Escenarios económicos 2020
Las proyecciones económicos apropósito del COVID-19 cambian continuamente. Esto ocurre tanto por el desafortunado crecimiento de los enfermos y fallecidos especialmente a nivel internacional como por los daños colaterales resultado de las medidas que se están tomando para evitar que esta se convierta en una pandemia. Para suerte de todos en nuestro país la vida y salud de las personas están primero. Sin embargo, llama la atención la aparente ligereza con la que se presentan las estimaciones sobre el PBI a propósito de este virus. El miércoles pasado un analista señaló que se produciría una caída del 3% en 2020, el jueves la principal empresa consultora nacional señaló una caída del 4.5%; mientras un ex titular del MEF planteó un rango muy amplio entre 1.6% y -1.1%. En ningún caso, no sabemos si por problema de espacio en los medios de comunicación o de transparencia de los analistas, se establecen los supuestos que condicionarían dichas estimaciones.
Es imprescindible ser claro y transparente. Se deben abrir nuestras cajas negras (instrumentos y procedimientos) siendo explícitos en los canales de transmisión y en los supuestos que se asumen para derivar resultados. Tanto los otros colegas como los interesados en las proyecciones deben contar con los elementos para evaluar su razonabilidad. Lanzar números al aire es poco serio ya que puede dañar las expectativas en perjuicio de todos. ¿Se trata de estimaciones con usos de modelos? ¿De qué tipo?, ¿Son estimaciones gruesas considerando impactos originados por el lado de la demanda, oferta y los ingresos?, ¿Contemplan impactos de la economía internacional y los resultados de las medidas internas?, ¿Incluyen las medidas de mitigación que se están implementando y las que al parecer ocurrirían en los próximos meses para reactivar la economía?
El país se acaba de enterar del anuncio de la paralización de actividades no esenciales y del toque de queda por cuatro semanas. El golpe inicial del COVID-19 vino del sector externo. Tanto la demanda como los precios de nuestras materias primas cayeron. A la par se desacelaron los flujos de turistas y luego se frenaron totalmente. Los impactos sobre el mercado de valores fueron en oleados con un balance negativo acompañado de la suspensión de los movimientos de capitales. La paridad cambiaria se depreció pero como era de esperar, se está recuperando ligeramente. Por el lado interno el aislamiento social obligatorio incluiría al 70% de las actividades productivas excluyendo a la minería. Esta tendría un impacto negativo semanal del 1.3% del PBI. Asimismo, se han dictado un conjunto de medidas que intentan palear estos efectos destacando el bono de S/.380 que se entregaría a 3.5 millones de familias y el subsidio fiscal a la planilla de las empresas para evitar despidos. También la titular del MEF señaló que se están reservando al menos S/. 5 mil millones para la etapa posterior de reactivación económica. Tampoco hay que omitir que la proyección inicial del crecimiento del PBI para el 2020 era de 4%.
Con números gruesos las cuatro semanas de paralización parcial implicaría una reducción del PBI de 5.2%. A esta habría que agregar los efectos por el lado del sector externo tanto por las exportaciones de productos mineros como por la reducción de turismo externo. Una reducción trimestral del 10% en precios y/o cantidades en las exportaciones y del 30% en los flujos turísticos generarían una caída del PBI de 0.7% y de 1.3% considerando un efecto multiplicador de 2. La suma de los impactos negativos sería de 6.5% del producto a la cual habría que restar el efecto expansivo suponiendo que el MEF aplique S/. 6 mil millones como nuevo impulso fiscal anticíclico que podría generar un crecimiento del producto del 1.6%. La suma y resta de estos efectos considerando una proyección positiva inicial del 4% daría como resultado una contracción del producto de 0.9% en 2020. Lo anterior, suponiendo que los efectos del sector externo no se prolongue más allá de un trimestre y que los programas del gobierno sean efectivos. No se consideran los ligeros impactos positivos de la reducción de la Tasa de Referencia de Política Monetaria ni un deterioro drástico de la inversión privada. Por el momento, a finales de marzo nos ubicaríamos lamentablemente alrededor de una caída del PBI de 1%, más que de 4% y 5% como plantean algunos.