FMI y crisis internacional
El Fondo Monetario Internacional (FMI) está llevando a cabo su reunión anual en Indonesia. El tema central es la contribución del comercio internacional al crecimiento económico. La directora gerente del FMI planteó desde la semana pasada la necesidad de gestionar los riesgos crecientes para mantener el rumbo de la economía mundial. Una actitud diferente respecto a lo ocurrido previamente a la crisis financiera internacional que detonó en setiembre de 2008 donde esa institución no vio lo que se estaba gestando y guardó silencio. Ahora se suma parcialmente a quienes vislumbran problemas económicos y financieros en el mediano plazo.
Según el FMI los riesgos que se vislumbraban tiempo atrás se han comenzado a materializar. Para ellos el crecimiento mundial se ha estancado, va perdiendo sincronía y cada vez son menos los países que participan en la expansión. La primera causa de esta situación son las barreras comerciales. A la par que EE.UU. viene creciendo respaldado por una expansión fiscal procíclica se está apreciando su moneda, se endurecen las condiciones del mercado financiero y en algunas economías se registran salidas de capital. La segunda causa son los mayores niveles de deuda que han alcanzado nuevos máximos en las economías avanzadas, emergentes y de bajo ingreso (60% más respecto de 2007). Hasta aquí nada nuevo.
La tercera causa de los problemas es la pérdida de la confianza en las instituciones y políticas por dos fenómenos: elevada desigualdad y corrupción. Son demasiadas las personas que siguen quedando al margen. Desde 1980 el 1% más rico de la población ha acumulado el doble de los beneficios derivados del crecimiento que el 50% más pobre. Por otra parte, la corrupción distorsiona la toma de decisiones reduciendo el crecimiento económico. Frente a la desigualdad no sólo proponen invertir más en las personas (salud, educación y protección social), sino una presión tributaria más progresiva (que incluya inteligentemente a las empresas multinacionales) y una subida de los salarios mínimos. ¡Que se rasguen las vestiduras en el Perú!
El diagnóstico del FMI es interesante pero incompleto. A diferencia de Roubini y Rosa, un par de semanas atrás, también no se debe olvidar que la política fiscal norteamericana es insostenible en el mediano plazo; las bolsas de valores desafortunadamente están en una peligrosa efervescencia (acciones y bonos); hay un exceso de apalancamiento (endeudamiento) de empresas y personas que aumentaría si Trump inicia la desregulación financiera. Nuevamente se están formando burbujas en los precios de los activos a la par que se elevan los costos financieros. Una nueva crisis está a la vuelta de la esquina (2020) y el problema es que se tendrían pocas herramientas para enfrentarla.