¿Igualdad de oportunidades?
Algunos sectores minoritarios del sector privado aceptan la importancia de que el Estado enfrente la pobreza, y en particular la extrema; sin embargo, no reconocen relevancia alguna a mitigar la desigualdad. Un pequeño paso más adelante está el gobierno nacional que plantea la necesidad de generar igualdad de oportunidades para todos con base a la política social focalizada (educación, salud, nutrición, vivienda, programas de ayuda condicionada, entre otras). Es un avance, pero soslayan igualmente lo que ocurre en la realidad a nivel internacional y nacional como sus impactos negativos. Suponer que la desigualdad se reduce con la igualación de oportunidades es una mera ilusión.
A la par que a nivel internacional se ha prestado mayor atención y recursos a la formación de capital humano la desigualdad ha aumentado. Esta no se mitiga con políticas sociales. Desde los años ochenta del siglo XX tanto por factores exógenos como endógenos no encontramos en una fase neoliberal del capitalismo donde la desigualdad al interior de las economías se ha incrementado significativamente. Esta revirtió lo ocurrido en la fase de oro del capitalismo (1950-1970’s) en que los sueldos y salarios aumentaron su participación en el producto. Hay numerosos estudios con amplia evidencia empírica de Atkinson (2016), Bourguignon (2017), Deaton (2015), Milanovic (2017) y Piketty (2014), entre otros.
Atkinson señala que la igualdad de oportunidades es esencialmente un concepto ex ante pero que no tiene que ver con la desigualdad efectiva o ex post. Los individuos pueden tener igualdad de oportunidades, pueden también esforzarse, pero también pueden tener mala suerte. En segundo lugar, es necesario distinguir entre igualdad competitiva y no competitiva de oportunidad. Se puede tener las mismas capacidades, pero solo unos pocos tienen la posibilidad de participar en la competencia; asimismo, si participan los “premios” son desiguales. La tercera razón es que la desigualdad efectiva o de resultado es la que afecta la igualdad de oportunidades de la siguiente generación. Los beneficiados de hoy tendrán mayores ventajas en la competencia de mañana. Si se está preocupado por la igualdad de oportunidades del futuro habrá que preocuparse en la desigualdad de resultado hoy.
La elevada desigualdad es hoy en día una preocupación internacional hasta para el Foro Económico Mundial (2018). Una excesiva desigualdad impacta negativamente la demanda agregada a través de reducir la propensión media a consumir, contribuye a la formación de burbujas en los precios de los activos, reduce el crecimiento económico, genera mayor inestabilidad y menor sostenibilidad en el largo plazo. En lo social genera conflictos, inestabilidad y violencia y en lo político afecta la democracia.