¿Agenda económica para el Congreso?
Los resultados electorales han sorprendido a muchos, incluido nosotros. Aún no se disponen los datos oficiales pero las tendencias son claras. Es indiscutible que el Congreso estará más fragmentado que el anterior. Las fuerzas políticas serían al parecer nueve, pero se identifican muchos subgrupos e independientes al interior de varios de estos. La concertación será difícil pero no imposible. Se afirma que hubo diversos elementos sorpresivos; sin embargo, el único importante fue el gran espacio que logró el FREPAP, ignorado por todas las encuestadoras y por los mal denominados sectores modernos de la sociedad. A nuestra ignorancia se suma la labor de los medios de comunicación masivos, del gobierno y los grupos de poder económico que han construido una realidad ficticia de nuestro país.
Los resultados son un portazo de realismo. El ascenso de la UPP era previsible, aunque no en la magnitud que ha logrado en ciertas regiones del país. Nos preocupa que los movimientos progresistas tradicionales agrupados en torno a Juntos por el Perú no puedan alcanzar lugares en el Congreso. Efectivamente, es obvio el fuerte bloqueo mediático contra esas visiones de transformación realista, pero también obliga a revisar las agendas, definir e implantar nuevas estrategias de trabajo, de contacto y de comunicación con la sociedad. Es un hecho destacable que las fuerzas obstruccionistas del Congreso anterior hayan perdido muchos espacios e incluso alcanzado votaciones ínfimas como las del APRA, Contigo y Solidaridad Nacional. Por otra parte, el PPC debería realizar una reingeniería radical.
Este nuevo Congreso, en el corto tiempo disponible, debe asumir las tareas formales establecidas por Ley y coadyuvar al logro de consensos. No tienen la tarea fácil por la diversidad de agrupaciones y prioridades políticas, pero esos son los gajes de la democracia. En positivo, el fantasma del mayoriteo quedó en el pasado. Al parecer, solo habría espacio para formar bloques a partir de temas puntuales que deberán priorizar.
El trabajo debe iniciar con la revisión de los Decretos Legislativos donde hay excesos en las exoneraciones tributarias. Cuando coexisten muchas de estas solo se erosiona la recaudación tributaria y no se promueve efectivamente actividad alguna. En lo económico hay espacios positivos para insistir en la mejora de la normatividad sobre medicamentos básicos, acceso universal a la salud, fusiones y adquisiciones empresariales, normas laborales, defensa del consumidor y sobre los reguladores sectoriales, entre otros temas. El FREPAP abre espacios para una nueva agenda agropecuaria y de fronteras. Hay que felicitar al Frente Amplio e invocarles a proporcionar espacios a la agenda progresista tradicional y no solo a la ambientalista. Urge conciliar las actividades extractivas con lo ambiental y el desarrollo local. Hay diversos temas puntuales del capítulo económico de la Constitución Política y de los sistemas de pensiones que podrían ser abordados. La integración del segmento de pensiones no contributivas, aportes empresariales progresivos, mayores recursos del gobierno y una nueva institucionalidad que se vienen discutiendo en Chile, son algunos de estos.
Las urgencias nacionales son numerosas e importantes. Las bancadas de AP, APP, Partido Morado, Podemos y Somos Perú pueden contribuir positivamente a muchos de los temas económicos aquí mencionados; se debe concertar activamente con ellos. Hay que evitar una mayor fragmentación que contribuye al inmovilismo, favoreciendo a unos pocos. En el nuevo Congreso no debería haber espacio para los dogmatismos extremos, los post extractivismos radicales, la captura regulatoria-corrupción, ni la xenofobia. Todos nos necesitamos.