¿Una agenda estratégica?
Todos los años en el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos-Suiza se presenta un reporte sobre las tendencias y riesgos de la economía mundial hoy en día y para la próxima década. En el informe 2019 divulgado a fines de enero se sistematizaron las opiniones de entre 750 y 900 expertos tanto de empresas de consultoría internacional, sector empresarial como de gobiernos. La idea del documento es que se pongan sobre la mesa los grandes temas sobre los que hay que pensar, diseñar e implantar políticas ahora para un horizonte de mediano y largo plazo. La lista de lo importante, donde no hay respuestas preestablecidas, contrasta mucho con la que propuso el decano de la prensa nacional al Gobierno peruano a inicios de esta semana.
Las tendencias que se destacan en el documento presentado en el FEM son el cambio climático, la degradación del medio ambiente, el envejecimiento poblacional y el aumento de la cyber dependencia. Asimismo, llama la atención que destaquen la elevación de las disparidades en la riqueza y los ingresos, el incremento de la polarización de las sociedades y la proliferación de los nacionalismos. Con esta lista los riesgos saltan a la vista en orden de importancia: profunda inestabilidad social, fracaso en las gobernanzas nacionales, seguidos de alto desempleo y subempleo, conflictos interestatales, grandes migraciones voluntarias y consecuencias adversas de los avances tecnológicos, entre los más importantes.
Por el contrario, las políticas que proponen al gobierno peruano para aprovechar su capital político es bastante pedestre. La lista está encabezada por la mil veces repetida reforma laboral que según ellos promoverá que el empleo formal crezca por encima del informal; y la segunda una reforma al sistema de agua y alcantarillado, léase su concesión al sector privado. Para suerte de todos en el penúltimo párrafo del editorial proponen se incida en el combate a la delincuencia, en mejorar el acceso y calidad de la educación y salud, y en el fomento de la infraestructura (no dicen aquí si como inversión pública, pero sospechamos a través de asociaciones públicas privadas.
Ya hemos comentado críticamente la pertinencia de desregular el mercado laboral y de las condiciones necesarias, pero imposibles de concretar, para que la concesión de los servicios de agua y saneamiento pudiera ser exitosa en beneficio de los usuarios. En ambos temas desafortunadamente domina una mezcla de ideología e intereses particulares. La lista de los grandes temas sigue pendiente: nuevo consenso económico social, planeamiento estratégico, reforma del Poder Ejecutivo, diversificación productiva, reducir la elevada desigualdad, procurar una economía más competitiva y replantear la política fiscal y monetaria, entre las principales.