¿Adiós milagro chileno?
A las protestas sociales de Argentina y Ecuador ahora se agrega Chile. Desafortunadamente, ya sumaron más de una decena de muertos, los heridos y detenidos varios centenares. Efectivamente se han producido numerosos y graves actos vandálicos, pero también hay cacerolazos y manifestaciones no violentas. Luego de varios errores de comunicación el gobierno ya propuso todo un conjunto de medidas económicas razonables, pero todavía se desconoce la respuesta ciudadana. La otrora economía líder y modelo regional ha perdido brillo rápidamente. El detonante fue la subida de la tarifa del metro de Santiago en hora pico, ahora suspendida. Más atrás están los agravios al bolsillo de las familias de bajos ingresos por el reciente ajuste en las tarifas de la luz; los elevados costos de las medicinas y la salud, de la educación privada y de las fallas del sistema privado de pensiones mal ejemplo para toda la región. Cualquier semejanza con el Perú en estos temas no es pura coincidencia.
Chile lidera a toda la región en términos del producto per cápita. Este asciende a US$ 24,190 a precios de paridad de poder adquisitivo; mientras que el peruano es de US$ 13,810 en 2018. También tiene la mejor posición de América Latina en el Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo: lugar 44 respecto del 89 de Perú con datos al 2017. Según la información más reciente del Banco Mundial, que registra la información nacional oficial, solo el 8.6% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza; mientras en el Perú es el 20.5% de la población. La última línea de pobreza chilena es de 165,037 pesos equivalentes a US$ 228, superior a los S/ 344 peruanos equivalentes a solo US$ 104 mensuales por habitante; más del doble. Lo anterior, a pesar de que según el Banco Mundial el nivel de precios en Chile sólo es 28% más alto que el peruano.
No hay que ser adivino para encontrar la raíz de los problemas: la elevada desigualdad. Adolfo Figueroa (2010) anotó que si el grado de desigualdad supera los umbrales de tolerancia está será considerada excesiva o injusta y generará desorden social, violencia y criminalidad, así como mayor inestabilidad política, corrupción, entre otros fenómenos. El coeficiente Gini de concentración de la riqueza de Chile en 2016 fue 0.805 (según Credit Suisse), la participación de los salarios en el PBI 38.6% y el Gini de la distribución personal del ingreso 0.45. No hay que olvidar que el valor máximo del Gini es 1. Por cierto, el Perú supera a Chile en concentración de la riqueza en pocas manos con un coeficiente 0.807 y una menor cuota salarial en el producto de 31.5%. Si bien el Gini de la distribución personal peruano de 0.44 es ligeramente inferior al chileno, cuando se le corrige se ubicaría alrededor de 0.65.
Chile y el Perú comparten el mismo modelo económico neoliberal en su vertiente más rapaz donde lo único que importan son las ganancias y no la calidad de vida de los ciudadanos. Las salidas para superar los problemas que detonaron el caos están al alcance de nuestras manos: una nueva institucionalidad regulatoria, una reingeniería de los sistemas pensionarios y de salud pública, aumentar la presión tributaria a los sectores y personas de más altos ingresos y una nueva política de salarios mínimos e ingresos en general. No me gusta anotarlo, pero con las recientes propuestas económicas Chile nos lleva la delantera. No hay necesidad de abandonar el modelo económico, eso sí se requiere previamente construir un nuevo consenso económico-social y ambiental. “Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”.