Transitando hacia la economía circular: Oportunidades y pasos para América Latina
Mientras en el Perú seguimos enfrascados en la política con p minúscula, muchas economías siguen avanzando en la perspectiva de la reactivación transformadora. El Ministerio del Medio Ambiente de nuestro vecino del sur acaba de publicar una Hoja de ruta para Chile circular al 2040. Asimismo, con el título de esta nota se acaba de editar un documento de diagnóstico regional sobre avances, amenazas, oportunidades y retos para transitar hacia una economía circular en América Latina (AL). El documento fue elaborado por el Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC) de Chile y auspiciado por el Programa regional de seguridad energética y cambio climático de la Fundación Konrad Adenauer.
Para el Gobierno de Chile la economía circular constituye un cambio profundo en las formas de producción y consumo. Plantea la necesidad de dejar atrás la lógica lineal del extraer-producir-consumir-botar, para avanzar hacia un modelo en que los residuos y la contaminación se eliminan desde la etapa de diseño, los productos y los materiales que entran en el ciclo económico se aprovechan durante el mayor tiempo posible o incluso de forma indefinida, y los procesos económicos regeneran los sistemas naturales en lugar de degradarlos.
Visión chilena
Se propone que al año 2040 la economía circular regenerativa impulse a Chile hacia un desarrollo sostenible, justo y participativo que ponga el bienestar de las personas al centro; esto, a través del cuidado de la naturaleza y sus seres vivos, la gestión responsable y eficiente de los recursos naturales, y una sociedad que usa, consume y produce de manera sostenible y consciente, fomentando la creación de empleos verdes y oportunidades para personas y organizaciones a lo largo del país. Se proponen metas intermedias al 2030 y metas a largo plazo al 2040.
La visión de esta hoja de ruta sería revolucionaria para el Perú. Llama la atención que fue elaborada con participación institucional y ciudadana por un gobierno conservador. Desafortunadamente, en nuestro país se trata de un tema que está fuera de la agenda y probablemente a la luz de las discusiones actuales sería tildada como antisistema y comunista. Aquí en el Perú se trata de seguir con lo mismo de siempre. A juicio de muchos, solo el modelo extractivista y el neoliberalismo podrán salvar al Perú.
Metas
Se proponen siete conjuntos de metas: generación de nuevos empleos verdes, disminución de residuos sólidos municipales por habitante, reducción de la generación total de residuos por PBI, aumento de la productividad material, aumento de la tasa general de reciclaje, incremento del reciclaje de los residuos sólidos y la recuperación de sitios afectados por la disposición ilegal.
Para lograr alcanzar estas metas, el Ministerio del Ambiente propone una serie de 28 iniciativas, cada una de las cuales contiene distintas acciones. Estas se agrupan en torno a cuatro grandes ejes de acción: innovación circular, cultura circular, regulación circular, y territorios circulares.
Ejes de acción
El eje innovación circular pone el foco en la necesidad de fomentar que la innovación y la creatividad del sector productivo se orienten a la implementación de sistemas de producción de menores impactos socioambientales a lo largo de los ciclos de vida. Se busca que haya más visión de ciclo de vida en el diseño de productos, servicios y procesos, más modelos de negocios circulares, más valorización de los residuos industriales, más financiamiento para proyectos de inversión circulares, y más investigación, desarrollo e innovación para la economía circular.
El eje de cultura circular busca que haya más estilos de vida sostenibles fundados en hábitos y prácticas circulares, más foco del sistema educativo en la sensibilización ambiental y las habilidades para la economía circular, más transparencia y trazabilidad en torno a la gestión de los residuos, y más visión de futuro en el monitoreo del progreso hacia un desarrollo sostenible.
El eje de regulación circular busca que haya más uso de instrumentos económicos para el fomento de la economía circular, más complemento del enfoque sanitario con un enfoque de economía circular en la regulación de residuos, más incentivos para el involucramiento de la ciudadanía en la solución a problemáticas de la economía lineal, y más colaboración y trabajo conjunto entre actores clave para la economía circular.
Con el eje de territorios circulares se busca que haya más presencia de los principios de la economía circular en las trayectorias de desarrollo regionales, más distinción de las particularidades de cada territorio en la planificación de sus procesos de transición, más participación de la ciudadanía en las decisiones que afectan a su entorno local, más preferencia por técnicas de producción que permitan cuidar y aumentar el capital natural del país, y más infraestructura y equipamiento que habilite soluciones circulares.
Urgencia de cambios
Para el CIEC la humanidad está en una encrucijada. Mientras se mantiene el desafío para una parte importante de nuestro planeta por alcanzar un mayor bienestar de su población, que en no pocos casos significa salir solamente de la pobreza extrema, se ha excedido todos los bordes planetarios para lograrlo, conduciendo al planeta a una emergencia medio ambiental con efectos potenciales catastróficos.
De lo anterior, surge la obligación de pensar e implementar soluciones no solo para las generaciones futuras sino en la sobrevivencia de la especie humana. Nos hemos dado cuenta en este proceso, que el modelo tradicional de tomar-producir-desechar, ya no es viable y requiere con urgencia ser reemplazado por uno que asegure la generación de valor económico, social y medioambiental para toda la población, resolviendo la encrucijada; o al menos contribuyendo a su solución.
Así, la economía circular ha emergido sigilosamente como una alternativa que logra cada vez mayor consenso a nivel internacional como un camino viable y, sobre todo, aplicable que reemplace el modelo lineal característico de la revolución industrial. América Latina está dando sus primeros pasos para transitar hacia este modelo que tiene como finalidad alcanzar el desarrollo sostenible, pero ¿cuánto sabemos de los avances? ¿de las barreras para impulsar el tránsito? ¿de las amenazas que se ciernen? ¿de las oportunidades que nos entrega?
Impulsores
En general, los encuestados manifiestan que los actores vinculados a cooperación internacional han sido quienes mayor impulso le han entregado al desarrollo y adopción de propuestas circulares en las naciones latinoamericanas.
Asimismo, es importante destacar que actores como el gobierno y las empresas están siendo percibidos actualmente como agentes de poco cambio. En otras palabras, dado los resultados observados, los encuestados perciben que instituciones de este tipo no han jugado un rol central, como debieran, en la promoción de la economía circular en sus países.
Avances regionales
Los dos primeros temas consultados fueron la “existencia de normas (o leyes) que impulsen la economía circular” y la “capacidad para implementar normas y leyes creadas”. Para ambos casos, los avances en la existencia de marcos normativos son superiores a la capacidad para implementarlos en cada uno de los grados de la escala. Se destaca para ambos casos que los avances son considerados moderados hacia abajo.
Al preguntar sobre incentivos tributarios para que las empresas transiten hacia la economía circular, el 47% de los encuestados señala que no se ha avanzado “Nada”, lo cual estaría demostrando que AL posee una importante debilidad en uno de los aspectos centrales en un ecosistema que permita el tránsito hacia la circularidad de las empresas.
Al consultar sobre el avance en temas vinculados al acceso a financiamiento privado para proyectos circulares, se puede ver que los encuestados señalan que el avance ha sido relativamente escaso. El acceso a profesionales con conocimiento en economía circular es un factor crítico para la dotación de capacidades institucionales, para avanzar en el diseño e implementación de estrategias en diversas áreas económicas. Los encuestados perciben que se ha avanzado escasamente en esta materia en los países de la región.
Por otra parte, hay escasa disponibilidad de información pública para identificar oportunidades de negocios circulares (habitualmente categorizados como bienes públicos). También hay nada o muy poco de redes empresariales que promuevan la economía circular.
Barreras
CIEC planteó diez interrogantes para identificar las barreras a la economía circular. La primera pregunta abordó la aversión al riesgo del empresariado del país de residencia donde 2/3 señaló que estas estas actividades pueden ser percibidos como alta y medianamente riesgosas. En segundo lugar, una barrera es el reducido nivel de conocimiento y práctica en la materia. La tercera se refirió a la falta de leyes y normas sobre el tema.
El financiamiento público y privado ha sido considerado otra de las barreras importantes para avanzar hacia la circularidad en AL. En la misma línea de los accesos a financiamiento, los resultados referidos a la falta de incentivos tributarios para que las empresas transiten hacia la economía circular en la región mostraron ser relevantes para los encuestados.
Amenazas
Se presentaron un total de siete preguntas para conocer el grado de percepción respecto de un conjunto de temas que pueden constituirse como amenazas para el avance de la economía circular en AL. Una de las preocupaciones iniciales fue el sesgo que podía producir la situación de pandemia del covid-19 sobre los resultados, los cuales finalmente no fueron relevantes.
Un segundo aspecto consultado fue el efecto de la inestabilidad política y social de la región para este proceso. Los resultados muestran que ésta es una amenaza importante para más de 50% de los entrevistados. Otra es el consumo inconsciente de la población. Pero ¿cómo educar? ¿cómo generar conciencia? ¿cómo hacerlo desde y para nuestra región? Son preguntas que deben ser respondidas para sortear la amenaza identificada por cada uno de los participantes del estudio.
Otras amenazas se ubican en la potencial caída de la cooperación internacional, falta de métricas internacionales, corrupción y el lavado verde (Greenwashing) que consiste en la mala práctica empresarial de hacer pasar productos y procesos como respetuosos al ambiente, pero que en la realidad no lo son.
Oportunidades
La economía circular también entrega oportunidades a América Latina. Los encuestados han considerado que este modelo es un aporte significativo para la conservación de los recursos naturales, lo que muestra su importancia presente y futura, en un continente que desde tiempos de los virreinatos ha vivido de su extracción, pero que requiere urgente pensar en su conservación y regeneración.
Por esta razón, es relevante la importancia que alcanzó en los resultados el aporte que la que la economía circular puede hacer al incremento en la innovación tecnológica. Transitar desde la linealidad hacia este nuevo modelo requiere buscar innovaciones que permitan potenciar la desmaterialización, el desarrollo de la industria 4.0, la búsqueda de innovaciones tecnológicas disruptivas, así como la generación de nuevos modelos de negocios, pero para lograrlo el continente requiere superar la magra inversión promedio del 0.75% en investigación y desarrollo.
En esto no existen secretos o atajos, la ciencia y tecnológica requieren tiempo, compromiso y asumir riesgos. Finalmente, la economía circular es percibida como una importante oportunidad para la generación de empleo y la reducción de la pobreza. Ambos han sido temas siempre centrales en AL por décadas, pero que ha tomado mayor importancia producto de la pandemia y los 209 millones de pobres que según datos de la CEPAL se han alcanzado en el continente ¿Por qué no avanzar entonces hacia la economía circular, si toda la evidencia muestra que nuestro modelo de desarrollo está agotado? Esa es la pregunta que debe encontrar una rápida y conjunta respuesta por el bienestar de las generaciones presentes y futuras de la región finaliza el CIEC.
Se trata entonces de atender las urgencias económicas y sanitarias del momento; reducir las inequidades en todas las dimensiones; diversificar nuestra estructura productiva y exportadora y avanzar en la transición ecológica. Es hora de que la economía circular adquiera la importancia que se merece en nuestro país; no nos quedemos atrás.