave hasta el 2030: estanflación, nuevas cadenas logísticas, desglobalización y conflictos geoestratégicos. Los capítulos relativos a Perú en Latinoamérica y situación actual del Perú al 2021 contienen información interesante pero desordenada.
Potencialidades productivas
El PEDN reconoce que, a pesar de los sólidos fundamentos macroeconómicos registrados en la última década, aún la economía no puede salir de la trampa del ingreso medio que permita incrementar el bienestar para todos los peruanos. Este resultado se debe a la magra participación de la productividad en el crecimiento económico y una dependencia de los recursos naturales, la cual, al ser una economía pequeña y abierta, ha sido fuertemente afectada por choques (positivos o negativos) ocurridos en China y Estados Unidos.
Sin embargo, cuando se examina la lista de productos propuestos por CEPLAN encontramos los mismos vinculados al sector agropecuario y minero. Más alrededor de los mismo, sin tomar en cuenta los cambios actuales y los que se vislumbran a nivel internacional al 2030 y menos al 2050. Los productos que se proponen son: (i) pimientos dulces, frescos o refrigerados; (ii) cebollas frescas; (iii) arvejas verdes; (iv) arándanos, aguaymanto, granada, lúcuma, mango, etc.; (v) higos frescos; (vi) toronjas; (vii) manteca de cacao; y (viii) bulbos de amarilis. En cuanto a lo positivo se habla del índice de complejidad económica pero el concepto no se vincula concretamente al Perú.
Escenarios largo plazo
En el ciclo de planeamiento estratégico para la mejora continua, en el análisis de futuro, se identifican y analizan los eventos futuros como tendencias, riesgos y oportunidades, para que partir de ello, se construyan los escenarios disruptivos, los mismos que describen situaciones futuras posibles de ocurrir (en el mediano y largo plazo).
El CEPLAN elaboró cinco escenarios alternativos. El primer escenario muestra las consecuencias de una crisis social a causa de los conflictos y manifestaciones sociales; el segundo escenario analiza los desafíos que enfrentaría el Perú por la ocurrencia de un desastre de gran magnitud; el tercer escenario muestra el impacto que sucedería ante disrupciones tecnológicas. el cuarto escenario cuenta los desafíos a los que se enfrentaría el Perú con una grave crisis económica internacional; y un último escenario de crisis climática.
Objetivos nacionales
El PEDN propone cuatro objetivos nacionales cada uno: 1) Alcanzar el pleno desarrollo de las capacidades de las personas sin dejar a nadie atrás; 2) gestionar el territorio de manera sostenible a fin de prevenir y reducir los riesgos y amenazas que afectan a las personas y sus medios de vida, con el uso intensivo del conocimiento y las comunicaciones, reconociendo la diversidad geográfica y cultural, en un contexto de cambio climático.
3) Elevar los niveles de competitividad y productividad con empleo decente y en base al aprovechamiento sostenible de los recursos, el capital humano, el uso intensivo de la ciencia y tecnología, y la transformación digital del país; y 4) Garantizar una sociedad justa, democrática, pacífica y un Estado efectivo al servicio de las personas, en base al diálogo, la concertación nacional y el fortalecimiento de las instituciones.
En cada uno de los casos se acompañan de los retos y acciones inmediatas; indicadores asociados a los objetivos nacionales; los objetivos específicos y las acciones estratégicas.
Colofón
El PEDN al 2050 contiene elementos interesantes y relevantes. Es un documento que debe ajustarse para lograr un balance y articulación entre sus diferentes capítulos. Hay algunos como el diagnóstico nacional sin ningún orden En la parte económica domina desafortunadamente una visión estándar y donde le falta mirar más hacia el futuro. No todo es competitividad y productividad. Hay que hablar de seguridad alimentaria, energética y de fertilizantes; de actuar decididamente contra las elevadas desigualdades, entre otros.
También cojea por el lado del diagnóstico político-institucional y sobre las imprescindibles reformas que se deben hacer no solo para llegar al 2050, sino al 2025 o al 2030.