Plan Francia 2030: Innovación, Reindustrialización y Transición Ecológica
En muchas partes del mundo se sigue avanzando. El pasado 12 de octubre el presidente Macron anunció el Plan Francia 2030. Este busca convertir a su país en una gran nación de innovación industrial. La inversión de alrededor de 30,000 millones de euros apunta a combinar la transición ecológica, la construcción de pequeños reactores nucleares, producir automóviles eléctricos, entre otros. El programa está previsto para un periodo de cinco años.
Se apunta a ser líder en tecnología e industrias compatibles con el medio ambiente, descarbonizando su industria; especialmente para contribuir en la lucha contra el cambio climático y la resolución de eventuales nuevas crisis sanitarias. El objetivo resaltado por los medios de información es reindustrializar al país. Se propone convertirse en un líder en hidrógeno verde, fabricación de automóviles eléctricos, construcción de aviones bajos en carbono e innovación en biomedicina.
Efectivamente, este plan se implantaría en una economía desarrollada a mucha distancia financiera y tecnológica del Perú. Sin embargo, es un acicate para recordarnos que no debemos quedarnos exclusivamente en la extracción de materias primas. Es urgente, que desde el Poder Ejecutivo y Legislativo se piense y actúe en favor de la urgente diversificación productiva, desafortunadamente olvidada en estos tiempos. Por otra parte, mientras aquí insistimos solo en más TLCs allá se habla de independencia científica y productiva (de Francia y Europa) tras la crisis del Covid-19 para afrontar posibles nuevas crisis sanitarias.
Propósito central
El objetivo de Francia para 2030 es producir mejor, vivir mejor, comprender mejor el mundo, sirviendo a un humanismo francés y europeo que es el corazón del mensaje, de la promesa y de lo que les queda por hacer mañana.
Es necesario construir los medios para hacerlo y al mismo tiempo ser más independientes como franceses y europeos. Si se delegan los medios para alimentarnos mejor, para comprender mejor el mundo, a los demás, serán las preferencias colectivas de otras potencias las que lo harán.
Los chinos lo están haciendo, pero con otro modelo. No tienen el mismo modelo agroalimentario que el francés. No tienen el mismo modelo de innovación y privacidad. Incluso los estadounidenses no tienen el mismo modelo. Se tienen los mismos valores en ciertos temas, pero no se tienen las mismas preferencias colectivas. No tienen la misma relación con la igualdad y la solidaridad colectiva. Nuestras sociedades no operan de la misma manera. El plan comprende diez objetivos concretos.
Reactores nucleares
El primer objetivo es poner en marcha reactores nucleares innovadores de pequeña escala, con una mejor gestión de residuos, para producir energía eléctrica, ya que es el modelo histórico de energía de Francia. Este desarrollo permitiría ser el país de Europa que se encuentra entre los que menos toneladas de CO2 emiten por la electricidad producida.
Se debe reinvertir para estar a la vanguardia de la innovación disruptiva en este sector. Es absolutamente necesario prepararse para las tecnologías disruptivas y las profundas transformaciones de la energía nucleoeléctrica. La promesa de lo que se llama pequeños reactores modulares pequeños, mucho más seguros porque la seguridad es un punto clave en el debate nuclear. También existen tecnologías para gestionar mejor los residuos, algunas sobre las que se está empezando a avanzar, otras no imaginadas.
Se invertirían mil millones de euros de aquí a 2030, comenzando muy rápido con primeros proyectos muy claros. De hecho, se deben poner en marcha varios proyectos sobre distintas familias tecnológicas. Básicamente, se tienen que tratar dos temas clave: mejorar siempre la seguridad y de residuos.
Hidrógeno verde
El segundo objetivo es convertirse en el líder en hidrógeno verde para el 2030. Es un sector energético en el que se puede hacerlo porque se tienen los activos, la energía nuclear, ya que para producir hidrógeno se necesita electricidad porque se tiene que hacer electrólisis. Si se produce hidrógeno utilizando combustibles fósiles no tiene sentido.
Se tiene muy buena investigación, se tienen muy buenos jugadores. Además, se cuenta con una red de start-ups, fabricantes de equipos, emprendedores, innovadores que están listos para funcionar y que están organizados. Lo que se debe hacer con el hidrógeno es no repetir los errores que se cometieron con las energías renovables.
Se debe desarrollar la oferta industrial en hidrógeno y por tanto invertir masivamente en este sector. Todo esto permitirá descarbonizar la industria, abastecer los camiones, los autobuses, los trenes, los aviones. Esto significa que para 2030 Francia debe poder contar al menos dos gigafábricas de electrolizadores para producir de forma masiva hidrógeno y todas las tecnologías útiles para su uso.
Se plantea un objetivo de inversión de más de 500 millones de euros en tecnologías de vanguardia, en energías renovables, en particular aerogeneradores, en tierra, en el mar y fotovoltaica. La estrategia de invertir en energías renovables es un punto clave para la innovación disruptiva. Este es un conjunto de tecnologías que permitirán producir energía y electricidad de manera diferente y comenzar a contribuir a este mundo más libre de carbono.
Descarbonizar industria
El tercer objetivo es descarbonizar la industria. Esto significaría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% respecto a 2015 para 2030, es una revolución productiva sin cerrar las fábricas. Se trata de cambiar por completo el proceso industrial.
Esta estrategia de descarbonización incluye inversiones masivas de varios cientos de millones de euros por emplazamiento industrial. Obviamente es la preservación de varios miles de puestos de trabajo industriales en cada uno de los sitios, pero también es la clave para que no se vayan a trasladar al otro lado del mundo. Al mismo tiempo, la estrategia de descarbonización se complementa con la digitalización y robotización de la industria.
En total, se invertirán más de 8,000 millones de euros para lograr realmente estos tres primeros objetivos de descarbonizar la industria y financiar un nuevo mix eléctrico y la innovación en la producción de electricidad.
Vehículos eléctricos
El cuarto objetivo es producir nacionalmente cerca de 2 millones de vehículos eléctricos e híbridos. Para ello, se debe seguir transformando la flota de vehículos y, por lo tanto, lograr que los vehículos viejos contaminantes sean reemplazados por vehículos nuevos. vehículos eléctricos o híbridos, o incluso de última generación que contaminan mucho menos. Pero también debe complementarse con una estrategia de transporte público, nuevas formas de viajar y una estrategia industrial.
Se debe reinvertir masivamente, hacer todo lo posible por la industria automotriz del mañana. Hay que centrarse en las tecnologías disruptivas y la innovación; empezando con las baterías y pilas; luego en vehículos nuevos. Todo esto solo funciona si existe una verdadera estrategia de cooperación, en particular de los principales fabricantes. Si los grandes fabricantes franceses no juegan el juego, no se tendrá éxito en esta parte. No es solo una política de estado; solo funciona si tienen una estrategia de inversión en el tejido productivo francés.
Avión bajo en carbono
El quinto objetivo es producir el primer avión bajo en carbono para 2030; es un tema de movilización y concentración de esfuerzos. No se debe ser rehén de los procesos pasados. Francia es un gran país aeronáutico. En esta área, se va a invertir para permitir el despliegue de aquí a 2030. Este primer avión bajo en carbono debe ser un proyecto francés.
Tanto el sector automotriz y aeronáutica son sectores que están en el corazón del imaginario industrial francés. Estos son dos sectores que deben estar en el corazón del futuro industrial, y se tiene los medios para hacerlo. Se debe reinvertir masivamente y también encontrar la lógica de los actores. En total, se invertirán cerca de 4,000 millones de euros impulsando una lógica mucho más cooperativa en estos sectores.
Alimentos saludables
El sexto objetivo es invertir en alimentos saludables, sostenibles y trazables. Francia, también allí, y es el pasado industrial y agrícola, ha cumplido cada vez en los objetivos agrícolas que la nación le fijó. Al final de la Segunda Guerra Mundial, a los campesinos se les asignó el objetivo de alimentar al país, a nivel francés y luego a nivel europeo. La granja francesa lo hizo, lo logró a través de dos grandes revoluciones históricas, la de la mecanización y luego la de la química.
Para triunfar en esta nueva revolución de alimentos saludables, sostenibles y trazables se debe invertir en tres revoluciones: digital, robótica y genética. Estas son las tres transformaciones esenciales. Esto también requiere inversión, también allí, pero también tecnologías de vanguardia en robótica agrícola para hacer posible salir de ciertos pesticidas, salir de ciertas prácticas, mejorar también la calidad de vida y mejorar la productividad. Se prevé una inversión de 2,000 millones de euros en este objetivo.
Salud
Una vida mejor es también una mejor atención médica. Se tiene un sistema de salud que es justo, y que se ha mantenido. Francia estuvo a la vanguardia de la producción europea de medicinas hace 20 años; ahora están en cuarto lugar. Esto es fruto de la desindustrialización, de las malas decisiones que se han tomado en segmentos donde los anglosajones, en particular, han ido mucho más rápido.
Se tiene la posibilidad de estar en la cabeza sobre medicinas más predictivas, más preventivas, más personalizadas, más innovadora y con un tejido productivo más fabricado en Francia. La revolución médica se basará en estos criterios, es decir, la convergencia de las innovaciones revolucionarias en salud, pero también la convergencia con la inteligencia cuántica y artificial.
El objetivo concreto es tener al menos 20 biomedicinas contra el cáncer, enfermedades emergentes y enfermedades crónicas, incluidas las relacionadas con la edad, y crear los dispositivos médicos de los centros médicos del mañana en Francia.
Contenidos creativos
El octavo objetivo es estar a la vanguardia de la producción de contenidos culturales y creativos. Las industrias culturales y creativas son industrias abiertas que compiten. Francia tiene ante todo algo que decir al respecto porque son un país de literatura, de creación, de filosofía.
Francia siempre ha tenido éxito en la construcción de un modelo, que durante mucho tiempo se ha llamado la excepción cultural francesa porque se estaba a la vanguardia. Fue el país que inventó los derechos de autor, que protegió a los creadores, que inventó la excepción cultural, quien precisamente inventó la capacidad de preservar una literatura, un teatro, un cine que no es digerido por la uniformidad global.
Se debe tener una estrategia de formación, despliegue de estas profesiones que van desde las menos calificadas a las más calificadas, pasando por las más creativas, de las cuales la diversidad es grande.
Espacio y fondos marinos
Hay dos objetivos finales, pero cuando se habla de Francia al 2030 y hacia lo que se debe proyectar; creen que no se debe olvidar de seguir siendo pioneros: participar en la aventura espacial especialmente con mini lanzadores reutilizables e investigar el fondo marino.
Hay que conocer los fondos marinos, desarrollar innovaciones de vanguardia para realizar exploraciones y permitir el trabajo científico. La posibilidad de tener acceso a estas exploraciones es una palanca extraordinaria de comprensión de los seres vivos, quizás de acceso a ciertos metales raros, comprender el funcionamiento de los nuevos ecosistemas, innovación en términos de salud y en términos de biomimetismo (ciencia que estudia los modelos naturales para imitarlos y resolver problemas humanos).