¿Precondiciones para el crecimiento económico y viabilidad de una propuesta transformadora?
El primer debate entre los candidatos de Fuerza Popular y Perú Libre en Chota fue positivo, salvo en lo relativo a la reducida distancia entre el público. Hay que reiterar la felicitación a las autoridades locales por la rapidez y eficacia de su logística. Asimismo, de que los moderadores mostraron más imparcialidad que lo observado, en algunos momentos, en los debates de la primera vuelta electoral.
La presentación fue en general alturada y educada, salvo el natural intercambio de pullazos. A ojos de algunos limeños el debate humanizó más al candidato de Perú Libre que a su rival. Sin embargo, donde falló es en la profundización de contenidos y el acudir a algunas propuestas populacheras, no dijo populistas o populares por que los gobiernos se deben a todos sus ciudadanos. Frente a las repetidas generalidades y afirmaciones riesgosas del candidato nos llamó la atención la reducida profundidad en las propuestas de la candidata que va por su tercera campaña presidencial.
Viejas ideas
Coincidimos con la perspectiva de Julio Schiappa quien afirmó que los candidatos tienen viejas idas; no entienden que la pandemia está redefiniendo la economía, lo globalización, las relaciones de poder y comerciales y hasta los sistemas políticos. Por eso fueron incapaces de ir a un debate sin presupuestar el costo en dinero de sus propuestas; sin proponer una reforma del Estado indispensable para un imprescindible proyecto nacional o de patria, ni una vía al desarrollo que no sea el viejo capitalismo (en realidad la versión local del neoliberalismo más rapaz) y el viejo socialismo (o de un capitalismo de Estado fuera de contexto).
La candidata no solo repite la vieja fórmula económica del pasado, esa que nos ha desnudado la verdadera realidad del país y que soslayan los poderes económicos y mediáticos, sino que insiste en más de lo mismo. Más goteo, extractivismo, flexibilidad laboral, impuestos regresivos, apertura comercial, TLCs, Estado mínimo, contratos lesivos, asociaciones públicas privadas y sistema de pensiones sin revisión ni cambio alguno. Esa fórmula excluyente que no solo crea bolsones de pobreza, amplía las desigualdades (no las ficciones estadísticas) y que no es garantía de crecimiento estable y sostenible para el mediano plazo. Todo lo anterior sin olvidar sus impactos negativos sobre la cohesión social y la estabilidad política.
¿Salto al vacío?
El candidato de la transformación también se equivoca cuando rehúye la concertación, cuando segmenta a la sociedad entre el pueblo y los otros; olvidando a todos los ciudadanos. Cuando cree que ajustar y aterrizar contenidos a la realidad es transar; cuando piensa que no existen técnicos ni las clases medias y las alusiones a los empresarios son marginales. No construye una narrativa para Todos que garantice cambios, pero a la par cierta estabilidad y continuidad.
Perú no es Bolivia ni el Ecuador. Efectivamente hay que reconocer los avances económicos y sociales recientes que tuvieron esas sociedades y algunas valiosas enseñanzas en campos específicos; pero es inapropiado pretender repetir todo lo que ellos hicieron por la gran diferencia en nuestras estructuras sociales y del contexto internacional. La diversidad étnica, social, cultural, económica es más compleja aquí que en esos países hermanos, por lo que de debe hilar más fino. Solo como ejemplos, la presencia empresarial es más poderosa o que a la mayoría de los peruanos, eso creemos, no nos gustan las reelecciones presidenciales seguidas.
Son tiempos de pandemia donde en todas partes se ha puesto en cuestión el modelo neoliberal. Hasta en el Foro Económico Mundial se habla de un nuevo Gran Reinicio con más equidad y preocupación por el ambiente; o de la Reactivación Transformadora de la CEPAL con diversificación productiva, más equidad y transición ecológica, evitando la restricción externa y modificando las cosas paso a paso.
Nuevo entorno internacional
Por el momento Trump es historia vieja; estamos en tiempos de Biden donde las coincidencias y cercanías pueden ser mayores. Mientras el Banco Mundial y el BID siguen en las mismas de siempre, hasta el FMI avanza al reconocer la elevada desigualdad como un problema frente al cual hay que establecer mayor progresividad en los impuestos a la renta, entre otras medidas. Tenemos también un nuevo aliado en el Papa Francisco.
La Unión Europea, EE.UU. y la OCDE están discutiendo la homogenización hacia arriba en las tasas del impuesto a la renta; cuando se avanza en los impuestos ecológicos, a la economía digital, al patrimonio o riqueza, tenemos más amigos que enemigos de antes. Mientras que en el Perú neoliberal no se avanza, en todas partes del mundo se reconoce lo pernicioso de los paraísos fiscales internacionales y de la necesidad de un nuevo balance entre Mercado, Estado y Medio ambiente.
Es urgente abandonar ese antiimperialismo trasnochado, ni patear el tablero que nos condenaría al ostracismo. Efectivamente, las potencias internacionales y los organismos financieros internacionales no son hermanitas de la caridad, pero en este mundo de cambios rápidos hay que ser pragmáticos, obteniendo apoyos y logrando acuerdos en beneficio de todos los ciudadanos. Hay que aprender lo que sea positivo, pertinente y viable de China, Corea del Sur, Vietnam, entre otros; no lo malo.
Precondiciones para crecer
Se necesita seguir creciendo; no debe haber espacio alguno a perspectivas que generen un equilibrio estacionario o peor aún de decrecimiento; ya que la población continuará aumentando y las brechas por cerrar son grandes. Hay que procurar una reactivación transformadora con diversificación productiva, mucho mayor equidad en todas las esferas y transición ecológica que no deje a nadie atrás. Se debe atender los problemas urgentes de la severa crisis sanitaria y económica y enfrentando, desde ahora, los viejos y nuevos retos de la economía internacional y local.
En el cuadro 1 se lista una serie de precondiciones, sujeta a discusión, para este tipo de reactivación. En primer lugar, aunque sin mencionar aquí, la principal prioridad es la superación de la crisis sanitaria. Esta perspectiva es heterodoxa, yendo más allá de la visión neoclásica donde predomina un enfoque por el lado de la oferta, olvidándose de la demanda y donde los únicos factores de la producción son el capital, el trabajo y las tecnologías.
El candidato no debe olvidar que requiere del sector privado y necesita de un Estado de mayor tamaño y calidad. Precisa de abundantes recursos fiscales, pero a la par de inversión privada y consumo. También de divisas suficientes para que no genere escasez que alimente un proceso inflacionario que destruya lo que se pueda avanzar. Al mismo tiempo debe reconocer que la redistribución del ingreso a favor de las remuneraciones es importante pero que tiene límites en la restricción externa y la capacidad productiva instalada. Se exige también de ciudadanos (capital humano) de alta calidad que tenga los incentivos materiales para quedarse y trabajar en su proyecto individual que contribuya al bien común sin dejar a nadie atrás.
Cuadro 1. Principales precondiciones económicas para una reactivación transformadora
Condiciones sociopolíticas
Son indiscutibles los énfasis del candidato por las regiones, sectores, comunidades y ciudadanos abandonados y marginados del país. Sin embargo, falta una narrativa que nos convoque a todos, que nos integre, que no asuste. Durante muchos años hemos insistido en la construcción de un nuevo pacto económico, social y ambiental; ahora puede ser la oportunidad sin olvidar que en el centro están los ciudadanos, no el pueblo y que todo lo demás es lo instrumental.
Al inicio de la semana se presentó una encuesta donde se señaló que el 86% de la población desea cambios en la Constitución Política (CP) entre moderados y radicales. Ello significa que es innecesario que se convoque a un referéndum. La modificación de la CP es un acuerdo mayoritario, casi arrasador, y ante el cual el nuevo gobierno debe trabajar de manera inmediata. Lo que procedería es que el Poder Ejecutivo convoque el 28 de julio a una Comisión de Alto nivel de Expertos que integre a todas las fuerzas sociales, políticas y económicas, incluidos los empresarios. Una suerte de Comisión Paniagua del 2001 ampliada. Esta opción daría espacio al gobierno para atender las urgencias de la coyuntura y los problemas de largo plazo desde el presente. Luego las propuestas se presentarían a través del nuevo Congreso.
Viabilidad
Desafortunadamente el futuro se sigue viendo mal. Ambos candidatos aún no otorgan las garantías suficientes en términos de la preservación de la Democracia, del Estado de Derecho, la independencia de los Poderes del Estado previstos en la Constitución Política. En términos económicos y sociales la continuidad y profundización de las políticas previstas por la candidata mantendrían las grandes inequidades, siendo fuente de convulsiones sociales y políticas.
Del otro lado la lista de interrogantes pendientes y del cómo se harán las cosas siguen abiertas. No hay claridad y lo que se repite insistentemente suena entre peligroso y fuera de la realidad. Se sigue utilizando un lenguaje inadecuado e impreciso. Por ejemplo, en lugar de señalar que se van a cerrar las importaciones se puede plantear que se utilizarán intensamente los mecanismos de la Organización Mundial del Comercio frente a malas prácticas del comercio internacional que afecten la producción nacional.
Hay diversos problemas importantes con los TLC, pero desecharlos de partida es inviable e inadecuado a la par de generar conflictos en el corto y mediano plazos. En cambio, hay que evaluar sus aportaciones, estudiar, complementarlos con otras políticas y en su caso renegociarlos. Los capítulos de inversión de esos Tratados y los Tratados Bilaterales de Inversión tienen que se analizados y mejorados de acuerdo con las mejores prácticas de la UNCTAD, y no intentar simplemente suspenderlos. Se cometieron serios errores en el pasado, es hora de enmendarlos, pero no hay que tirar todo por la borda; eso es suicida.
Llamado final
La Sociedad Civil organizada, el Acuerdo Nacional y la ciudadanía en general debe convocar a ambos candidatos para que firmen un compromiso por la democracia. Por cada parte, aunque no les guste, deben aterrizar y precisar sus lineamientos económicos, sociales, políticos y ambientales por el bien de todos; el tiempo se va acortando.
Nota: Al día siguiente en que se entregó esta nota a prensa salió publicado el compromiso entre el candidato de Perú Libre y Juntos por el Perú. ¡Enhorabuena por ambos líderes y el país!, ya que se despejan todas las dudas con relación al respeto de la legalidad, la Democracia, la división de poderes del Estado, entre otros temas clave; sin embargo, todavía faltan mayores precisiones en materia económica.