Inteligencia artificial y desigualdad
McKinsey Global Institute acaba de publicar un informe sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la economía mundial. Este no solo incluye los posibles beneficios sino los costos relativos de las nuevas tecnologías. La IA comprende una familia de tecnologías relativas a asistentes virtuales, procesos robóticos automatizados, visión por computadora, lenguaje natural y máquinas avanzadas con capacidad de aprendizaje. Su desarrollo se está acelerando por el aumento en la capacidad y poder de las computadoras, la explosión de bases de datos y el progreso en el desarrollo de algoritmos (protocolos para atender situaciones diversas).
McKinsey estima que para el 2030 el 50% de las empresas habrán adoptado parcialmente estas tecnologías en un patrón rápido de crecimiento. Estiman que el producto mundial aumentaría en US$ 13 billones al 2030, 16% más que el nivel actual, con una tasa de crecimiento del 1.2% anual. Sin embargo, las desigualdades entre economías, empresas y trabajadores serán mayores. Las naciones líderes recibirían beneficios superiores a los actuales entre 20 y 25%; mientras las vías de desarrollo sólo entre 5 y 15% superiores. Las empresas exitosas tendrían un aumento del 6% anual en sus flujos de caja; mientras que las otras verían reducidos sus flujos en 20%. En el campo laboral la situación sería más dramática. Las brechas salariales entre trabajadores creativos y de labores repetitivas aumentarían a la par que se reduce el 10% de la fuerza laboral. Este último grupo perdería 13 puntos porcentuales de su masa salarial.
Muchos piensan que el desarrollo y promoción de la IA es exclusivamente del sector privado. Están equivocados. El plan chino sobre el tema para 2016-2020 señala que deben alcanzar un mercado por US$ 150,000 millones en 2020 y ser el líder mundial en 2030, promoviendo la cooperación entre las partes. La Unión Europea ha decidido intensificar las investigaciones conjuntas en IA por US$ 24,000 millones al 2020. Francia ha decidido duplicar el número de investigadores e invertir US$ 1,850 millones en investigaciones y emprendimientos. El gobierno de Corea del Sur anunció una inversión de US$ 2,200 millones al 2022; mientras el gobierno de Canadá dispuso la creación de tres centros de investigación en el tema en Edmonton, Toronto y Montreal.
El documento incluye mucha información, incluyendo al Perú que es considerado una economía con baja capacidad de adaptación y absorción de IA, y la más baja receptora de beneficios del grupo analizado. Por último, hay que destacar que la perspectiva de McKinsey es una mirada del lado de la oferta; olvidándose que los menores ingresos de gran parte de los asalariados son menor demanda, nivel de producción y empleo más reducidos. La ley de Say no opera.