Covid-19: Impactos económicos internos
El coronavirus (Covid-19) ya llegó al Perú. Hasta el viernes pasado eran 38 casos, que ahora se están presentando desvinculados al caso cero. La noticia positiva es que luego de un mes del pico de casos y fallecimientos en China está aumentando el número de recuperados y las muertes están bajando drásticamente de 150 a menos de 17 diarias. La menos positiva es que se están presentado casos probables en diferentes regiones del país donde las condiciones de vivienda y limpieza están lejos de las ideales a la par que en unas semanas inicia el cambio de estación con los efectos negativos tradicionales sobre la salud de las personas. El 32.9% de las viviendas del país no tienen red pública de agua potable, 41.4% no tienen desagüe de red pública y 31.8% tienen piso de tierra según el Censo de 2017; sin contar las escuelas públicas y centros de salud que no cuentan con agua.
Los impactos económicos del Covid-19 en el Perú tienen origen en lo que ocurre en el mundo y en la propia dinámica interna. Poco a poco los precios y la demanda de nuestras materias primas exportadas se están reduciendo como resultado de la suspensión de decisiones de gasto de personas y empresas en el exterior, particularmente en China. Los flujos de turistas y personas se están contrayendo rápidamente. Las bolsas de valores se están desplomando en las últimas semanas, más por lo sobrevaluadas en que se encontraban previamente. La moneda nacional se ha depreciado hasta poco más de S/. 3.5 por dólar americano, pero no habría muchas razones para que esto siga sucediendo ya que el fenómeno también perjudica a EE.UU. Internamente, a pesar de las compras de emergencia de material de limpieza, de algunos no perecibles y medicinas, las decisiones de gasto e inversión de familias y empresas se reducirían comenzando con el gasto fuera del hogar (restaurantes, esparcimiento, servicios diversos, viajes y otros). Lo anterior, afectaría los niveles de producción y empleo, a la par que las tasas de interés activas efectivas se elevarían por la depreciación de la moneda nacional. Los efectos negativos sobre las finanzas públicas serían obvios por los menores ingresos públicos y los probables mayores niveles de gasto.
Efectos externos
Si se supone que el Covid-19 generaría una caída del 30% de los tráficos totales de pasajeros y turistas externos por al menos un trimestre el menor gasto sería por US$ 645 millones. Hasta inicios de marzo la caída acumulada del precio del cobre en los últimos 12 meses ha sido de 6.7%, 12.8% del zinc, 9.4% en el níquel, 0.7% en el plomo y 0.9% en la plata. Sin embargo, hay subidas en el oro y la reducción de los precios en los graneles agrícolas y petróleo nos conviene por nuestra balanza comercial deficitaria. Un descenso generalizado de los precios de las exportaciones tradicionales del 10% y 15%, manteniendo los volúmenes físicos de 2019, generaría una perdida en un trimestre entre US$ 844 y US$ 1,265 millones. Un cálculo grueso, en su mejor escenario, sería equivalente a una menor demanda externa de 0.7% del PBI, que con sus efectos multiplicadores podría generar una caída del PBI de 1.3%. No se evalúan los efectos negativos en las exportaciones no tradicionales manufactureras.
Dinámica interna
La medición de los impactos internos puede resultar más compleja ya que hay que sumar los efectos positivos sobre la demanda de las compras de emergencia, limpieza y de salud, pero restar los desfases en las decisiones de gasto de familias y empresas. Si se considera una caída del 10% durante un trimestre de la comida que se realiza fuera de los hogares, de los gastos de recreación y cultura y de enseñanza la caída directa del PBI sería del 0.3% y 0.6% si se consideran efectos multiplicadores. Si se suma una contracción del 5% del gasto de transporte la caída directa del PBI sería de 0.47% y de 0.9% en total con efectos multiplicadores. La suma de los efectos negativos externos e internos podría generar una caída del 2.2% del PBI sin considerar los efectos positivos sobre la demanda interna. Con la elasticidad empleo-producto de mediano plazo se tendría un menor crecimiento de la PEA ocupada de 0.9% equivalentes a 150,000 trabajadores ocupados que ingresarían a las categorías de desempleados, subempleados e inactivos. La estimación oficial del crecimiento del PBI de 2020 caería por el Covid-19 del 4% a alrededor de 2%. Ojalá nos equivoquemos y las medidas de aislamiento y contención peruanas y globales sean efectivas para reducir los impactos de un trimestre a un mes.
Canal financiero
La caída de las cotizaciones de las bolsas de valores reduce el valor de las empresas y la riqueza de las personas, afectando también el valor patrimonial de las aportaciones y rendimientos acumulados de los trabajadores a sus respectivas AFPs. Esta reducción impactaría negativamente en las expectativas conduciendo a suspender o eliminar decisiones de consumo e inversión privada. La depreciación de la moneda nacional, aunada a la reducción de los flujos de capital podrían elevar las tasas de interés activas y por ende los costos financieros de personas y empresas a nivel local. Sin embargo, es también posible que estos costos tenderían a reducirse posteriormente a nivel internacional por la mayor disponibilidad de fondos no utilizados como resultado de la desaceleración productiva global.
El Covid-19 genera aislamiento interno y externo por lo que se afectan las cadenas de suministros. Sin embargo, señalar que esto puede afectar los precios de productos manufacturados que importamos (especialmente de China) es un sinsentido, ya que las decisiones de gasto en esos bienes se postergan fácilmente. Por otra parte, si bien se ha producido una depreciación de la moneda nacional (5 o 6%) es probable que su nivel actual sea el que se tome como referencia tradicional para la fijación de costos y precios. Lo que desafortunadamente está ocurriendo con el precio del pollo, la papa, las legumbres y otros productos en los mercados es pura especulación.
Mayores márgenes de comercialización o de ganancia para algunos no son positivos para la demanda interna ya que nadie garantiza que esos mayores ingresos se gasten. Para mala suerte de todos el Fujimorismo y el neoliberalismo nos insertaron el chip del individualismo extremo y del todo vale. Ante este panorama la reacción del gobierno, el BCRP, Indecopi, SBS y de AFPs y reguladores sectoriales es urgente. ¡Es hora de trabajar articuladamente!