¿Privatización de Sedapal?
Los poderes económicos y mediáticos no pierden oportunidades. Un accidente como el de Sedapal en San Juan de Lurigancho, en vías de solución, es el argumento perfecto para privatizar la empresa. Al pasar los días se descubre corresponsabilidad que involucra a Odebrecht. El tema de la privatización sigue en agenda a pesar que a finales de diciembre las autoridades lo negaron. Sin embargo, la participación de particulares en la actividad a través de asociaciones público privadas (APP) y contratos de servicios es creciente.
En 2017 Proinversión diseñó una cartera de 8 proyectos APP para fraccionar Sedapal. Esta incluía independizar la gestión técnico-comercial de Lima en tres áreas: Norte, Sur y Centro. Los 5 restantes estaban vinculados a proyectos para el río Chillón, obras de cabecera, Atarjea, San Bartolo y monitoreo de aguas residuales desapareciendo el monopolio natural y atomizando irracionalmente la empresa. Ya hemos criticado estas propuestas al darle el buen negocio de la distribución a privados, mientras las grandes inversiones quedarían en manos del Estado; asimismo la división por áreas geográficas es ficticia ya que la red está interconectada.
Aún la concesión integral del servicio a una empresa privada no sería una buena idea. Ahora todas las utilidades netas se reinvierten y mañana se distribuirían a privados (¿se puede lucrar con el agua?). Esta opción no liberaría al Estado de proporcionar los recursos para ampliar la cobertura de agua potable y saneamiento a zonas marginales sin capacidad de pago. ¿Tenemos acaso experiencia para formular buenos contratos con privados? No hay que olvidar que a nivel internacional se está regresando a la gestión pública del agua.
Tampoco nos podemos cruzar de brazos con la situación actual. Hay mucho por mejorar a nivel operativo, financiero y del gobierno corporativo de la empresa. En lo muy concreto la página web de la empresa se ve desordenada y poco amigable; creo que se ha retrocedido respecto a gestiones anteriores. Por ejemplo, en la rendición de cuentas no se presenta información alguna sobre los indicadores de calidad, gestión, empresariales y de planes de desarrollo. Hay un informe integral aunque atrasado a abril de 2018 poco práctico y burocrático que debe responder a directivas del Fonafe y MEF. La última información financiera es al 30 de setiembre de 2018, cuando ya debería haber un cierre de 2018. Hay sorpresas. La empresa reportó utilidades netas por S/. 281 millones, luego de un pago de impuesto a la renta de S/. 116 millones. Invirtió S/. 322 millones, los pagos totales a los trabajadores ascendieron a S/. 199 millones y los pagos a los proveedores (prestadores de servicios privados) fueron S/. 988 millones que deberían ser analizados con más cuidado.