Benchmarking tributario
El benchmarking es una metodología muy utilizada en la administración y en las finanzas, pero también puede ser útil a la economía. Se trata de comparar nuestro desempeño mediante indicadores específicos respecto de otras realidades afines. Con estos resultados se determinan brechas para después extraer enseñanzas con relación a las mejores prácticas. La herramienta puede aplicarse para evaluar nuestro nivel de recaudación tributaria y si su estructura se alinea a las mejores experiencias internacionales.
Nuestra brecha fiscal es significativa, en perspectiva comparada, teniendo en cuenta que la presión tributaria es solo de 15.3% del PBI respecto de 22.8% del promedio de América Latina y el Caribe y de 34.2% del PBI de la OCDE para 2017. Se utiliza información debidamente compatibilizada por la OCDE (2019). Las contribuciones sociales del Perú son equivalentes a 2% del PBI, mientras que el promedio regional es 3.9% y 9.1% en los países miembros de la OCDE. Esto explicaría nuestra precariedad en el tema.
También hay brechas con el impuesto a la renta de las personas naturales siendo en el Perú de 1.9% del PBI, mientras que en la región es de 2.2% y de 8.3% en la OCDE. Hay diferencias relevantes en los otros impuestos a los bienes y servicios con 1.2% del PBI en Perú, respecto de 5.4% de la región. Las diferencias son menores en el caso de los impuestos al valor agregado donde nuestra recaudación es de 5.9% del PBI, 6% en la región y 6.8% en la OCDE. No hay diferencias en el caso del impuesto a la renta de empresas.
Otro espacio para actuar donde las otras economías nos llevan la delantera se refiere a los impuestos ambientales. Estos comprenden los cargos a la energía de combustibles fósiles, impuestos a los vehículos a motor, servicio de transporte y sustancias que afectan la capa de ozono, entre otros. El promedio de América Latina es 1.1% del PBI, mientras que en el Perú es de 0.4%, siendo el record de Honduras y Costa Rica con alrededor del 2.3% del PBI. En la OCDE estos impuestos se ubican para el mismo año entre 1.6% y 2.3% del PBI dependiendo del tipo de ponderador utilizado. Otra área por atender son los impuestos a las actividades extractivas en particular a la minería. En el Perú fueron equivalentes al 0.6% del PBI, mientras en Chile 1% y en Bolivia 0.8%. Nuestras regalías mineras podrían multiplicarse por tres para recién arribar a los niveles que se cobran en Chile y Bolivia (OCDE, 2019).
La recaudación por impuestos a la propiedad en el Perú es del 0.4% del PBI, la mitad del promedio de nuestra región; pero el espacio para incrementarlos se ubicaría más por el lado de impuestos a la gran propiedad rural. Por otra parte, en el Perú hay una excesiva concentración de la recaudación en el gobierno central con relación a los gobiernos regionales y locales (85% del total). En Colombia es del 73% o en países federales como Argentina y Brasil del 44% y 61% respectivamente. Antes de pretender subir los impuestos prediales en el ámbito urbano, que afectarían principalmente a los sectores medios, hay muchas áreas donde se puede actuar primero. También, ya que estamos en pañales, hay mucho espacio para iniciar una verdadera descentralización fiscal.