Punta del Este 1961
Fue la sede de una reunión clave del Consejo Interamericano Económico y Social de la Organización de Estados Americanos en agosto de 1961. En la Carta de Punta del Este las repúblicas americanas proclaman su decisión de asociarse en un esfuerzo para alcanzar un progreso económico más acelerado y una amplia justicia social para sus pueblos respetando la dignidad del hombre y la libertad política. Un objetivo claramente progresista respecto de los contenidos neoliberales del presente; aunque se estableció como respuesta al régimen cubano. En esta reunión también se formalizó la Alianza para el Progreso anunciada por el Pdte. Kennedy en marzo de 1961 con un fondo de US$ 20,000 millones. Lamentablemente, no tuvo larga vida por el asesinato ese presidente y las posteriores nuevas prioridades de EE.UU.
La Carta tiene cuatro secciones. La primera de los objetivos. La segunda sobre el desarrollo económico y social que incluye los requisitos básicos, los programas nacionales de desarrollo, las medidas de acción inmediata y a corto plazo, la ayuda externa y los procedimientos administrativos. La tercera sección se refiere a la integración de la economía de América Latina y una última sobre los productos básicos de exportación y la cooperación internacional para hacer frente a la fragilidad y vulnerabilidad de nuestras exportaciones.
Se plantean 12 objetivos, cada uno más revolucionario que el otro mirándolos desde los tiempos actuales. Un crecimiento per cápita del 2.5% anual; colocar los beneficios del progreso a disposición de todos mediante una distribución equitativa del ingreso elevando los niveles de vida de los más necesitados; diversificación equilibrada en las estructuras productivas nacionales y regionales para depender menos de las materias primas; acelerar el proceso de industrialización racional; impulsar la producción y productividad agrícola; y ejecutar una reforma agraria integral. Otros objetivos eran la eliminación del analfabetismo, aumentar la esperanza de vida en 5 años, mejorar condiciones de salud, nutrición y vivienda, crear un mercado común latinoamericano y desarrollar programas conjuntos para reducir las fluctuaciones y vulnerabilidad de las materias primas.
El instrumento clave para alcanzar estos objetivos sería la formulación de programas de desarrollo económico y social a largo plazo (cuyo contenido se detalla). La carta menciona palabras clave como crecimiento autosostenido, relievar ciencia y tecnología, reforma de los sistemas tributarios, equidad de género, desarrollar proyectos de inversión que beneficien a más personas, ocupación productiva y bien remunerada a los total o parcialmente desempleados, entre otros. Ojalá tuviéramos un consenso económico y social con esos elementos hoy en día.