Atender urgencias, problemas regulatorios y retos estructurales desde el primer día
Los poderes económicos, mediáticos y los técnicos afines están insistiendo en que el nuevo gobierno de Pedro Castillo se oriente exclusivamente a atender las urgencias económicas y sociales del momento; dejando para más adelante tanto las ofertas electorales como enfrentar los retos estructurales e institucionales del país. Esta posición es inconveniente, porque de hacerlo no solo se afectaría la relación con sus votantes, sino que dada la actual coyuntura política es poco probable que exista un momento adecuado en el futuro para hacerlo. Hay que comenzar aquí y ahora.
Es evidente que la recuperación económica y su severa secuela social debe ser enfrentada, pero al mismo tiempo iniciar con las transformaciones que el país requiere. Desafortunadamente, hay hasta en el flanco amigo quienes piensan que solo se debe atender lo urgente; están equivocados. La recuperación económica es un reto gigante si se quiere hacer con más empleos e ingresos decentes, no con lo mismo de siempre; pero es insuficiente. Hay que mirar alto y lejos como decía el Antonio Alonso Concheiro (2010).
¿Luna de miel?
El nuevo gobierno no tendrá luna de miel alguna. La alianza de la candidata derrotada con las otras fuerzas conservadoras y las oscuras le harán la vida extremadamente difícil. No se pueden cometer errores, pero tampoco reducirse al papel de un administrador. Hay que hilar muy fino convocando a la unidad nacional incluyendo a los sectores populares, clases medias, sectores empresariales, organizaciones de la sociedad civil, a todos los partidos políticos, universidades, entre otros.
Hay que gobernar con la Constitución Política (CP) vigente; cumplir con todos los compromisos anunciados por el virtual presidente electo y su vocero económico en la segunda vuelta electoral; convocar al Acuerdo Nacional y al mismo tiempo, paso a paso, iniciar tanto las modificaciones que se requieren en los marcos regulatorios como las reformas anunciadas previamente.
El punto de partida debe ser el discurso del 28 de julio donde no solo se debe incorporar una visión unificadora e integradora, el inicio de la construcción de un proyecto nacional, algunas acciones concretas iniciales y la constitución de comisiones ad hoc para dar inicio al proceso de transformación. Efectivamente, la transición entre el actual y futuro gobierno será casi inexistente, pero esto no debe ser impedimento para avanzar con algunos elementos puntuales.
Cambio constitucional
La bandera de una nueva CP es una pieza clave del nuevo gobierno. No se puede dar marcha atrás, aunque algunos de nosotros lo hubiéramos circunscrito a incorporar todo un conjunto de importantes cambios concretos de naturaleza económica, social, política e institucional que hemos comentado anteriormente. Sin embargo, eso ya no es posible. Creemos que al presidente electo le correspondería actuar simultáneamente en tres frentes concretos.
En primer lugar, se debe solicitar al Congreso de la República recién constituido se discuta la ampliación de los criterios para modificar la CP a partir de un referéndum para decidir o no el establecimiento de una Asamblea Constituyente. En segundo lugar, acompañar este proceso con un gran movimiento ciudadano para obtener millones de firmas solicitando de manera inmediata un referéndum. En tercer lugar, en la medida en que los anteriores procesos tardan, constituir el 28 de julio una comisión ad hoc para pensar, discutir e integrar una nueva CP (o sus modificaciones puntuales) que se pondrían en consideración del Congreso y/o de la Asamblea Constituyente.
Esta Comisión debería aprovechar la experiencia y los resultados de la convocada por el Pdte. Paniagua que integre a expertos constitucionales y de las diferentes disciplinas a considerar. A diferencia de esta, debería congregar los aportes de todos los grupos sociales, económicos y políticos; incorporando los aportes de las diferentes regiones y territorios del país, pueblos originarios y ciudadanos en general. Tanto su arquitectura como procesos institucionales habría que definirlos cuidadosamente con el Acuerdo nacional, expertos internacionales y nacionales.
Elección de autoridades
La captura de un nuevo gobierno se puede realizar a través de diversos mecanismos. Uno de estos es incorporar ministros sin la convicción por los cambios que frenen o anulen las iniciativas que se plantearon en la primera y segunda vuelta electorales. Un Consejo de ministros con perspectiva administradora podría congelar todos los cambios que se necesiten.
El presidente electo debe operar de manera diferente a la tradicional, con paciencia y sin aceptar las seudo urgencias que imponen los grupos de poder económico y mediático que quieren candidatos a su medida. La designación de los colaboradores cercanos debe ser también oportunidad para ir avanzando en una propuesta de reestructuración o reforma del Poder Ejecutivo.
Luego la propuesta formal se presentaría para discusión y aprobación del Congreso de la República, pero mientras tanto el gobierno estaría trabajando con una aproximación de una estructura más ideal. En el cuadro 1 se muestran las principales etapas para designar autoridades en un proceso de reactivación transformadora.
Cuadro 1. Principales etapas para la designación de autoridades con énfasis transformador
Algunos ejemplos
En primer lugar, hay que definir las actividades por realizar. Una clave es dar inicio al proceso de diversificación de la estructura productiva y exportadora desde el primer día de gobierno. Para ello los candidatos deben cumplir una serie de características profesionales, personales y de compromiso con el cambio. Después de eso surgen los nombres de candidatos posibles que deben ser evaluados. Luego sigue la selección e inmediatamente, conjuntamente las otras funciones y tareas se le encargaría el Ministerio de la Producción y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. El comercio exterior como complemento de la estrategia de diversificación productiva.
Por otra parte, también se trataría de establecer compromisos concretos de la autoridad designada. El problema usual es que cada uno después se siente rey en su propio feudo. Hay que exigir mucha rendición de cuentas y transparencia.
Solo como ejemplo es prioritario el desarrollo de un sistema integrado de ciencia, tecnología e innovación encargándole a un experto la presidencia del Concytec a la par de la dirección ejecutiva de los principales centros de investigación sectoriales. Otros sugieren integrar el sistema financiero del Estado encargando a un solo funcionario la presidencia de COFIDE, del Banco de la Nación y Agrobanco.
Es un sinsentido que se tenga que nombrar a un Ministro de Energía y Minas y al mismo tiempo a otro presidente de PerúPetro. La designación y la encargatura debe recaer en una sola persona. Es también una irracionalidad que habrá que corregir más adelante en el Congreso que PerúPetro sea una sociedad anónima. Al mismo tiempo algunos de los reguladores sectoriales deben ser fortalecidos, pero ya no hay sentido alguno, porque toda la actividad productiva es desplegada por privados, de que la regulación del sector telecomunicaciones este por fuera del Ministerio correspondiente. Todo esto sería el primer paso para reorganizar ese archipiélago en que se ha convertido nuestro Poder Ejecutivo.
Un nuevo MEF
Hay que partir el MEF en dos. El área relativa al Planeamiento estratégico, economía y descentralización; y la segunda de hacienda responsable de los ingresos y del gasto público, el financiamiento y velar por los necesarios equilibrios macroeconómicos. A su vez reintegrar las funciones del CEPLAN y de todo un conjunto de organismos dispersos de la Presidencia del Consejo de Ministros. Dos autoridades en lugar de las decenas que tenemos ahora.
También no solo hay que pensar en los ministros de Estado sino en las principales autoridades tales como el Superintendente de Banca, Seguros y AFP´s encargado de la estabilidad, eficiencia y eficacia del sistema financiero; o del titular de la SUNAT encargado de mejorar la recaudación, recuperar adeudos y acelerar litigios. Existe también mucho espacio para reintegrar organismos públicos a sus ministerios o algunos entre sí. En la reforma del Poder Ejecutivo hay mucho por hacer.
Mejor calidad IED
Se necesita la inversión extranjera directa (IED), pero bajo nuevas reglas. Es inconcebible que el país esté siendo demandado ante la CIADI por empresas corruptas. Se requiere de IED por parte de empresas socialmente responsables, que promuevan la transferencia de conocimientos y cuenten con las mejores prácticas de manufactura. Se debe procurar que esa IED promueva el procesamiento de materias primas y de mayor contenido tecnológico.
El 28 de julio debe anunciarse la creación de una comisión especial para repotenciar nuestros tratados bilaterales de inversión (TBI) y de capítulos de inversión de los TLC; a la par que se respetan los compromisos adquiridos. La mayoría de estos fueron acordados durante los años noventa, muchos de los cuales están entre vencidos y por vencer. Ahora treinta años después no solo las circunstancias del país han cambiado, sino que se cuenta con mejores prácticas internacionales promovidas desde la UNCTAD y de los ACFI del Brasil previos al gobierno de Bolsonaro.
La IED debe realizarse considerando la primacía de los derechos humanos; debe exigir que las empresas sean socialmente responsables; que se promueva la transferencia de conocimientos; que se creen más instancias internas para la solución de controversias (Ombudsman locales); impedir demandas de empresas corruptas, entre otras que se deben iniciar con el registro y verificación de la información asociada a estas inversiones.
Mejora regulatoria
Las tarifas eléctricas para el consumo doméstico en el Perú son entre 20% y 30% más elevadas que el promedio de los estados de la Unión Americana. Esto es inaceptable en un país con ingresos per cápita siete veces menores a los de esa economía. Se requiere anunciar la creación de otra comisión que analice las reglas actuales, los rendimientos autorizados a la inversión, las ventas de energía en los diferentes mercados, entre otros elementos que puedan explicar esta situación irregular.
También es importante revisar y mejorar las reglas para las asociaciones pública privadas. Por ejemplo, en el caso de la infraestructura de transporte no existen evaluaciones ex post de todas las concesiones otorgadas por Provías nacionales. Después de más de veinte años seguimos con las mismas viejas prácticas cuando a nivel internacional se utilizan mucho los peajes en sobra y en Chile la asignación de estas concesiones es con base al menor valor presente del ingreso esperado. Inmediatamente después que el inversionista recupera su inversión esta revierte al Estado.
Repotenciar TLCs
Los TLC también deben ser repotenciados. Han sido útiles para exportar un poco más alrededor de los mismos productos, pero los perjuicios por el lado de la producción nacional no se han valorado. Hay que impulsar las exportaciones con mayor procesamiento y contenido tecnológico. Por ejemplo, la relación con la China debe ser a otro nivel, no con base a productos primarios.
Un tipo de cambio real alto, el establecimiento de franjas de precios para determinados productos agrícolas y el uso de los mecanismos antidumping de la Organización Mundial del Comercio más política industrial y sectoriales son suficientes para impedir la competencia desleal y reducir la elasticidad importaciones producto.
Retos estructurales
Son varias las tareas por atender. Hay que establecer otra comisión que estudie como masificar el uso del gas natural. Con esta se reducirían los sobrecostos para los ciudadanos y las empresas que serían equivalentes entre el 1% y 2% del PBI dependiendo de la diferencia del precio en términos de poder calorífico del gas natural, de los hidrocarburos líquidos y el volumen sustituido.
Dejamos para otra oportunidad la discusión de las políticas de reactivación económica donde hay mayores consensos y los otros temas del cambio estructural donde es imprescindible reorientar nuestra canasta productiva y exportadora hacia bienes que tienen mayor demanda internacional (elasticidad ingreso de las exportaciones).